El silencio reinaba entre ambos jóvenes. Mientras el pelinaranja mantenía una sonrisa sincera, el pelinegro luchaba con la idea de pensar mucho en que sus brazos estaban entrelazados. Durante el transcurso había intentado innumerables veces soltarse del agarre pero el contrario lo mantenía fuertemente sujeto, había terminado rindiéndose.
Algunas personas se resguardaban en la pequeña parte seca que brindaba el techo por afuera de la tienda mientras otras simplemente salían corriendo cubriéndose con camperas, mochilas o lo que tuvieran a mano. Ya habían llegado.
-Bueno, muchas gracias.- dijo Jungkook haciendo una reverencia para darse la vuelta y entrar. No quiso ser descortés ni sonar apresurado, pero realmente le tenía intranquilo la proximidad de aquel desconocido.
Ambos entraron al negocio tomando caminos diferentes. Mientras el pelinaranja fue directamente al mostrador para iniciar charla con otro chico aparentemente mayor y empleado del lugar, el pelinegro se dirigió a la parte más al fondo donde prácticamente no había nadie aparte de ahora él y otro empleado.
- ¿Otra vez por aquí Kook?- lo saludo el chico delgado de cabello gris con una sonrisa ladina, encargado de esa sección.
- Hola Yoongi hyung.- saludo imitando la acción.
- ¿Te das cuenta de que eres el único que compra estos álbumes?
- Si, y es una lástima hyung. Deberían ser escuchada por todos.
- Digo lo mismo, pero bueno, sabemos como es el mundo del entretenimiento. Solo reciben atención aquellos con contactos o familia en el negocio.- Jungkook asintió con una mueca de desagrado a la vez.
- Es realmente algo triste. Prefieren escuchar música con letras tan vacías... y a canciones con letras tan bellas simplemente... las ignoran.
- No las conocen, no es que las ignoren.- y era verdad. Era simplemente complicado que fueras reconocido si iniciabas por tu cuenta.- Sobre todo si el autor no presenta identidad concreta.
- V...- dijo en voz baja.- eso es lo único que sabemos de él,"V". ¿Cómo es posible que los álbumes lleguen aquí sin más?
- Me gustaría responderte eso, pequeño. Pero sinceramente desconozco el cómo ocurre eso. Simplemente pasa y he aquí las canciones.- expresó el mayor con una risa mirando a los estantes con esas imágenes de paisajes y personas.
Jungkook suspiró y miró hacia atrás buscando con la mirada al chico del paraguas por alguna razón. Lo encontró manteniendo una entretenida conversación con el mismo empleado. Pero ahora sobre el mostrador había una especie de caja.
-¿Quién es él?- la pregunta salió por si sola.
-Ah, ¿te refieres al pelinaranja o al empleado?
-Ambos.- respondió automáticamente ganándose una leve risa del contrario, si preguntaba por solo uno en especial seria sospechoso. O al menos eso pensaba el menor.
- El empleado es Namjoon, encargado de la administración. Y el del pelo anaranjado es un chico llamado Teyung o algo así.
- ¿Teyung? que nombre más raro...- comentó poco convencido con la información. Se volvió al estante para tomar el más nuevo, ya tenía el resto.
- Deberías apresurarte, tu familia debe estar esperándote para celebrar fin de año.- el azabache sabía que aquellas palabras no iban con malas intenciones, sin embargo, no pudo evitar bajar la vista y enseñar una sonrisa fingida. El mayor no lo notó.
- Si, tienes razón. Compraré este nada más.
Se dirigieron a la caja bajo la mirada curiosa del que ya había terminado su conversación. Jungkook se veía increíblemente apagado mientras se dirigía a la puerta, tan vacío. El pelinaranja no dudo en correr para alcanzarle antes, sintiéndose preocupado al verlo salir. Sin embargo al atravesar las puertas sonrió instantáneamente encontrándolo bajo el techito con un leve puchero formado en sus labios.
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Rain
Fanfiction¿Cuántas veces debe caer uno para entender la felicidad? Una vez te encuentras en el medio de la habitación a oscuras, solo y sin necesidad de ocultar nada, te das cuenta de la diferencia entre guardar silencio y callar. Jungkook desea conocer a una...