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Jungkook caminaba por las calles desiertas del centro con manos en bolsillos. ¿Quién estaría afuera con tal frió? o peor aun, ¿Siendo comienzo de año nuevo?. Habían pasado exactamente dos días desde que había comenzado el año y desde que había visto por última vez a ese chico.

La conversación en ese entonces había fluido sola, conectando temas tras otros sin perder el hilo de la charla. Se sentían tan a gusto, pero todo se fue por la borda cuando Taehyung al pararse a buscar una lata de refresco tropezó quedando a escasos centímetros del pelinegro. 

Él me iba a besar recordó. Sin dudarlo había interpuesto su brazo entre ambos para separarse. Apenas lo conocía y estaba seguro de no volver a entregar sus labios a nadie más, no lo haría nunca más. Luego de aquel incidente, lo echó. Decir que no se sentía culpable sería una real mentira. Se sentía como una terrible persona, pero no se arrepentía.

-Él no debió acercarse...- se intentaba auto convencer.- es normal que quiera alejarlo, ¿cierto?- Sin embargo, recordaba el rostro del castaño: asustado, arrepentido y dolido cuando cruzó la puerta. Solo quizá fue algo cruel, quizá por no permitirle hablar ni disculparse, quizá por dejarlo en la calle sabiendo su situación, quizá.

A lo lejos pudo ver una casa de antigüedades, a decir verdad era el único local abierto estos días. Camino hacia la tienda poniendo en pausa la canción Stigma del último álbum de su cantante anónimo. 

La puerta al abrirse hizo ruidito por esos típicos colgantes de vidrio que se colocaban para avisar la llegada de un cliente nuevo. Pese a eso, Jungkook no logró ver a ninguna persona tras el mostrador ni en ninguna parte. 

-¿Hola?...- dijo con esperanza de que alguien apareciera, pero nadie aparecía. El silencio del lugar le traía tranquilidad de cierta manera. No tardo en comenzó a observar las cosas con curiosidad, el lugar por dentro tenía aires hogareños con esos pisos y paredes de madera junto con decoraciones poco convencionales. 

Se acercó al mostrador observando collares, anillos y aretes de diferentes formas y materiales. Toco delicadamente el vidrio que separaba su tacto con la joyería. Un anillo en especial llamó su atención. Había uno dorado colocado en una cajita, como si fuese importante, pero no lo entendía. ¿Por qué parecía incompleto? En el centro del mismo había una especie de flor de loto, pero a mitad. ¿Si estaba incompleto por qué se veía tan imponente?

-Veo que hay algo que le llama la atención- Jungkook se sobresalto al escuchar una voz desde la puerta, un hombre canoso con aires de carisma y una sonrisa cálida lo miraba.- Estaba tomando un poco de aire, sepa perdonar la tardanza.- prosiguió mientras se adentro pasando detrás del mostrador, el pelinegro creía que los rasgos de sus ojos se le hacían conocidos, pero decidió ignorarlo.

- No hay problema señor... en realidad tengo una duda - señalo al anillo- ¿Por qué parece incompleto y a la vez tan especial?

-Es porque ese anillo de flor de loto en definitiva es especial, joven...

-Jeon Jungkook- el contrario asintió con una sonrisa.

-Verá la otra mitad había llegado aquí hace año y una persona se la llevo. Esta es la otra parte... ambas se unen Joven Jeon. Esas personas están destinadas a encontrarse y aun si eso no pasará... el anillo es lindo.- declaró con una risa que el pelinegro imito.

-¿Cuál es su precio?- Aun no lo entendía, simplemente no podía comprender como es que se sentía tan atraído por el resplandor del oro y su forma. Pero de alguna manera le hacía ilusión llevarlo. Aun si esa persona destinada no aparecía en su vida.

-Se la daré como obsequio.-sentenció el mayor entre ambos mientras abría la vidriera para sacar la cajita, obteniendo la mirada atónita del menor.

-¿Es en serio? -cuestionó sin creerlo. ¿Si era tan especial, por que se la estaba regalando?

-Tengo el ligero presentimiento de que es tuyo.- se la extendió y Jungkook la tomo sin dudarlo. Bien, él era pobre. Por eso siempre se limitaba con ese tipo de gustos para luego poder almorzar aun que sea un sándwich al medio día. 

- De verdad, muchas gracias señor. -mostró la sonrisa más sincera que había hecho en el día. Se despidió con una sonrisa y salió del local camino a su casa nuevamente. Él estaba volviendo solo nuevamente pero al levantar la tapa de la caja y encontrarse con el anillo, se sentía mejor. 



- I'm sorry I'm sorry my brother~...- Jeon estaba escuchando y cantando por cuarta vez consecutiva la misma canción. Se sentía parte de la letra, aun si el no tenía nada que ver con su significado. Ese chico podía hacerlo entrar y salir de cualquier mundo en un abrir y cerrar de ojos.

Contemplaba su nuevo accesorio colocado en su mano derecha en el dedo indice. Había pasado toda la tarde sentado en su cama haciendo lo mismo. El colegio iniciaría dentro de unas semanas más y el no se sentía a gusto con la idea. El colegio siempre había sido su infierno.

Entonces la letra de la canción lo distrajo como siempre solía hacer, pero otro cuestionamiento se formó. Él ni siquiera sabía el nombre del dueño de esa apacible voz, y eso lograba desconcertarle más aun.

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La mirada que Taehyung le dirigía a su abuelo estaba cargada de reproche. Si bien sabía que las acciones del mayor habían tenido buenas intenciones también sabía que el dinero que obtenían de la tienda era destinado a sus medicamentos. 

-¿Crees que no te vi escondido desde el pasillo?-acusó obteniendo la mirada sorprendida del castaño.- además te hice un favor, ahora están destinados sea como sea.

-Abuelo, ambos sabemos que no es eso lo que realmente importa.- suspiro rascándose la nuca.- necesitas tus medicaciones...

-Hijo, estoy bien. Aun me quedan y con lo que te esfuerzas en ese trabajo de medio tiempo deberías tomar un respiro.- el menor negó con la cabeza.

-Me gusta trabajar ahí. Además todos son muy gentiles.- prosiguió formando una mueca de desagrado cuando el contrario revolvió sus cabellos.

-Ah eres un buen chico-rió. Pero volvió a su expresión seria, Taehyung ya sabía que preguntaría.- ¿Aun no te dejan volver a casa?

-No, esta mañana intente.-  se encogió de brazos- y me volvieron a echar.

-Por mi mejor que te quedes. Pero recuerda, debes atender a TODOS los clientes, incluso si es el chico que te gusta.- el azabache bajo la cabeza sintiéndose cohibido.

-El no me gusta...

-Claro y yo no soy anciano.

-No, no lo eres- repitió antes de colgarse del mayor, ambos riendo.- Eres muy joven aun. Y es por eso que me ayudarás a preparar ramen

-Ya ya suéltame. Eres un chantajero.-bufó con una sonrisa para su nieto, terminando por acceder.

Taehyung estaba seguro que la presencia de su abuelo era impecable y carismática. Lo admiraba por las veces que lo vio caerse y levantarse, por las veces en las que se convirtió en su héroe, y por las veces que fue como su propio padre. 


YYYY antes de que me maten. Si, estoy actualizando a las 4:50 de la mañana (al menos esa hora es aquí). Antes que nada quiero disculparme por no haber subido nada. Como saben Wattpad ha tenido muchas fallas últimamente y eso sumado al hecho de que soy una persona 100% dormilona me imposibilito actualizar antes.

En este capitulo la principal idea es adentrarnos más en a vida de los personajes. Aun hay muchos temas que debo aclarar pero todo a su tiempo. 

Buenas madrugadas

Beach?~

RainDonde viven las historias. Descúbrelo ahora