En esta historia de cuenta la travesía de dos seres completamente diferentes pero con un mismo objetivo, afrontarán múltiples adversidades para conseguir su meta y conseguirán posibles aliados que podrían ser importantes para conseguir su objetivo
Un extraño ser de apariencia monstruosa a aparecido y a asegurado conocer a Iron.
-¿Ya me recordaste?- pregunto aquel ser monstruoso.
-No te recuerdo en lo absoluto- pensó Iron confundido.
-Ja ja, es natural- desia la criatura mientras cambiaba su forma en una más "humana" se figuraba a la mismísima muerte, su cuerpo era una neblina espesa de oscuridad y un brillo verde salía como humo de sus ojos -Tu mente, no a sido la misma desde la guerra, pero me alegra encontrarte con vida-
-Espera un momento- dijo Iron -¿Quién eres? ¿Porqué puedes leer mi mente?- pregunto Iron.
-Deacuerdo, para empezar, me llamo End y puedo saber lo que piensas porque ya hace 26,000 años descubrimos que podíamos comunicarnos telepaticamente, pero supongo que por esa erida en tu cabeza no lo puedes recordar-
-ha, esta es demasiada información para mí- desia Iron mientras analizaba todo lo que le había dicho End.
-Es normal mi amigo, según parese has perdido 39,597 años de tu memoria, sería muy complicado que recuperaras toda tu memoria en un sólo día, creo que por ahora lo mejor será que no recuerdes nada- desia End tranquilamente mientras miraba el estrellado cielo nocturno.
-Espera ¡39,597 años! p-pero ¿cómo es eso posible?- pensó Iron -un segundo, habías dicho que mi mente no había sido la misma desde la guerra ¿qué quieres desir con eso?- preguntaba desesperadamente.
-Me encantaría desirte más, pero la noche se empieza a ir y yo me tengo que ir con ella, así que, será para otra noche- dijo End mientras se lanzaba por el balcón.
-¡Espera!- desia Iron mientras veía caer a End por el balcón.
-Nos vemos...amigo- dijo End antes de desaparecer entre los rayos del sol.
Tal y como llego End desapareció en la luz del amanecer, dejando así más preguntas de las que ya habían.
Unas horas más tarde
-Por fin, es hora de irnos- dijo Esmeralda alegremente -señor Is, gracias por dejarnos pasar la noche aquí y por darnos alimentos para el camino-
-No te preocupes no fue nada- dijo el Jefe Is con una sonrisa de oreja a oreja.
-Bueno pues nosotros nos vamos ya- dijo Esmeralda.
-Espera, yo iré con ustedes- dijo Isra.
-¡¡Enserio!!- dijo Esmeralda muy emosionada.
-Tiene que ser una broma- pensó Iron.
-Claro que si, nunca dejaría que te fueras sola- dijo Isra mientras sostenía las manos de Esmeralda.
-Oye, yo estoy aquí sabías- pensó furioso Iron.
-Padre, me tendré que ir nuevamente, espero que no...- dijo Isra cuando fue interrumpido por su padre.
-No hay problema hijo, me gustaría que te quedarás pero si es tu decisión no te detendre- desia el Jefe Is con sus manos sobre los hombros de Isra -sabes desde que te encontré a las afueras del pueblo, siempre supe que harías grandes cosas y si para conseguirlas tienes que irte nuevamente lo mejor será que lo hagas-
-Gracias, papá- dijo Isra mientras abrazaba a el Jefe Is -bueno es hora de irnos, pero antes tengo que ir por algo a la forja, ¿vienes con migo Esmeralda?-
-Si, vamos Iron- dijo Esmeralda alegremente.
En la Forma
-¡Hola, gran maestro!- gritó Isra cuando entro a la forja.
-Ho, joven Isra, que gusto me da verlo, y veo que viene acompañado díganme, ¿que puedo hacer por ustedes hoy?- pregunto el gran maestro.
-Gran maestro, vengo por mi espada- dijo Isra.
-No, claro claro, permitame un momento- dijo el gran maestro mientras se dirigía a una especie de almacén.
El "gran maestro" era un hombre con aspecto muy viejo y huesudo, no tenía mucho cabello y el poco que tenía era blanco como la nieve, era de baja estatura y tenía un ojo de cristal, cuando regreso estaba cargando una espada corta en sus huesudas manos.
-Aquíesta, una espada forjada con el fuego de la vida o al menos lo poco que me queda- dijo felismente el gran maestro.
-Disculpe, ¿no se supone que ese fuego se lo dieron a Aron cuando creo esta forja hace mucho tiempo?- pregunto Esmeralda.
-Sierto, pero Aron, el maestro de la forja fue mi tataraabuelo y fue quien me otorgó el fuego de la vida- dijo el gran maestro mientras sonreía.
-¡¡¿Enserio?!!- pregunto Esmeralda.
-Déjenme explicarles, verán el fuego de la vida posee propiedades extraordinarias, y una de ellas es cuando los humanos lo aportamos nos permite vivir por mucho tiempo según la cantidad del fuego de vida que tengamos, deecho con lo poco que me queda e logrado vivir mucho, actualmente tengo 497 años y me sigo viendo muy bien jajaja- dijo el gran maestro riéndose -umm, oye, tu grandote, porque no te descubres, entre tanto fuego y lava hace mucho calor ¿no crees?- le dijo a Iron el gran maestro.
-Verá...- desia Esmeralda asta que la interrumpió Isra.
-Tranquila, el sabe lo que hace- dijo Isra.
Iron se quitó la túnica y el gran maestro le hablo tranquilamente
-Increible, no pensé que siguieran vivos, pero te ves muy diferente a los demás, sobretodo...por tu "símbolo de vida" es diferente al de los originales- dijo el gran maestro mientras tocaba el símbolo de Iron que se encontraba en su pecho del lado izquierdo.
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