3-Lo siento

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Bueno, no sé lo que pasó cuando subí el capítulo pero parece ser que se borró o algo así:(((
Aquí lo dejo oootra vez jeje, espero que os guste <3

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Sus ojos.

Sus ojos no decían lo mismo que ella.

Sus ojos, esos que habían hecho que me perdiera en aquel mismo instante, que me olvidara de todo lo sucedido, e incluso de esas amenazantes palabras que acaba de expresar.

Sus ojos, que eran capaces de mostrar una realidad totalmente distinta a la que podia percibirse desde fuera. No mostraban rabia, mostraban dolor.

Sus ojos, que incluso llegaron a hacerme apartar la mirada, porque me sentía realmente incapaz de abarcar tanta belleza.

Sus ojos podían hablar por sí solos, de hecho, me estaban pidiendo perdón.

Pero ella no.

Ella se separó de mí y con unos aires de desprecio, cuyo origen no pude entender, caminó por el centro de aquella estancia,
convirtiendo esta, en su propia pasarela personal y eclipsando todo intento de belleza en aquella habitación.

No había nada que le hiciera sombra, pues toda la luz se concentraba en su persona.

Y al mismo tiempo, sin explicación posible, todas las sombras estaban en su interior, destrozándola poco a poco.

¿Cómo era yo capaz de saber tanto de ella, sin tan siquiera haber cruzado una palabra?

Fácil.

Alguien me lo dijo,

sus ojos.

Y como si de una aparición divina se tratara, como si todo el mundo en aquella sala hubiera visto un fantasma, todos guardamos silencio.
Mientras aquella chica, caminaba entre nosotros como si no tuviera nada que esconder.
Como si no hubiera roto un plato en su vida, y algún que otro corazón.
Como si no hubiera hecho daño a nadie, nunca.
Como si nada.

Levantando polvo, sospechas, acusaciones, envidia, algún que otro insulto, pena, rabia y dolor.

En aquel momento me di cuenta de algo;

Ana se convirtió en un ser inalcanzable para todos nosotros, los mortales.

Indescifrable para todo aquel que intentara entenderla.

E increíble.
Y la única que no sabía eso, era ella, e intentaba demostrarnos a todos que no lo era.

El mundo aún no se había percatado, pero yo ya lo tenía claro,
solo por lo que me dijeron sus ojos.

Narra Ana

El llanto de un niño, correcto. Aquello fue lo que hizo que me despertara tan abruptamente la madrugada del primer día de instituto.

Debía darme prisa y ser la primera en llegar a la habitación de Nico, antes que mi padre, si quería que este parara de llorar en algún momento de la noche.

Para mi sorpresa, así fue, conseguí calmar a mí hermano rápidamente y regresar de nuevo a mi habitación, cosa que no sirvió de mucho, pues aquella pasó a ser otra de las muchas noches en las que no pegué ojo.

Pensé en mi madre, en lo mucho que la quería y lo mucho que la echaba de menos.
Pensé en que si ella estuviera aquí, probablemente Nico ni si quiera lloraría.

También pensé en mi padre, en todo lo que había cambiado desde la muerte de mi madre, y lo cierto es que me cuesta aceptarlo aún.

Pero no puedo.

Jamás podré, porque mamá, tú eres eterna.

Mis amigos dicen, que estarías orgullosa de mí, porque soy muy especial, pero yo sé que no. Realmente me he vuelto una bruja desde que no estás. No sé ni como me soportan ellos, la verdad.

Y así, pensando y pensando, se me hizo prácticamente la hora de irme al instituto.

Me puse un top blanco y unos jeans azules, conjuntados a la perfección con unas Adidas blancas, ya sucias y desgastadas que tenía desde hace un año.

Bajé a la cocina, rezando para que mi padre no estuviera allí.

Y como no soy muy dada a tener suerte, allí estaba él, botella en mano y con una camisa sucia que no se cambiaba desde hacía 3 días.

Intenté pasar desapercibida al otro lado de la cocina, pero el desastre era más bien inevitable.

-Te dije ayer que limpiaras la puta cocina.

Ana: No solo la cocina, limpié toda la jodida casa mientras tú estabas por ahí emborrachándote. No sé ni de que me sorprendo ya.

-¿Quien coño eres tú para hablarme así, EH?

Entonces, mi padre, arrojó la botella al suelo con furia y dijo:

-Te dije ayer que limpiaras la cocina, y mira como está, hecha un puto desastre, ¿es que ni eso sabes hacer bien?

Ana: Es todo por tu culpa.

Era obvio lo que iba a pasar después, ya ni me daba miedo. Una mano firme se estampó contra mi cara, ya insensible por todas las recibidas anteriormente.

Me empujó con toda la rabia que tenia contra la mesa, cosa que hizo que me doblara de dolor, pero aquello no fue lo que realmente me hizo daño, fue lo que dijo después:

-Ahora entiendo porque tu madre se fue.

Cogió una botella del armario y se largó.

Aquella botella no fue lo único que se rompió esa mañana, tres años después de que mi madre falleciera en un accidente de coche.

Mi corazón, ya no estaba de una sola pieza,

y creí que jamás volvería a estarlo.

Bueno, creo que este capítulo es realmente especial, joder, hasta yo he llorado escribiéndolo JAJAJAJA.
Espero que os guste y FELIZ 2018.
No os podéis imaginar lo mucho que lloré con la gala 9, todos lo hicieron genial pero...Amaia fue increíble.
Leo todo!!! <3

Enséñame a olvidar... //Ana y Mimi//(Warmi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora