Conversaciones mal hechas

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Explotaría, de eso estaba seguro en realidad era de la única verdad de la que se aferraba. Ella se casaría con el idiota de Lonnie Byers y él no podía hacer nada, sentía que se ahogaba, en realidad el creía en dos verdades absolutas que la amaría hasta que perdiera su pulso y que explotaría. A la mierda Dios y la ciencia eran las únicas cosas que pensaba pasando un trago de su cerveza por su garganta y le daba una calada larga y lo más profunda posible a su cigarro, aunque podríamos agregar otra verdad a esa lista: pasara lo que pasara ellos dos se pertenecían estuviera casada o no y él estaría esperándola no importa que estación sea.

No tuvo el valor de asistir a esa boda, sabía perfectamente lo que pasaría si él hubiera pisado la iglesia de Hawkins y otra cosa que también influyó fue que la señora Horowitz le rogara que no fuera a la ceremonia la vieja loca le había dicho que no era buena influencia para su amada, inocente y pura Joyce (claro estaba que no tenia conocimiento alguno de que el mismo Jim se encargó de que ya no fuera tan pura como lo pensaba) – una sonrisa se formo al recordar esto último–.

–Y dime idiota ¿Qué crees que pasará si vas a esa boda?

–Joyce se arrepentiría, – dijo James con una sonrisa de satisfacción él sabía que Joyce lo seguiría al fin del mundo, eso lo tenia muy claro Joy nunca le fallaría y él tampoco le fallaría a ella– entonces los dos...

– ¿Vivirían felices para siempre? Te imaginaba mas realista muchacho. – soltó con una risa que le recordó a Hopper una bruja

–Los dos nos mudaríamos a la ciudad como lo planeamos de niños, –contraataco James – siempre he querido ser oficial de policía y ella siempre quiso estudiar periodismo, allí podría y sería la mejor maldita reportera de el mundo será la nueva Athalia Schwartz ó Sarah Cresson Fraley

– ¿Qué sandeces se te esta ocurriendo decir? Una mujer esta para dedicarse a su esposo e hijos, aunque me digas que los tiempos están cambiando junto con todas esas mariconadas de que las mujeres tenemos derecho a votar y esa palabra del demonio que de solo tratarla de pasar por mi garganta me causa vértigo– baja considerablemente su voz para sonar mas severa de lo que ya estaba siendo – feminismo.- después hizo la salida mas dramática que pudo del cuarto de Hopper

Haciendo una mueca burlona James le dio otra calada al cigarro continuando con pedir otra cerveza aunque se la negaron ya que era el momento de cerrar el bar secreto así que tomó su chaqueta y salió del establecimiento.

Al salir de ahí y paseándose por todo Hawkins parecía que su corazón lo llevaba a un lugar que no esperaba visitar mas. El lugar estaba muy profundo en el bosque que tenían a las afueras del pueblo: recordaba el camino a la perfección daba vuelta a la izquierda cuando encontrara el único árbol de maple entre tantos pinos altos brincaba a la roca gigante, aproximadamente a unos 100 pasos doblaría al sendero que esta chueco para que a continuación diera girara sobre si y diera dos saltos como ella le obligaba hacer cada vez que visitaban su lugar, después tenia que brincar un pequeño rio en el que solían meter los pies en verano y trataban de pescar después de que Joy leyera Ana de la Tejas Verdes sacándole una sonrisa porque era obvio que de ese charco no pasaría ningún pez, en realidad Jim lo hacia porque era divertido ver a Joyce imitando a su heroína literaria, le tiene tanto cariño a este personaje que si James tenia una hija en algún futuro estaría obligado a leerle ese libro solo para que tuviera alguna parte de la esencia de Joyce.

Al final de ese largo paseo llego a su lugar era un circulo rodeado por pinos mas enanos y tupidos que los convencionales que había en Indiana. Estos formaban una especie de cúpula dentro tenían cobijas rotas y almohadas viejas que le daban el toque habitable, pero la verdadera belleza de ese lugar era que cuando volteabas hacia el cielo podías ver todas las estrellas y constelaciones ya que el Refugio de los Pinos no cubría todo el cielo al pasar arrastrándose bajo los árboles (la única manera de entrar) logro distinguir a una revoltura de telas blancas y crinolina así que se sentó junto a ella en silencio.

–Sabes, – inicia Joyce cortando el silencio– no creo que Orión mereciera morir así

Jim sonriendo porque sabía que la pequeña Horowitz no se quedaría callada por mucho tiempo nunca a soportado el silencio la hace sentir sola

­– ¿Estas viendo la constelación de Orión o por qué la pregunta? – dijo volteando a ella

– Si, recuerda que una vez que se va el escorpión Orión hace su majestuosa aparición en los cielos junto a sus fieles perros.

– En todo caso ¿En cual versión del mito crees? ¿En la que murió por aquel escorpión o en el que Artemisa lo asesina? – al terminar la pregunta Joyce gira rápidamente hacia la dirección de Hopper y se pone a pensar unos segundos

– Creo que hay cierta verdad en ambos mitos, por eso el valiente gigante se oculta de aquel pequeño escorpión ya que todo lo que tenga conciencia tiene que temerle a algo ya que hasta el ser más poderoso llámese dios, titán o lo que sea,– se frena un poco mirando al cielo– pero también creo que hubo algo entre Artemisa y Orión aunque ella lo quiera negar hasta la fémina mas fuerte cae en manos del amor en algún momento así que cuando fue engañada por Apolo le rogó a su padre que su cazador fuera al cielo como el héroe que era.

– ¿La vas a extrañar? –le dice lanzando un suspiro al cielo

– ¿Qué voy a extrañar? – preguntó ceñuda– nunca conocí a Orión y en todo caso formulaste mal la pregunta

– Déjame formular entonces – la interrumpe antes de que le comience a dar clases de gramática estructural y fonética– ¿Vas a extrañar a la vieja tu?

–Sigo sin entenderte James– con eso supo que la conversación se volvería seria– yo me veo igual que siempre la chica despeinada de ojos grandes demasiado delgada para ser la mujer perfecta

– Solo te describiste físicamente y es raro que no me digas tu credo ya que estamos solos. No tienes que fingir conmigo que eres la legendaria Joyce Horowitz, la mas popular de la preparatoria, reina del baile–se freno a si mismo– ¿o debería llamarte Joyce Byers ahora?

–Si, – habla alzando la cabeza– ya cambie mi apellido

–Y que paso con tu Nunca cambiare mi apellido ya que soy una orgullosa descendiente de rusos fuertes y leales a sus creencias– ataca imitando la voz de Joyce

– Byers también es un apellido importante, aparte le prometí a Lonnie que siempre usaría su apellido y una promesa es un pacto irrompible.

–Pues tal vez no rompiste tu promesa con tu amado Lonnie– comienza a llevar un tono de molestia la voz de James– pero lo hiciste con una persona más importante que tu querido esposo.

– ¿Y quién es esa persona tan importante Hopper? – contesta levantándose con trabajos por el vestido de novia que aun usaba– ¡Dímelo! estoy ansiosa por conocerlo. O te estas refiriendo a t

–No te hagas la idiota Joyce, – dice Jim tomándola de los hombros– me refiero a ti, te fallaste a ti misma y eso es lo mas triste que puede pasarte

–Tal vez me defraude a mi Jim– suelta bajando los hombros derrotada aunque de un momento a otro vuelve a estar recta– pero no le defraudare a él– tomándose su estomago con sus manos–sus padres se aman y aunque tal vez no lo hice de la forma en la que debería de ser las cosas crecerá un hogar

Así es como Hopper entiende porque todo fue tan apresurado. Pero no logra quitar la expresión de decepción que tiene marcada

–Deseo Joyce que todo te salga bien. – es lo único que atina a decir

– ¿Te estas despidiendo?

Hopper la admira un segundo a Joyce aun despeinada y con el vestido blanco roto y manchado, maquillaje un poco corrido y respiración agitada es la novia más hermosa que ha visto. Se acerca dándole un beso en la frente como lo hace cada vez que quiere calmarla, sostiene su cara un par de segundos mas quedándose con la imagen de su Joy y simplemente se va del refugio.

CamelsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora