Eran pareja y eran muy felices juntos. Los sentimientos de ambos eran completamente puros y honestos.
Vivían juntos y trabajaban juntos también, habían abierto con mucho esfuerzo una cafetería.
No estaban en la fiesta, estaban decorando todo con banderines y demás decoraciones, de varios colores, específicamente seleccionados.
Rojo, naranja, amarillo, verde, azul y morado.
En cuestión de una hora terminaron todo, y le encargaron el negocio a uno de sus empleados, iba poca gente ese día así que no tendría problemas.
Subieron al segundo piso, técnicamente, el departamento, y se prepararon.
Banderas y cascabeles adornaban sus brazos, cargaban con una bolsa llena de serpentinas y sus rostros estaban pintados, como aquella vez en la que se conocieron.
Bajaron las escaleras y salieron a la calle, caminaron sin vergüenza hasta llegar al núcleo de la fiesta, allí comenzó la diversión.
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