Capítulo 8

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Menos de diez minutos...

Destino, ten piedad de mi.

Matame.

— Hermana ayúdame a ponerme esta coronilla — Habló la azabache teniendo una visible pelea con aquella pequeña coronilla que sostenía su velo. Jennie asintió, y se acercó a ayudarla, no sin antes sacudir su vestido de madrina por los cabellos que se habían caído sobre ella.

Si, era madrina del Lisoo.

Si, su cabello caía.

La tristeza estaba consumiendola; sus ojos ojerosos, cristalinos y rojos la delataban. Pero su sonrisa fue algo que nunca se desvaneció.

Por favor, Destino.

Haz algo, no importa qué, solo haz que acabe pronto.

Sonrió con melancolía al terminar.
Su hermana se veía hermosa. Estaba felíz por ella, aunque no de la manera que debería ser.

— Te ves preciosa — susurro.

— Gracias, hermana.

Toc toc.

Ambas se miraron, sabiendo lo que significaba. Ya era la hora.

Y se abrazaron.

El cuerpo de Jennie temblaba. Sus dientes apretaban sin piedad su labio inferior, y sin previo aviso saladas y calientes lágrimas comenzaron a caer.

Cualquier cosa...

— ¿Hermana? ¿Por qué lloras? -

El nudo en su garganta era insoportable.

— Por nada... solo estoy muy felíz — Habló entrecortadamente sin querer soltar a la azabache.
JiSoo sonrió con tristeza, y apretó más en sus brazos a su hermana.

Ninguna de las dos tenía la culpa de enamorarse de una misma persona.

Jennie aflojó el abrazo y la dejo ir al escuchar otros dos golpes más.
Se secó las lágrimas y con una enorme sonrisa dijo:

— Ya es hora, hermanita — agarró su mano. — Lalisa te espera.

Cuñada ; Jen&Lis.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora