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Narra Sebastián.

Después de planear todo regrese a la cocina, las chicas estaba preparando algo para merendar y mientras estaba listo ayude a acomodar los colchones, para una divertida tarde de películas. Mi cabeza estaba en otro lugar y simplemente no ponía atención a la película que estábamos viendo llevamos más de dos horas aquí y el hecho de saber que habían visto a Manuel cerca de donde vivimos me puso alerta, tenía tiempo de no entrenar y mi condición física en estos momentos no era la mejor. Me levanté del sillón y subí a la habitación de Caeli, dejándola algo desconcertada por mi comportamiento.

Narra Caeli.

Desde que Juanpa llegó Sebastián ha estado muy raro después de que se encerraron en la sala su actitud cambio, y solo se la pasaba callado, como si algo lo perturbara,mire a Yuya y ella al igual que Juanpa estaban felices y disfrutando de la tarde. Sebastián se levantó de golpe y subió las escaleras sin decir nada, lo escuché dar un portazo y mire a Juanpa.

- Me quieres explicar que le dijiste a Sebastián para que esté así.

-Son cosas de Arango

-Amor creo que ella debe saberlo, mi padre no se enterará...

- Bien...

Mire a Juanpa y preste atención a todo lo que me decía, esto simplemente vino a joder mi vida según yo esos tipos estaban encerrados y jamás saldrían, Después de varios minutos Sebastián bajo la escalera, su vestimenta había cambiado traía un pants negro y una camisa en cuello v negra también además de sus tenis y una gorra. Camino a la puerta del jardin y llamo a Juanpa para que lo acompañará, mire a Yuya y las dos nos pusimos de pie para seguirlos, cuando llegamos al jardín los dos estaban entrenando, jamás había presenciado un entrenamiento de Sebastián siempre que lo hacía era n la academia. Vi como levantó su playera y saco un arma, Yuya y yo salimos de inmediato y Juanpa se hizo a un lado, el sonido de la detonación me hizo soltar un gemido. Sebastián giró su cabeza y frunció el ceño, le entrego el arma a Juanpa y camino a donde yo estába.

-Perdon por asustarte, es solo que necesito entrenar tenemos problemas, y no pienso perderte de nuevo.

-Lo se, solo no quiero que te hagan daño... Ya pasé por esto una vez y...

-No dejaré que le hagan daño, no cometere el mismo error de nuevo.

-Parce tu no tuviste la culpa de lo que me pasó.

-Que tal si dejamos el entrenamiento para después, sebas tu y Caeli pueden regresar a Colombia allá puedes ntrenar mejor.

Sebastián me miró y yo solo asentí, sabía que el necesitaba hacer esto y esta vez estaría ahí acompañándolo en todo momento. Regresamos a la casa y preparamos nuestra maletas, Juanpa se encargo de comprar nuestros vuelos y después de dos horas estábamos en la sala del aeropuerto a punto de viajar a Colombia como hace siete meses atrás.

Narra Juan Pablo Jaramillo.

Teníamos dos semanas en los angeles y aun no sabía que hacíamos acá y mucho menos sabía que hacía frente a esta casa. Manuel me miraba sonriente y después de unos minutos fijo su mirada en dirección a la casa que vigilavamos desde hace días, la puerta se abrió y de ahí salieron Sebastián y Caeli ambos en compañía de Zurita y Yuya, no pude evitar que todos los malos momentos me absorvieran y mis puños se cerraron estaba por bajar del auto y acabar de una jodida vez con ese tipo, pero Manuel me detuvo, gire mi cabeza y el encendió el auto. Subió los vidrios y salimos de ahí.

-Sabes debiste dejarme acabar con el de una jodida vez.

-No seas idiota, Sebastián ya está alerta y créeme esta vez no será tan fácil.

-Y que propones, dejarlo que siga así como si nada después de todo lo que me hizo.

-Parce, Sergio está en camino hacia aquí y créeme que esos dos no se saldrán con la suya

Sonreí y solo asentí con mi cabeza, según a lo que Manuel me había dicho Sergio se había aliado a un viejo rival de Sebastián, su nombre era Daniel Patiño y todo lo conocíamos por paisa, llegamos a nuestro edificio y ambos subimos al piso que compartíamos, tenía años sin ver a Carolina y mi sorpresa fue mayor cuando la encontré a mitad de la sala con uno shorts y plallera blanca olgada, preste más atención y fue ahí cuando cai n cuenta que mi hermana estaba con una barriga enorme ya que tenía seis meses de embarazo, corrí a donde estaba y con mucho cuidado la rodeé en un cálido abrazo que ella correspondió alegremente.

MI GUARDAESPALDAS 2° T Donde viven las historias. Descúbrelo ahora