III

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En un gran palacio de Austria se encontraba Brian May, sentado al frente de su escritorio con una carta en mano. Leía con detenimiento cada palabra escrita en aquel pedazo de papel.

'' Brian, estimado amigo...

Me complace el escribirte de nuevo, ha pasado tiempo desde la última vez que nos vimos y deseo que todo esté funcionando de maravilla.

Debo contarte que en los últimos días he hablado mucho sobre ti a Olesya, mi hermana, la honorable reina de este país. Ella ha quedado encantada con todo lo que le he expuesto, y para mi sorpresa, me ha manifestado su deseo por conocerte.

Justamente ese es el motivo por el cual te envío esta carta, haciéndote una cordial invitación para que nos concedas el honor de tu visita en nuestro palacio.

Dado que Olesya está bastante ocupada, me ha pedido que sea yo quien te escriba, pero está muy entusiasmada con la idea de conocerte y no ha parado ordenarme que te envíe esta carta cuanto antes.

Yo por mi parte, desearía tratar algunos asuntos que podrían ser de tu interés, pero debo comunicarlos personalmente.

Sin más que decir, me despido. Esperamos tu pronta respuesta a esta carta y deseamos que aceptes nuestra invitación.

-Roger Taylor Dunne, príncipe de Inglaterra''

Terminó de leer la carta y se detuvo a analizar un poco. Su ''amigo'' le había enviado una invitación ''a nombre de Olesya'', según lo escrito en la carta, ella se encontraba maravillada y entusiasmada por conocerlo, únicamente por lo que Taylor le hablo sobre él.

Visto de esa manera resultaba increíble, casi imposible. La fuerte personalidad de la apodada ''Reina Asesina'' era bien conocida  en Inglaterra y en toda Europa.

Todos sabían que Olesya no era estúpida, mucho menos ilusa. Claramente en sus planes no estaba el matrimonio, no quería un rey a su lado para compartir el poder, o peor aún, perderlo. Sabían también que estaba dispuesta a eliminar a todo aquel que le estorbara en el camino.

Y aunque nadie poseía la inteligencia de Olesya, Brian también era astuto e inteligente. Sabía muy bien cómo manejar las situaciones que se le presentaban y sabia mover bien sus cartas.

Por tal razón, May tenía que asegurarse de que esa invitación no fuese un juego sucio por parte de los Dunne. Desde el punto de vista político, existían muchas maneras y muchas razones para atraparlo y enredarlo.

Pero, ¿Cómo saberlo? ¿Cuáles podrían ser sus intenciones reales? ¿Podría ser verdad lo escrito en la carta? Muchas dudas rondaban en la cabeza del duque, por lo cual decidió consultarlo con sus más allegados consejeros.

-¿Es probable que Olesya cambiara su convicción y sus ideales tan pronto?-Preguntó May pensativo.

-Desde luego, mi señor.-Le contestó uno de sus hombres-. Probablemente ella ha entendido el verdadero papel que juega en el trono, o bien, su pueblo le ha obligado a ceder. Necesita un rey su lado y necesita un sucesor. Como usted sabe, el primer paso es buscar a las mejores opciones para la corona...usted puede ser una de ellas.

-Lo sé, pero me parece imposible. Es muy extraño.-Hizo una pausa-. ¡Una dulce invitación de la Reina Asesina y su querido hermano!- Dijo con ironía.

-No es una idea tan descabellada si lo analiza a fondo. Inglaterra no es un pueblo fuerte ni poderoso, y no lo será si está siendo gobernado por faldas.-Dijo con atrevimiento-. En algún momento Olesya tendrá que casarse con quien que le brinde control para su reino, y aliados a su corona.

-Bien.-Dijo firme-. Aceptaré la invitación.

-Ha cambiado de parecer...-Le respondió.

-Todavía tengo dudas, pero debo arriesgarme. Envíales la respuesta pronto.-Ordenó.

Aquel hombre refinado, de estatura prominente y peculiar cabello esponjado se retiró del amplio salón en donde se encontraban. Avanzó con rapidez, mientras su mente se sumergía en más preguntas, ¿La familia real de Inglaterra intentado establecer relación con el duque de Austria? ¿El parlamento consiguiendo un marido para la Reina? , nada estaba claro. Solo de una cosa estaba seguro; el nombre de Olesya Dunne le resultaba imponente.

Aquella mujer era un mito, se contaban múltiples historias sobre ella...''su belleza física le da la apariencia de un ángel divino, pero al observar con detenimiento sus ojos oscuros, un escalofrío recorre todo tu cuerpo y el temor aplasta tu corazón. Has encontrado el infierno en ellos'', decían.

   ¿May había acertado en aceptar esa extraña ''invitación''? Ahora nada tenía respuesta.     

The March of the Killer QueenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora