Narra Zayn.
Subí las escaleras de dos en dos, no sabía por qué, pero me arrepentía de haberle hablado de una manera tan brusca.
-No soy nadie para tomar decisiones por ti, y menos en tus condiciones, pero deberías al menos, haberla escuchado. Parecía que venía con buenas intenciones.-escuché a mis espaldas.
-¿Qué te ha dicho?
-Ha venido a disculparse, parecía que de verdad lo sentía.
-¿Dónde está?-miraba por toda la habitación, pero no la veía.
-La has espantado, se ha ido de aquí llorando.-con eso me sentí peor todavía, como una mierda.-Te repito que sé lo mal que lo has pasado con ella, pero siento decirte que esta vez las has cagado tú, creo que has sido demasiado brusco con ella.
-¿Ahora la defiendes?-bufé.
-Que te den, yo solo intento ayudar, capullo.
Salí a la calle y cogí el coche; no sabía por donde empezar... Si se había ido era para volver a su casa, o a casa de su novio me recordó una vocecita dentro de mí. Intenté acallar a esa voz, pero no paraba de recordarme lo estúpido que era por intentar arreglar algo que sólo podía acabar de una manera.
Mal.
Pero sólo para ti, me recordó una vez más.
Tuve muchísima suerte a la hora de encontrarla, no me llevó más de cinco minutos hasta que vi su figura caminar rápidamente.
-Paula, tenemos que hablar.-dije bajando la ventanilla y reduciendo la velocidad. Se detuvo en seco y me miró, ahí fue el momento en el que me di cuenta de que le había hecho daño, y que jamás quería volver a verla llorar, y muchísimo menos porque yo hubiera sido un gilipollas.-Por favor...-parecía insegura, pero eso no le hizo detenerse hasta que abrió la puerta del copiloto.
Conduje en silencio durante unos diez minutos, la verdad es que no sabía qué era lo que le quería decir, pero simplemente estando con ella había sido capaz de respirar por primera vez en semanas.
-Perdón.-murmuró mientras miraba la palanca de cambios.-Yo... No quiero que nuestra amistad se vea tan afectada por mi relación con...
-No lo menciones.-la corté, no quería ni escuchar su nombre.-Por favor.-continué para que no sonara tan brusco.
-Lo siento.
-Continúa con lo que estabas diciendo.-¿acababa de darle una orden? Desde luego estaba hecho un gilipollas.
-Te echo de menos.-sentenció.-Echo de menos que me llames de vez en cuando, que vengas a recogerme por sorpresa y me invites a comer... que seamos amigos.-pude ver cómo una lágrima se escapaba y recorría su mejilla.
-Eh, Paula, por favor, no llores.-me giré y recogí su lágrima con uno de mis dedos.-Yo también te echo en falta.-confesé sin siquiera girarme a mirarle la cara, tenía la vista fija en la luz roja del semáforo.-Pero como te dije en su momento, no sé si puedo estar cerca de ti mientras ese imbécil te arruina.
-Nadie me está arruinando.-intentó luchar.
-Paula, por favor.
-Zayn, te necesito a mi lado. Sé que es muy cruel por mi parte pedirte eso cuando mi novio parece ser tu archienemigo declarado, pero te necesito conmigo. Necesito a mi mejor amigo a mi lado.
No sólo era cruel que me estuviera pidiendo que dejara pasar a su novio como el que no quiere la cosa, si no que me estaba pidiendo que yo estuviera de acuerdo con que la persona a la que yo quería para mí, para poder cuidar de ella, para darle la luna, el cielo y las estrellas; estaba saliendo con un hijo de puta que pretendía alejarla de todos los que la querían para arruinarla y poder hacer con ella lo que el quisiera.
-Es cruel.-afirmé.
-Está bien, ya no sé que más hacer.-dijo tras unos minutos de silencio desde la última vez que yo hablé.-¿Puedes dejarme aquí? Quiero coger el metro para llegar a casa.-se desabrochó el cinturón e intentó abrir la puerta. Yo fui más rápido que ella y puse el seguro que bloqueaba las puertas.
Me miró sorprendida, parecía asustada y no comprender qué era lo que estaba sucediendo ante ella.
-Es cruel.-repetí.-Pero eso no quiere decir que me duela más que no estar contigo.-continué. Me pareció ver en sus ojos un toque de esperanza que la hacía deslumbrar.-Quiero que sepas que quiero seguir siendo tu amigo, mejor amigo o sea lo que sea aquello que éramos nosotros antes de... este descanso de amistad, supongo. Pero eso no quiere decir ni muchísimo menos que cambie de opinión con respecto a Luke.-asintió con mi discurso improvisado.
-Entonces... ¿amigos?-preguntó.
-Sí, pero tengo unas reglas.-estaba cautelosa ante lo que yo tenía que decir.-No hablamos de Luke cuando estemos juntos, no quiero saber nada de lo que hace, no quiero que me cuentes lo maravilloso que es; lo siento, pero ahora tengo que ser egoísta y pensar en mi cordura. No quiero que el tiempo que pasemos juntos lo pasemos hablando de él.-asintió levemente, daba a entender que entendía mi punto de vista y estaba de acuerdo con ello.-Y segundo, no más lágrimas. No se llora cuando estés conmigo, no quiero verte llorar.-intenté ser lo más dulce posible al decirle aquello, le tendí la mano y esperé a que ella la tomara.
El momento en el que entrelazó sus dedos con los míos me hizo sentirme bien conmigo mismo nuevamente.
-¿Quieres...venir a casa?-tartamudeó.-Si no te apetece está bien, no te preocupes, debería estar intentando llevar esto despacio, no quiero que te sientas obligado a...-estaba nerviosa y hablaba más rápido de lo que cualquier persona normal puede entender.
-Eso estaría bien.-le dediqué una sonrisa.
-Bien.-sonrió y siguió mirando al frente, no quitando esa dulce sonrisa de sus labios hasta que aparqué el coche debajo de su ventana. Su expresión cambió a tristeza en un milisegundo y seguí su mirada.
Desde nuestra posición se podía ver perfectamente la ventana del salón, donde se encontraban dos siluetas que parecían muy atentas a nuestros actos.
-No sé si es buena idea que...
-No.-respondí secamente no dejando mostrar ninguno de los sentimientos que trabajaban por mi cuerpo en ese momento: odio, tristeza, cansancio, repulsión...
-Lo siento.-respondió y se bajó del coche lentamente. Antes de que pudiera entrar en el portal, yo ya estaba al final de la calle soltando todo tipo de barbaridades por mi boca.
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Una Foto En Blanco Y Negro (A Zayn Malik Fan Fiction) ESPAÑOL
FanfictionEn tan sólo unas horas puede llamar la atención de un chico, pero su cabezonería, obstinación y orgullo le impiden ver quien es aquel que realmente la quiere.