Es viernes y eso solo significa una cosa: descansar y ver películas con Sofi y Julián. Pero antes de eso, tengo que dar el examen de geometría, lo tengo a la primera hora por lo que no puedo llegar tarde.
Me apresuro más de lo normal en arreglarme , me hago un medio moño con un tiburón, algo suelto pero no quiero perder tiempo en arreglarlo.Cuando bajo a la cocina me sorprende ver a papá desayunando, me entra el pánico al pensar que me he quedado dormida. Veo la hora y no, yo estoy bien, él se ha levantado antes.
-Buenos días papi- digo con retintín, hoy me siento feliz.
-Nada de buenos días papi, hoy entro temprano a la oficina, y cuano vengo veo que ayer no ordenaste nada. Dejaste tu plato en la mesa, nisiquiera en el lavaplatos...-continua papá echando humo por las orejas diciendome todo lo que debería hacer, y que "el que ensucia lava" repite varias veces como si un rezo fuera. Pero pronto dejo de escucharlo, cuando recuerdo lo que pasó anoche con Julián, me ha besado, nos hemos besado aquí mismo, con mis padres arriba y todo.
Oficialmente creo que tengo la sonrisa pegada a la cara, y que nadie podrá cambiar mi estado de ánimo.
Papá sale de la cocina hablándole al aire y agitando las manos en el aire, seguro que si despierta a mamá, se va a arrepentir de ir despotricando de ese modo por toda la casa.
Cojo una manzana del frutero y me emprendo rumbo al colegio con mis audífonos puestos.
Cuando llego no hay casi gente en los pasillos. Voy a mi casillero para sacar mi libro de geometría y repasar antes del exámen.
Llego al salón y solo hay una persona. Me quedo un momento pegada al suelo, y no reacciono hasta que nota mi presencia, me mira y sonríe, haciendo presentes sus hoyuelos.-No te bastó con la clase de ayer ¿eh?- le digo dándole un codazo cuando me siento a su lado, a modo de saludo.
-Me distraje un poco ¿sabes?- dice girándose completamente a mi y levantando una ceja. Inmediatamente me siento nerviosa con su mirada tan centrada en mí.
-Pues anda, dime cual ejercicio te complica-digo intentando cambiar de tema penosamente.
Debe de notar mi cambio de actitud pues se gira hacia delante y se concentra en el libro, está en una página llena de circunferencias con cuerdas. Son ejercicios fáciles de explicar y de entender.
Me siento mal de inmediato al notar que ahora esta cabizbajo y muerde la goma de su lapiz como si fuera un dulce, porque no le he seguido el juego, asi que digo.-Ya sabes hacer eso, ayer los hiciste todos- acerco mi silla a la suya de modo que nuestros hombros chocan- ven aquí- le digo mirándole a los ojos. Sabe a lo que me refiero con eso porque sonríe de inmediato poniendo un mechón de cabello que se me ha soltado del moño, quizás si debí arreglarlo un poco antes de salir de casa.
Suelto una risilla nerviosa cuando siento el cosquilleo que me provoca su mano cerca de mi oreja. Lentamente se acerca a mi y me da un sonoro beso cerca de la comisura de mis labios. Pensé que iba a besarme.
-Buenos días, enana- dice al separarse- ahora si, ayudame con el ejercicio- me pide haciendo puchero.
-Es del teorema de las cuerdas...-comienzo a explicarle y justo llega mas gente al salón. Minutos después tocan el timbre, Vargas no se demora en aparecer en el plano.
Lo que me sorprende es no ver a Sofi aún, tiene que llegar a dar el exámen si o si.El profesor está por empezar a repartir los exámenes cuando golpean la puerta.
La castaña hace su aparición justo a tiempo, pidiendo por favor que la dejen pasar y dar el exámen. Cuando el profesor asiente ya cansado, vuela a nuestro lado y toma asiento. Entoces el profesor da por iniciado la prueba.
De los noventa minutos que dura el examen, me sobran veinte para revisar las treinta preguntas de desarrollo dos veces. Entonces quedando cinco minutos para que acabe me levanto y voy a dejar el folio al escritorio del profesor.
En la puerta veo que Julián me esta viendo y me guiña un ojo, salgo de ahí rumbo a la cafetería. Definitivamente mi manzana de desayuno no bastó.