💕5💕

708 82 1
                                    

Para ser sincero, pensé que nuestra relación no duraría mucho. Es decir, no tengo nada destacable: mi familia es común, mis calificaciones también, no tengo algún talento increíble o algo que envidiar... Y él es todo lo contrario.

Además, a su lado también descubrí otra faceta mía que me desconcertó por completo: la parte celosa, la parte posesiva, la parte que gruñe al ver a alguien más teniendo aunque sea un mínimo contacto físico con Seijuro.

Oh si, los celos son horribles. Fue por esa misma razón que tuvimos nuestra primera pelea.

En esa época ya habíamos ingresado a la universidad. Cada uno tenía muy en claro lo que quería hacer, así que terminamos matriculándonos en escuelas diferentes. Para evitar que la distancia entre nosotros se ampliara por la falta de tiempo y comunicación, Seijuro sugirió que nos mudáramos juntos y así, a pesar de los contratiempos, podríamos vernos por las mañanas, por las noches y los fines de semana, así que acepté sin pensarlo mucho.

Al principio todo iba sobre ruedas: pasabamos mucho tiempo juntos, nos repartíamos los quehaceres y cuando no había nada que hacer, salíamos a una cita por la ciudad; pero pronto llegaron los parciales y nuestra rutina cambió. Cada uno estaba cada vez más ocupado estudiando o haciendo proyectos para las clases, y fue por un proyecto en pareja donde inició el problema.

Sei llegaba muy tarde al apartamento y siempre llegaba con el perfume de alguien más en su cuerpo. Al principio no le tomé importancia, pues a mí también me pasaba eso y la mayoría de las veces ni siquiera me daba cuenta, pero pronto comencé a notar que el perfume siempre era el mismo, y le pertenecía a una mujer. La noche que me di cuenta de eso por primera vez, no pude pegar ojo.

Luego de eso, fui cada vez más consciente de ese perfume. Buscaba ese olor disimuladamente en su ropa cada vez que regresaba a casa. De solo pensar que Seijuro estaba besando y tocando a alguien más, hacía que un ardor se instalara en la boca de mi estómago y unas ganas insanas de demoler a alguien a golpes se instalaran en mi cuerpo. Mis pensamientos no me dejaban en paz.

Fue tanto el malestar, que un día cuando fui a llevarle algo a la universidad y los ví juntos, terminé por reventar. Le monté una tremenda escena, nos terminamos insultando y luego pasamos sin dirigirnos la palabra por toda una semana. Al final nos disculpamos, pues ninguno de los dos aguantó más la situación, y luego le expliqué como me sentía respecto a lo que había pasado. Ahí fue cuando descubrimos lo celoso que podía llegar a ser.

Nuestra historia juntos... [AkaFuri]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora