Time Of Our Lives - Thorki And Stony

~ Capitulo 05 ~

- Brooklyn 1987 -

¿Cuál sería la mejor forma de vivir el verano? Exactamente esa era la pregunta que pasaba por su cabeza mientras sus ojos verdes se abrían con terror.

- Ni un paso más.

- ¿O que?

- Le diré a mamá.

Una sonrisa malisiosa en el rostro contrario y los pasos que lentamente daba para acercarse, eran muestra de que no tenía escapatoria, retrocedió y giró su rostro por un segundo para fijarse en donde pisaria y al regresar la vista al frente solo sintió el agua chocar en su rostro mientras escuchaba la risa de fondo.

Thor se tomaba el estomago entre sus continuas e infantiles carcajadas, Loki lo miraba con el ceño levemente fruncido mientras se acercaba para finalmente empujarlo y verlo caer sobra la cristalina agua del riachuelo rodeado de piedras, ambos llevaban horas jugando en el bosque, ahora con sus pantalones remangados hasta sus rodillas, al igual que sus mangas hasta sus codos y descalzos dentro de la frescura del agua. Loki estalló igualmente en carcajadas mientras su hermano le miraba un tanto indignado por el sorpresivo contraataque, negándose a perder contra el menor de ojos verdes, tomó uno de sus pies bajo el agua y le jaló colocándolo en su misma posición, ahora ambos empapados de pies a cabeza y envueltos entre risas y pequeñas quejas de disgusto muy mal fingido.

A unos cuantos metros, tras un enorme roble y recostado en el césped, se encontraba Anthony sosteniendo con brazos extendidos y frente a sus ojos, una libreta que le tapaba la vista del sol y hacía sombra sobre su rostro, con la cabeza ladeada y una mirada pensativa observaba una y otra vez los cálculos en tinta sobre las hojas blancas, la pluma se mantenía entre sus labios y sus manitas movían de un lado a otro el cuadernillo en el intento de hallar el posible error, tan concentrado estaba en ello que no escuchó la voz que le llamaba con gran excitación, segundos después sintió como el sol se apagaba casi por completo encima suyo y bajó la libreta para ver únicamente la silueta a contraluz de quién lo había estado llamando.

- ¡Tony! Vamos, deja eso un segundo, mira qué lindo - El castaño se acomodó sentándose sobre el cesped mientras entrecerraba los ojos y observaba un pequeño conejo blanco en manos del rubio, pasó su vista del animal a los azules ojos de Steve quien le miraba con una sonrisa de oreja a oreja.

- Te va a pasar la rabia - Mencionó.

Steve frunció el ceño un tanto desentendido y giró el conejo, lo sostuvo a la altura de sus ojos mientras el pequeño de pelaje blanco movía su diminuta nariz olfateando, Tony vió al contrario ladear su cabeza.

- No tiene rabia - El pequeño Stark sonrió al escuchar la respuesta.

El animal empezó a mover sus patas en el desespero de que lo soltaran, Rogers lo dejó cuidadosamente en el suelo y lo vió alejarse entre pequeños y ágiles saltos, el castaño tomó su libreta y caminó hasta estar tras Steve, quién ahora, era al menos ocho centímetros más alto que él, sus ojos observaron la espalda contraria hasta que el rubio giró y dedicó una tierna sonrisa al más bajo.

- ¿Qué? - Preguntó el menor sin rodeos luego de que una sensación de cosuilleo le atravesara la espalda, Rogers negó con la cabeza.

Tres años habían transcurrido desde la primera vez en que se habían conocido, para María, su pequeño Anthony crecía tan velozmente que tan solo pensar que ya tenía ocho le revolvía el estómago, Loki con sus nueve años podía llegar a parecer de menos, y Thor y Steve con su primera decena de años encima se portaban como guerreros de cuento designados a proteger hasta el cabello más insignificante de los anteriormente nombrados, cada estación que llevaba consigo hojas secas y traía olores nuevos dejaba recuerdos inolvidables en los cuatro pequeños, no solo habían sido tres años, habían sido experiencias, seis meses en los que Thor aprendió a amar a Loki y disfrutar o incluso anhelar su compañía, ciento cincuenta y seis semanas en las que Tony se volvió inseparable de Steve, mil noventa y cinco días, veintiséis mil doscientas ochenta horas ...

- Quinientos veinticinco mil seiscientos minutos - Susurró el pequeño Stark ganándose tres miradas curiosas en lo alto del tejado de su casa, todos reunidos frente al atardecer y juntos como solían estar casi siempre - Es el tiempo aproximado que llevamos de conocernos.

Tony giró su mirada a Steve y mostró una leve sonrisa que no tardó ni un segundo en ser correspondida.

- Digo aproximada porque ... - Pasó sus palabras mientras pensaba en como sonaría lo siguiente - en realidad es el tiempo que llevo de conocer a Steve.

Thor mostró una gran y sincera sonrisa, Loki una pequeña y medianamente timida, ambos con sus ropas aún húmedas por el juego que había terminado por empaparlos de pies a cabeza, todos dirigieron su vista al último momento del atardecer, a excepción de Steve, quién giró su rostro y vió con detenimiento como los últimos fragmentos de luz adornaban el rostro de Anthony dándole, según él, la apariencia de un ángel.

- Señorito, me temo que la señora Frigga pide a Thor y a Loki que regresen para la cena - El hombre delgado y elegantemente vestido habló desde el suelo, forzando un poco su vos para llamar la atención de los contrarios.

- Ya nos estábamos despidiendo.

Los hermanos bajaron a la estancia y luego de unos segundos se les vió caminar en dirección a la mansión de los Odinson, Loki movió su mano repetidas veces en dirección a Tony quien le despidió igual y Thor dedicó un saludo militar a Steve quién correspondió con el mismo gesto. Aún sentados sobre el tejado y con la Luna resplandeciendo junto a las estrellas, Tony sintió el caluroso y repentino abrazo de Steve.

- Gracias - Fue lo único que pronunció luego de abaanzarce.

- ¿Por qué? - Titubeó Tony con curiosidad.

- Gracias por contar los minutos - El corazón del castaño se detuvo por un segundo y sin pensarlo correspondió el abrazo ocultando su rostro en el pecho del pequeño rubio.

Minutos después ambos entraron en la mansión de los Stark, Jarvis había preparado la cena y todo el lugar olía deliciosamente bien, en el comedor había únicamente dos platos servidos, Howard y María se encontraban de viaje y era algo a lo que Tony se había empezado a acostumbrar desde hacía un año, todo se trataba de negocios y reuniones y Jarvis era el único que estaba ahí para el siempre, además de Steve. Ambos se sentaron a comer devorando a gusto el filete y las papas frente a ellos y en cierto momento por ambas mentes paso el mismo pensamiento. "Otro día perfecto".

En casa de los Odinson la cena había sido en familia, con exagerada abundancia sobre la mesa y miradas cómplices entre ambos pequeños, en un punto la conversación de Frigga y Wotan se había transformado en temas que poco interesaban a los hermanos y mientras Thor jugaba con las verduras sobre su plato, Loki había desaparecido de su silla, la mirada ansiosa de Thor había encontrado los profundos ojos de Loki que le miraban desde las sombras de las escaleras, invitándolo a que escapara de ahí, el rubio miró a sus padres que conversaban lejanos a su presencia y se deslizó en completo silencio hasta estar bajo la mesa, gateo hasta estar cerca de la salida y ágilmente corrió a las escaleras en busca de su hermano menor.

- Einn - Se escuchó la voz suave y sigilosa de Loki y Thor sonrió.

- Tveir - Respondió mientras buscaba atento y esperaba la aparición de su hermano.

- ¡þrír! - El ojiverde salió de entre las sombras y salto sobre el mayor tumbandolo sobre la alfombra del pasillo a sus habitaciones.

Ambos pequeños rieron, y se vieron a los ojos mientras sus risas cesaban y sus alientos se recobraban, finalmente todo quedó en silencio y Thor se apoyó sobre sus codos para besar la frente de Loki quien sintió arder sus mejillas pero no supo diferenciar si sería por el resfriado que se avecinaba o por cualquier otra razón, el juego de tres conteos con el idioma nórdico natal de su padre era siempre su favorito, de hecho el favorito de ambos.