𝓒𝓐𝓟𝓘𝓣𝓤𝓛𝓞 4.

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-No puedo creer que finalmente lo encontré! No puedo creer que las viejas leyendas de mi nana fueran ciertas.- Taehyung caminaba hacia su casa aturdido sintiéndose emocionado y aplastado. Él había encontrado a su Coeur de Sang, él debería de ser el vampiro más feliz. Aún así ¿qué tenía de bueno encontrar a la Sangre de su corazón si él nunca lo volvería a ver de nuevo? Él no quiere nada conmigo. Incluso niega su atracción por los hombres, mucho más con los de mi tipo. ¿Qué voy a hacer? ¿Puedo ir por la vida sabiendo que él está afuera y no contactarlo? No, él se decidió. Si el were, si Jungkook, no venía pronto a verlo, entonces Taehyung iría a buscarlo. A él no le importaba pasar cada minuto de cada noche acechando el parque Bicentennial, él estaba determinado a encontrarse con el hombre y probarle que se pertenecían.

Pero ¿cómo le probaría eso? Si la sensación eléctrica de que y cuanto necesitaban tocarse no lo convenció, ¿Qué podría hacerlo? Debo de encontrar una manera, ¡No puedo renunciar! En todas las leyendas que su nodriza de sangre le había contado de niño, los pocos afortunados que encontraban su Coeur de Sang habían pasado por muchas pruebas y dificultades para estar con ellos por siempre. Pero al final eso valía la pena, siempre valía la pena si ellos vivirían una eterna dicha con su real amor.



—Soy un romántico incurable —Taehyung reconoció mientras entraba a la cochera de su casa y se dejaba caer en un sofá de piel. —Una probada de amor y estoy débil y tonto como un humano—.Y aún así, él no podía evitarlo.


Él aún seguía sintiendo los brazos de Jungkook rodeándolo, podía sentir su sabor, el calor de su boca y el olor de su pelaje y la especial esencia de su piel. Él no podía evitar quererlo y a él no le iban a importar una maldita cosa las diferencias, solo quería sentir el cuerpo del otro hombre, duro y musculoso contra el suyo, oír que Jungkook murmurara su nombre mientras ellos se unían. Mientras ellos jodían...

Un enérgico toque de la puerta lo sacó de sus fantasías. Taehyung se enderezó y sacó sus manos del interior de sus pantalones Prada en donde trataba de hacer algo que posiblemente calmara el dolor de su pene. 

—Pasa... —gritó, antes de poder terminar la palabra su padre se apareció en el marco de la puerta.

A pesar de su avanzada edad, de sus buenos seis siglos, Jung min se veía como un vigoroso hombre en sus cuarenta. Taehyung había heredado los ojos de su madre, pero su cabello rubio era de su padre y ellos se veían muy parecidos. El señor Kim era ligeramente más grueso que su hijo, pero él aún era un esbelto y elegante vampiro que podía moverse en silencio con la facilidad de alguien que ha estado en la tierra por más de medio milenio.


—Padre. —Taehyung se enderezó. —¿A qué debo el honor?

—Tu madre y yo hemos hablado, Taehyung. —Su padre se detuvo en la mitad de la pequeña pero ricamente decorada sala con sus manos detrás de su espalda parecía un general revisando la formación de los soldados.

—¿Si? —Repentinamente se le ocurrió a Taehyung que él aún debía oler a werelobos. Él se levantó y se movió tan discretamente cómo fue posible para dejar el sofá entre él y su padre.

—Y hemos llegado a una decisión. Hijo, es tiempo de que el titulo pase a ti.

—¿Qué? —Taehyung lo vio incrédulo.

—Tú has estado muy bien desde que nos mudamos aquí, has hecho frente a los cambios admirablemente.

—Quieres decir que no hemos tenido ningún enfrentamiento desde lo de Minjae, obviamente.— Tae asintió ecuánime.—Sí.

"ℭ𝔬𝔢𝔲𝔯 𝔡𝔢 𝔖𝔞𝔫𝔤"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora