La rubia abrió los ojos, entredormida. Bostezó y miró el reloj. "Las ocho, es tempranísimo, puedo dormir otro rato, estamos en vacaciones", se dijo, y volvió a cerrar los ojos. Pero, al instante, los abrió de nuevo. Saltó de la cama y gritó:
-¡LAS OCHO, HOY EMPEZABAN LAS CLASES, MIERDA!
Se agarró de la cabeza, se frotó los ojos y volvió a putear.
-SON LAS OCHO FAMILIA.
Corrió hasta el cuarto de su madre y la sacudió con fuerza. Hizo lo mismo con su padre.
-¡Mamá! No te sonó el despertador.
-¡Mierda!-gritó Hanna, levantándose de golpe. Abrió el placard y se puso la primer remera que encontró.
-Kiara, ve a despertar a tu hermano, vamos. Caleb, ¡despierta ya!
La niña rubia corrió por toda la sala hasta llegar a la habitación junto a la suya. Golpeó la puerta con fuerza y gritó:
-¡August, llegamos tarde!
-¡Por qué demonios todos en esta casa tienen que gritar como si fuésemos sordos!-gritó Caleb desde su habitación.
-¡Tú también estás gritando!-contestó Hanna.
Kiara eligió unos jeans y un top y se cambió frente al espejo. Miró sus cabellos rubios en el espejo. Lo había heredado de su madre. Sus ojos, marrones, igual que los de su padre. Bajó la mirada por su cuerpo hasta llegar al abdomen. Estaba demasiado pasada de peso. Sus brazos eran demasiado robustos, y eso no le gustaba. Eran musculosos, dado que era una nadadora de competencia en su colegio. Sin embargo, preferiría que fuesen más flacos en vez de tan potentes. Sus piernas... tampoco le gustaban. Suspiró. Sonrió. Se cambió y se preparó para ir al colegio. Era el primer día. El primero de un año que nunca iba a olvidar.
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The next generation- Pretty Little Liars
Fiksi PenggemarLas vidas están entrelazadas unas con otras, al igual que las historias. Cuando algo muere, o se cierra, al mismo tiempo nace otra cosa. Nuestras cinco adolescentes favoritas ya son adultas, la historia de su adolescencia termino. Ahora, sus hijos c...