Pov's Deimon
Hoy era mi noche. Debía serlo, rayos quería en serio impresionarla.
Desde la noche anterior hubo algo que en aquella chica llamó mi curiosidad, y es que no pude preguntar sobre su vida, debido a su repentina marcha; y en el auto poco pude ocultar mi interés por ella.
Para ser sincero, creo que fue muy atrevido de mi parte besar su mano, pero no me pueden culpar por querer usar un poco de cortesía medieval para encantar a una chica.
A eso de las tres de la tarde sonó mi celular, era Lilián, la cita de mi amigo y amiga de aquella fémina de ojos celestes.
- Hey! ¿Qué tal?- se escuchaba algo de ruido al fondo.
-¿Si? Hola, querido lamento molestar de nuevo pero creo que los planes han cambiado al parecer mi amiga no...- hubo silencio por un instante, y luego continuo-Verás, Deimon ella dice que lo lamenta mucho pero que... ¿Sabes? Ella suele ser un poco nerviosa en especial cuando el chico es...- luego un grito estruendoso y el choque de algo dio paso a la voz de Glenn
-¿Ho...hola? ¿Si? Hola Deimon, olvida todo lo que te dijo mi querida amiga, estoy emocionada por la salida de hoy, ¡Nos vemos!- y cortó. No pude ni contestarle que yo también deseaba con impaciencia la llegada de la noche.
Resulto extraña aquella llamada pero no me quejo, tuve el placer de oír su voz, a eso le llamo Poder Mental (ley de la atracción, aunque suena mejor a mi manera).
Era el momento de volver de la nube de Goku y buscar algo de ropa. Decidí que una camisa celeste y unos jeans no irían mal, no quería del todo formal pero tampoco como si iría a la universidad.
Bien ahora necesitaba cambiar mi táctica. La pobre mujer creo que le dió algún ataque de nervios debido a mi acción, pues su reacción...debo decirlo: fue rara, salió corriendo al baño y cuando me acerque en el auto me miraba como un bicho raro, pero lo más extraño de todo que me resultaba inquietante.
El reloj marcó las nueve y mis nervios se acrecentaron, pero reuniendo todo mi valor llamé a Glenn para avisarle de mi llegada.
La chica no tardo en bajar y su vestimenta peculiar me dejó fascinado. Se dirigía a mi auto con un vestido blanco, tacones rojos y una chaqueta negra de cuero sobre sus hombros, pareciera que iba a alguna cena de la alta sociedad si exceptuamos su chaqueta.
Como todo un galán de telenovelas, abrí la puerta para la dama y con un sutil alago de mi parte entró mientras reía risueña.
-Veo que le das un giro radical a usar un vestido, siento que llevo a una princesa rebelde.- Su contestación me impactó más que su conjunto de ropa.
-¿Qué te puedo decir? No me gusta ser la princesa en apuros, prefiero ser la bruja que los provoca.- y me dió una sonrisa torcida, cien por ciento arrogante.
Wow, me atrevo a decir que esta chica es una caja de sorpresas.
- Y bien, ¿a dónde vamos? ¿O acaso te reservas aquella respuesta para ser todo más enigmático?- giré a verla con sus ojos brillando con la misma diversión que un gato al mirar su presa.
-Tranquila gatita, iremos a donde desees, pero la próxima te llevaré a la playa a ver si así guardas las garras- por su mirada supe que estaba preparando su próximo movimiento, y al parecer alguien saldría perdiendo.
- Veo que te gustan los sobrenombres, así que hoy te convertirás en Barba Negra.- no tenía ni idea sobre que estaba hablando, para mi suerte noto mi confusión y aclaró diciendo- Hay un barco de fiestas en el centro, el "Morgan" ¿lo conoces?, a ver qué tal te sienta el agua a ti- Había escuchado y visto a ese barco, siempre solía pasar con personas bastante animadas bailando y saludando a las personas por el camino.
-Entonces allá vamos mi capitana- terminé la frase guiñándole un ojo, ya era hora de que la nerviosa sea ella y no yo. Solo conseguí un <<en marcha>> de su parte.
Al llegar me di cuenta que no era tan mala idea estar dos horas en un barco por el río, si a eso le sumas el frío que hacía y la poca tolerancia de mi estómago en los viajes (la última vez vomité en la funda de la planta de mi tía).
Obviamente no dije nada sobre aquello a la princesa rebelde que tenía hacia mi izquierda, pero fue imposible no mostrar mi recelo a subirme.
-Oye Deimon, ¿no me digas que le temes al agua? Resulto que el gato aquí es otro- preferí omitir su comentario y adelantarme a pagar los boletos.
-Buenas noches, desearía saber el costo de la entrada para dos adultos- el señor contestó con un rápido <<veinte cada uno>>, y mi billetera lamento la marcha de estos- ¿Hay comida en el barco? ¿O un bar que vendan algo?- quizás vomitase, pero necesitaba comer.
- No hay comida en el paseo de noche, pero si tenemos bebidas: ron, whiskey, cerveza y vodka.- Fantástico, además de morir de hambre y vomitar frente a una posible conquista, quiere que me emborrache para luego tirarme al agua.
- ¿No tiene vino o sangría?- su respuesta fue un cortante <<solo lo mencionado>>.
Me giré hacia Glenn para avisarle sobre la mala noticia de nuestra futura muerte por inanición, mas la encontré subiendo las escaleras hacia el único local de comidas abierto a las diez de la noche: McDonald's
-¡Ey! ¡Espera!- me apresuré a alcanzarla y descubrí que un niño de no mas de diez años la veía con fascinación en lo alto de los escalones, mientras un viento como salido de alguna película, alborotaba su cabello. Sentía empatía por el chiquillo, pues yo también la mire embobado por un instante.
Ella siguió caminando, similar a Leonardo di Caprio en el Lobo de Wall Street, se veía imponente, la dueña del lugar, como si nada ni nadie podía mandarle, pero también se veía solitaria.
-Al parecer la gatita tiene siempre las garras fuera, lista para atacar- lo dije solo para mí, pero ella me escucho.
-Si sigues llamándome así te dejaré morir de hambre.- dicho esto, entro al McDonald's.
Demoramos treinta minutos en el lugar, pedimos unas hamburguesas con bebidas para cada uno y retomamos el camino hacia el barco fiestero.
Tuve que ayudarla un poco pues sus tacones se atoraban entre los espacios de las tablas, hasta que, ya en el barco, nos dirigimos al piso superior de este, y optamos por saciar nuestro apetito.
Al poco tiempo la barra estaba abierta y una multitud de personas se acercaron para beber, entre ellas Glenn. Regreso con dos vasos con un líquido de color acaramelado, ron.
-Vamos, que si lo tomas despacio no pasara nada. Pero si lo haces muy rápido, se te subirá a la cabeza, tan despacio, que no sabrás en que momento te encuentras bailando sin camisa sobre la mesa.- aunque sus palabras sonaban a broma, se notó la advertencia que llevaban.
- Me parece que hablas por experiencia, pero no te desobedeceré- y di un pequeño sorbo a mi vaso, mientras ella retomaba su puesto frente a mí.
El barco comenzó su rumbo y de nuevo una mala sensación nació en mí: tenía miedo de marearme y vomitar, mas al terminar este pensamiento, Glenn guio a mi boca el vaso de ron junto a una sonrisa radiante.
-Si sigues con aquella cara de pánico, me veré obligada a emborracharte- y bebí, y reí, y seguí bebiendo hasta que sin percatarme termine tres vasos y diciéndole un pensamiento que tuve al verla durante estas dos noches.
-Eres tan extraña, que resultas desconcertante y encantadora a la vez- luego solo recuerdo sentir calor, mucho, y la sensación de volar.
Porque sus labios se sentían etéreos.
N/A
Créditos de la nueva portada a @dearkiwi
Lo agradezco.
¡Y feliz año nuevo!Ciaooo!
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Humans
General FictionNo es una historia de superación, ni una de reflexión y tampoco propongo que de pena... Solo es una persona que decidió contar su historia y darse cuenta lo que realmente significa ser lo que es. Humana.