PRÓLOGO
Realmente odio ese momento.
La lluvía caía intensamente, y los relámpagos que cada tanto pasaban hacían la escena aún más tétrica.
Me encontraba en la sala del Director y Gobernador Stell, supuestamente elegido democráticamente, no sé por qué me había llamado, justo cuando mi madre había vuelto a desmayarse.
-¿Qué desea?- pregunté educadamente. Una palabra dicha sin pensar podía significar que "casualmente" tengamos menos comida de lo normal, o que mi madre no tuviera sus remedios y sanadoras.
El director Stell me miró serio, revolviendo su café. Estaba vestido de forma impoluta: traje y corbata de colores sobrios, cabello totalmente peinado... muy diferente a mi, que llevaba un buso de color gris hasta las rodillas con una mariposa azul, y unos simples jeans y zapatillas, junto con mi indomable pelo, aún más crispado de lo normal gracias a la humedad.
Me miró fijamente, como sopesando lo que me iba a decir.
-Conozco la situación de tu madre- dijo dejando de revolver y poniendo sus manos sobre la mesa- Sería una pena que sus remedios llegaran tarde a su casa... o que las sanadoras se enfermen de un día para el otro-
El muy maldito tenía una sonrisa sarcástica en el rostro.
-Vaya al grano- dije harta ya de sus vueltas- ¿Qué quiere de mi?-
-Que te vayas- dijo como si estuviese decidiendo tirar una lapicera.
-Que yo..¿Qué?- dije sorprendida.
Jamás se me había pasado por la cabeza el hecho de tener que irme. Ya me había resignado al hecho de quedarme encerrada en este pueblo por toda la eternidad y terminar limpiando baños, si tenía suerte.- No entiendo- le contesté, sorprendida.
-Es simple. En la graduación dirás un texto que te pasará mi secretaria, y asunto zanjado. Tu madre estará segura. Pero...- Los nervios se apoderaron de mi cuerpo. No venía nada bueno- No volverás. Jamás-
Otro relámpago pasó, dándole más drama a la escena.
-¿Por qué? ¿Qué he hecho?- pregunté sin comprender.
¡Quería exiliarme!
-Estás maldita- dijo como si fuera obvio- Sólo traerás problemas-
-Eres diferente, eres "especial", no perteneces aquí, este no es tu lugar-
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Vamgel, La primera.
Fantasy¿Quién soy? No lo sé. Todos piensan que soy la simple hija de un ángel que nació maldita. Pero... ¿Realmente soy eso? Algo me dice que no. Mi madre jamás me ha contado toda la historia. Jamás ha querido decirme cómo llegué a ser su hija, qué fue de...