Capítulo 39:

52 3 7
                                    

Después de despedirnos, caminé hasta llegar a mi casa, cerré la puerta y me apoyé sobre ella mientra me mordía el labio inferior y después sonreía de forma tonta. No podía creer que hubiera conocido a ese hombre. Es maravilloso: inteligente, divertido, con confianza, sociable y guapo. Muy, muy guapo. Brooke y Alison ya estaban dormidas, asique les contaría lo sucedido por la mañana. Esa noche, soñé con él. Estábamos en un parque observándo las estrellas, hacía un poco de frío y me dejó su chaqueta. Ambos nos sentíamos agusto el uno con el otro. Esa noche me invitó a quedarme a dormir a su casa, ya que la mía estaba muy lejos y decía que me llevaría él, sino fuera porque cree que es peligroso conducir de noche. Me invitó a su casa, me dejó algo de ropa para dormir (una sudadera que me quedaba grande, y unos leggins que creo qie ran de su hermana pequeña) cuando aparecí para darle las buenas noches, se me quedó mirando embobado, como si fuera la chica más sexy del mundo. Eso hizo que me pusiera nerviosa y que le dijera adiós con la mano, sin acercarme a él lo más mínimo.
Ya estaba en su habitación a punto de meterme en la cama cuando... llaman a la puerta. Abro, y era Thomas, que quería despedirse como es debido. Sé metió en la habitación, cerró la puerta y se acercó a mí. Me agarró, me atrajo hacia él. Su cara vez estaba más cerca de la mía, nuestros labios casi se tocaban. Pero no... me desperté en mi cama, sola, y encima con un calor terrible. Estaba sudando a mares. Joder, con lo bien que iba el sueño... A la mañana siguiente, Thomas me escribió por si podíamos vernos. Le contesté que sí, evidentemente. Después de eso, les conté a las chicas lo que pasó la noche anterior, y el sueño que tuve después.
Me duché, me vestí, desayuné y fui a casa de Brooke en cuanto pude.
-- Qué rápido te has olvidado de Sam, ¿no? Te ha costado mucho menos soñar con él que con Sam.  Eso es un poco raro, ¿no crees? -preguntó Brooke -.
-- No lo sé, Brooke. Le dije, mientras me ponía una manta y estiraba las piernas en un puf -de esos que suele haber debajo de las mesas bajas que se usan para el café, la infusión o el postre -.
-- Ya es hora de que pases página. Y ese sueño es una forma de hacer que pienses en otra persona. Tu subconsciente te está ayudando más de lo que crees. - dijo Sarah -.
-- Y bueno... ¿Cómo besa? - preguntó Sarah con curiosidad -.
-- Aún no lo he besado, lo acabo de conocer. - dije -.
-- Pero cómo que aún no le has besado. ¿eres tonta o qué? - dijo Brooke con indignación.
-- ¡¡Oye, oye!! Sin insultar. - salté de repente -
-- Pero... ¿Cómo es que aún no...? - preguntó Sarah con curiosidad por saber mi respuesta -. Mucha gente se lía en la discoteca y luego no se vuelve a ver en su vida. No pasa nada por liaste con él y pasar a otra cosa
-- O a otro, más bien. - añadió Brooke con una risilla -.
-- Mirad, no quería precipitarme con él. Quería conocerle más, quiero, conocerle más. Y parece que él también a mí porque me ha escrito está mañana.
-- Ni 24 horas después de conoceros y ya os echáis de menos. ¡qué monos! - dijo Brooke - ¿Y qué le vas a decir? ¿váis a quedar hoy?
-- Noo. Hoy no creo, vamos. Es muy pronto, ¿no crees, Sarah?
-- Mira, Lucy. Lo mejor es que te olvides de Sam en cuanto puedas. Es como quitarte una tirita, cuanto más rápido, mejor.

Sam Claflin...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora