Vivir escondidos.
Hinata finalmente abrió los ojos, el día anterior había sido largo. A pesar de sus intensiones, que eran firmes, demasiado firmes, lo único que logró hacer fue mirarlo.
Era patética.
Así que puso en marcha un nuevo plan, iba a encontrar al momento perfecto para decirlo. Miró la pequeña cómoda que había junto a su cama y descubrió un volante, no recordaba muy bien cuando lo había dejado ahí pero tenía información valiosa.
— Así que hay un festival en la noche... — musitó hablando para sí misma, sabía que era la ocasión perfecta para declarar sus sentimientos y no iba a desaprovecharla
Le tomó horas arreglarse para quedar como ella desaba. Horas frente al armario eligiendo que Yukata ponerse. Ella estaba lista para impresionar y nada la iba a detener en su camino.
Al bajar las escaleras sus padres la miraron fijamente, nunca habían visto a su hermosa hija arreglarse tanto, y creían saber la razón.
— Hija... — dijo su padre con seriedad. — espero que ese tal novio tuyo... Naruto te haga feliz.
Hinata tuvo que contener la risa junto a su respiración. Era verdad que Naruto le gustó hacía unos años, sus padres lo sabían, pero al parecer no se habían dado cuenta de cuando ese amor se desvaneció y otra persona se lo ganó
— Padre, no tengo novio — Hinata se acercó a su papá y lo abrazó con calidez, amaba que se preocupara por ella. Luego de unos segundos unió a su mamá al abrazo — Los amo a ambos, espero que nunca se les olvide. Ahora debo irme al festival, buenas noches.
Tras unos minutos Hinata se encaminó al festival. Estaba bastante emocionada ya que sabía a la perfección qué iba a hacer. La speranza nuevamente afloró en ella al ver a un rubio, alto y despeinado sentado solo en la plaza en la cual se realizaría el festival
Se acercó con lentitud buscando a la familia de Minato, mas no vio a nadie a su alrededor.
— Minato-san, buenas noches... — Hinata se sentó junto a él intentando hacer un contacto visual — ¿Dónde está Kushina-san?
Hinata juró ver un pequeño estremecimiento en el cuerpo de Minato al oír el nombre de su esposa. Finalmente miró a la joven sus ojos estaban brillantes como si hubiese llorado, además de que trasmitían cierta tristeza, ira y dolor.
— No lo sé, y la verdad no me importa. — en su voz se oía la misma ira que reflejaban sus ojos. — Hoy peleamos, Hina-chan. Nada interesante.
Ella vio una oportunidad de oro. Minato se encontrabadolido, pidiendo a gritos un hombro en el cual llorar, por lo cual se sentó a su lado y le dirigió una mirada amable, intentando ser lo más reconfortante posible.
— Minato-san, sabe que estaré aquí para cualquier cosa que necesite. Es una muy buena persona y no se merece el sufrimiento que parece está pasando.
— Hina-chan... — Minato se acercó a ella, sonriendo levemente — Eres muy amable, pero hay pocas cosas... Muy pocas cosas que me harían sentir bien en un momento así.
Hinata se sonrojó levemente por los pensamientos que se empezaron a crear en su mente. "Quiero ser una de esas cosas".
— Minato-san... Me gustaría s...
La pelinegra fue nuevamente interrumpida, pero esta vez no fue por alguien, sino por algo. Los fuegos artificiales del festival se alzaron sobre ellos, explotando en colares a lo largo del cielo, formando figuras.
Hinata fijó su mirada en ellos. Tras unos minutos devolvió su mirada a Minato, quien la estaba mirando fijamente desde, al parecer, bastante tiempo. Mas al notar que ella se había percatado no desvió la mirada, solamente se asomó un leve sonrojo en sus mejillas.
— Dime, Hina-chan... — el rubio se había aproximado a sus labios peligrosamente. ¿Esto estaba mal? ¿Estaba mal desearlo con tanto ímpetu? — Dime qué te gustaría... ¿O prefieres que yo lo haga?
La pelinegra nuevamente, como varias veces antes, se sonrojó por completo, tornando sus mejillas de un intenso rojo carmesí. Se sintió desfallecer, aún más cuando los labios de Minato tocaron los suyos, depositando un corto pero tierno beso, el cual ella obviamente correspondió.
Tras el beso, Hinata solo pudo fijar su mirada en los fuegos artificiales. Sentía que si se giraba a mirar a Minato él se desvanecería como si de un sueño se tratase.
— Hinata... ¿Me estás ignorando? — preguntó tras unos silenciosos minutos el rubio, al tiempo que tomó el mentón de Hinata y giró con suavidad su rostro en dirección a él — Por favor, dime que no te incomodó.
Esto último lo dijo en un tono tan preocupado que Hinata sonrió de felicidad. Al fin había conseguido importarle a él, era algo que quería.
Tras el beso, Hinata solo pudo fijar su mirada en los fuegos artificiales. Sentía que si se giraba a mirar a Minato él se desvanecería como si de un sueño se tratase.
— N-No es eso, Minato-san — negó con la cabeza — simplemente estoy algo preocupada, ¿soy un juego para usted?
Minato nuevamente mostró un leve sonrojo, junto a una pequeña risa.
— Hina-chan, nunca serías un juego para mí. Solo debemos llevar esto con cuidado... No quiero dañar tu imagen — nuevamente ese tono preocupado se asomó en la voz del rubio, causando que la sensación de estar en un sueño se volviese aún más fuerte para la pelinegra.
Los segundos, horas, minutos pasaron y la pareja seguía conversando. Ambos se sentían muy suertudos debido a la ocasión en la que mostraron y correspondieron sus sentimientos.
A la hora de volver a su casa Minato acompañó a Hinata, dejándola en su puerta y depositando un beso, para luego irse con la rapidez que lo caracterizaba.
Ella se sentía en las nubes, entró a su cuarto y de ahí al baño sin recordar saludar a sus padres, lo cual les pareció curioso mas no le reclamaron.
Se dio un largo baño en la tina con agua tibia para intentar calmar sus pensamientos, los cuales corrían de un lado a otro chocando con las paredes de su cabeza.
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Vivir Escondidos [MinaHina]
FanfictionHinata se ha enamorado de quién no debía, mas nada va a impedir su imposible amor.