Cosmos.

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Tengo la manía de seducir tus lunas y hacerte cosquillas bajo un manto cósmico.
Me volví un cosmonauta en tu cuerpo y astronauta en tus mil estrellas.
Adquirí esa pequeña obsesión con trazar constelaciones entre cada una de tus pecas.
Me pierdo cada noche en la cosmogonía de tu mirada.
Y me reencuentro en el día con el abrasador meteoro que son tus palabras.
Me siento avasallante en el ínfimo deseo que me provoca la vía láctea que se esconde entre tus labios.
Descubro los planetas que subyacen a tus pies cada vez que lloras.
Quedó cegada junto al brillo intrínseco que destellan tus manos al abrazarme.
Y vuelvo a esa costumbre de perderme en el campo gravitatorio que rodea a tus inefables pensamientos.
Siendo así que mi galaxia de sentimientos busca una y otra vez corromper tan hermosa supernova en desastre cósmico.

Historias de un jinete de dragón. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora