- No necesito ayuda.- STONY.-

Parte II

- No, no, no, por favor, ahora no Extremis.-Murmuraba ahora en un tono de suplica a medida que conectaba aquel cargador portátil a los dos brazaletes volviendo este al color azul de antes mientras que poco a poco sus ojos volvían a un color normal y de sus manos ya no salia aquel vapor, ahora pudiendo tomar aire y respirar echándose para atrás en aquella cama y tratar de calmarse del susto.-

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-¿Visión, que fue eso?.- Pregunto Wanda entrelazando sus dedos con los del nombrado mientras en la pequeña mesa frente a ella descansaba la taza de café ya vacía. En ese momento, todos prestaron atención al androide. Por un momento Steve se siente tentado a ir a la habitación del millonario, pero no lo hace, sabe que puede empeorar las cosas y siente que aun no es el momento de hablar con el millonario. Vuelve a sentarse junto con su amigo, Bucky y siente que apoya una mano en su hombro ejerciendo cierta fuerza en forma de apoyo.-

- Me temo, que no me encuentro con el permiso para hablar sobre lo que ocurre con el señor Stark, pero, puedo decirles, que por el momento, todo esta bajo control.-

Con aquello dicho por el androide se dio por terminada la conversación, aunque aquello no dejaba del todo tranquilo al rubio se tubo que conformar con eso, por el momento, al menos.

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Poco tiempo después de que llegara el medio día, Stark decide salir de su habitación, el no se ocultaba, para nada, pero simplemente no le agradaba la idea de pasear por toda la torre con un cargador portátil, especiales para aquellos brazaletes, colgando de sus brazos, gracias, pero no gracias.

- FRIDAY ¿Donde se encuentras los demás?.- Pregunto caminando a la cocina en busca de una taza de café, hasta el momento no se había encontrado con nadie en la sala. Se aparto un poco y decidió sentarse en uno de los taburetes de la cocina esperando a que la maquina terminase su trabajo.-

- Me temo que todos se encuentras en el gimnasio, el Señor Scott y el Señor Sam salieron. ¿Quiere que le prepare algo de comer?.- Pregunto la IA.-

- No, cariño, gracias.- Respondió levantándose y tomando la taza ya preparada de café, bebió un poco de esta y camino hasta uno de los muebles del gran salón, una idea se le vino a la mente, ahora que lo recordaba el brazo de Bucky se encontraba en mal estado, por lo que, el pensamiento de arreglarlo cruzo su mente. El millonario admite, que luego de pensar fríamente semanas después de los acontecimientos con el "Mandarín", de que no era su culpa, no era el mismo, estaba siendo controlado, pero aun, le dolía la traición y golpes del Capitán. Suelta un suspiro exasperado y cierra sus ojos un momento volviendo a tomar de su taza, no percatándose de la llegada de alguien al salón.-

- Tony...

- El nombrado abre sus ojos encontrándose con la figura del Rubio parado frente a el a varios pasos de separación.- ¿Que quieres Rogers?.

- Debemos hablar.

- Ya lo se Rogers, pero no me encuentro con ganas de tratar ningún tema y mucho menos contigo.

- ¿Puedes al menos decirme que ocurrió, es decir, saliste corriendo por el sonido de eso.- Dijo el rubio señalando con e dedo uno de los brazaletes fijando su mirada en este y luego pasarla al rostro del castaño dando lentos pasos hasta estar frente a este, el cual se encontraba aun sentado.-

- ¿Sabes?, me habría encantado si en el pasado hubieras sido igual de insistente, pero con los tratados.- Respondió borde con un semblante serio en su rostro a medida que se levantaba y tomaba su taza. En un intento por alejarse, es detenido por la mano del rubio tomándolo por el brazo.-

- Por favor, solo hablemos, no puedo seguir así contigo, ya han pasado tres años, en algún momento debemos superarlo. Se que te hice mucho daño y en verdad no sabes cuanto me arrepiento, se que debí contarte lo de tus padres, pero, cada vez que lo intentaba las palabras no me salían, y se que para ti, la muerte de tu madre es algo muy delicado, lo se, y lo siento mucho. Se que termine de destrozarte cuando clave el escudo en tu pecho, lo se, y en verdad lo siento, me deje llevar totalmente de mi parte irracional, aquella que no entendió que lo que le ocurrió a su mejor amigo hace años había quedado superado, aquella que tampoco entendió que por cada golpe que te daba era un trozo de tu corazón rompiéndose, que el amor que algún día tuvimos, por cada maldito golpe, ese amor iba disminuyendo a tal punto de llegar al odio, créeme, lo se, y lo siento.

- Para este punto los dos afamados Héroes se encontraban con lagrimas recorriendo sus mejillas hasta caer al suelo, cada uno con sus ojos cristalizados, para Steve revivir aquello era horrible, pero, era aun peor ver como la persona que alguna vez le brindo, un hogar una familia y un corazón que amar, lloraba y sufría por su culpa, prefería mil y un veces ser torturado que ver sufrir a su castaño, a su Tony. Es consciente de que no lograra su perdón tan fácilmente y mucho menos recuperar su amor, pero se esforzaría, aunque aquello le llevara toda la vida.

- Sin poder resistir la tentación, el rubio paso una de sus manos por la mejilla del millonario, limpiando y quitando cualquier rastro de lagrimas. El de menor tamaño imita su acción limpiando con una mano las lagrimas del mas alto, permitiéndose solo por un momento respirar tranquilo y poder tener su alma en paz, al menos solo unos segundos. Aquello no significaba que el millonario lo perdonaría tan fácilmente, para nada. Pero se permitirían dar un avance solo un pequeño avance, por que, el momento había llegado y necesitaban calmar sus demonios, aquellos que no los dejaban dormir, aquellos que solamente se ocupaban en destruirlos, pero ya no mas.

- No te perdonare tan fácilmente Steve, pero, al menos quiero quedar en buenos tratos contigo, ya no puedo seguir ignorándote, somos los lideres de un equipo y para que todo funcione correctamente, debemos estar en paz nosotros.-

- Solamente necesitaba escuchar eso... Solamente.- Murmuro el rubio mientras quitaba de las manos del contrario aquella taza dejándola en la mesa para luego envolver en un abrazo a mas bajo, sintiendo como la felicidad volvía poco a poco a el cuando este continuo aquella muestra de afecto mientras cerraba sus ojos. Ninguno notando la presencia de los demás habitantes de aquella torre y tampoco notando como la Espía posaba una mano sobre la boca de ojo de halcón callandole de cualquier frase tonta o estúpida que rompiera el momento.-