1. De panqués y canciones

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« Cuidado con encandilarse,
se puede confundir
una que otra cosa »

Era como ver el sol.

—... Entonces tienes que dejar en este compartimiento los expedientes de la gente que aún no se formaliza...

Era como ver el sol, ciertamente. Algo agradable, pero también algo molesto.

—... Y en este otro se colocan los que ya están en juicio...

¿Es posible que alguien te agrade y te moleste al mismo tiempo?

—... Finalmente, aquí se colocan los expedientes de los que ya se fueron a prisión. Los que quedan libres se devuelven al compartimiento pero en una sección diferente para...

Quizás era posible. En este mismo momento a Ivan le agradaba y le molestaba el capitán Goodman, de quien había obviamente escuchado antes de que le transfirieran a esa estación policial.

O quizás era solamente esa pequeña envidia que solía sentir siempre por cada persona.

—¿...Oficial Karelin?

—Oh, sí, comprendo —asintió con la cabeza y tomó asiento en lo que sería su oficina. Nada más que revisar expedientes, papeleo, antecedentes y clasificación. Poco y nada le servía el servicio policial que había rendido en su juventud como cadete ya que no tendría que disparar, arrestar o enfrentarse cuerpo a cuerpo con algún malhechor.

Emitió un suspiro.

—¿Ocurre algo, oficial? —se detuvo antes de salir de la oficina, con una sonrisa cálida que no auguraba ningún tipo de reprimenda, únicamente una pregunta.

—No, nada —respondió tomando un par de carpetas, abriéndolas, para comenzar con su trabajo.

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—¿Ese es el ruso, no? —susurró uno de los oficiales por lo bajo al ver fuera de la estación a Ivan Karelin, el que no parecería policía de no ser por el uniforme.

—Sí. El que se encargará del papeleo.

—El "so-and-so" —agregó otro con tono burlón.

Ivan pudo ver desde afuera que le miraban. Quizás estaban hablando de él. Prefirió no darle vueltas al asunto y con uno de sus recurrentes suspiros terminó de estacionar su bicicleta y acto seguido entró a la estación, dirigiéndose sin reparos a la oficina que le correspondía.

Keith hizo una mueca al escuchar lo que decían los oficiales, mueca que intensificó un poco más al ver que el rubio de ojos morados entraba a la oficina sin siquiera saludar.

Él no era persona que frecuentara el reprender a los demás, incluso para ser el capitán lo consideraban algo suave pero no por ello injusto. Siempre le daba su pago a los criminales.

Se levantó de su asiento llevando varios pares de carpetas, entrando por la puerta que decía "Oficial Ivan Karelin, clasificación de expedientes".

—Oh. Buenos días, capitán Goodman —saludó el rubio, poniéndose en pie, a lo que el contrario respondió con una sonrisa y un movimiento de mano para que el subordinado se sentara.

The so-and-so [Soragami] [Sky High x Origami Cyclone] [Tiger & Bunny]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora