Un corazón roto y otro arrancado

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Había comenzado aquella mañana despertando a la pareja con gritos de la chica, a quien desperté llenando las heridas sangrantes en sus pies con sal.

-Shh...cielo calmate...tus gritos no me dejan oír como tú novio llora...-ahora ella tenía sus muñecas amarradas con alambres de púa, así que mientras se retorcia de dolor por sus heridas en los pies, gritaba por sentir su piel desgarrada por aquel metal. ¿Olvidé decir que el alambre es oxidado?

-Du-duele...por favor...ten piedad....

-Mira, zorrita, citaré las mismas palabras que tú novio me dijo algún día: "Matarte contaría como piedad". Así que hay más diversión para mi-dije gritando y riendo, la locura se apoderó de mi en aquel instante.

-Fue demasiado por hoy...dejala en paz por el momento...

-¡Oh! Es cierto- miré el reloj que se hallaba en mi muñeca izquierda - es hora de almorzar...

Como ya lo tenía planeado de la noche anterior, traje hasta ellos una mesa con comida, específicamente para la chica una ensalada rica en calorías y para el chico, un trozo de carne. Tomé el plato de la chica y se lo puse en las piernas, le solté las muñecas y le dejé una cuchara.

-Adelante, come, las lombrices hicieron un buen trabajo hoy.

Hice lo mismo con el chico, pero este tomó mi cuello e intentó ahorcarme.

-Hey, Hey, Hey....calmate si...-golpeé su cuello, dejándolo aturdido y así escapé- y pensar que te traigo comida de la buena para que no mueras. Me voy a dormir la siesta...hasta luego...

-Hey...P...no comas eso...

-¿Por qué no? Es carne...

-¡Claro que es carne! Pero...es un corazón...

-¿Un corazón? C...al menos no moriré aquí, comere lo que sea... Deberías hacer lo mismo.

-Esa maldita quiere que no muera, así que moriré antes de lo esperado para que no se divierta conmigo.

-Mira maldita zorra, o comes y te hago sufrir lo menos posible o el tendrá las consecuencias.

Mientras ellos hablaban yo los escuchaba y observaba por la cámara que había instalado.

-Ya que estas hablando con nosotros ¿puedes explicarme el por qué del corazón?

-Pensé que no lo notarian, pero, lo explicaré de todos modos. ¿Recuerdas el cómo me rompiste el corazón? Ese día pasaron dos cosas: hubo un corazón roto y otro arrancado. De ahí imaginate lo que quieras.

Crónica de una venganza sangrientaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora