Real

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Había comenzado el tercer día de tortura. Éste sería algo especial, puesto que traje unos "invitados".

-Veamos...¿Acaso crees que ella te tiene fidelidad?- el rostro de ambos se desfiguro por la sorpresa.

-¡Claro que sí! Es mi novia.

-¿Y por qué ella no dice nada?

-¿amor? Lo que ella dice es mentira...¿verdad?

-Lástima por ti, deja que te haga una demostración de su real trabajo.

Saqué a la chica de la silla a la cual estaba amarrada, até sus muñecas por sobre su cabeza y golpeé su estómago, dejándola en el suelo adolorida.

-¡Chicos! Su turno.

En ese momento llegaron cuatro chicos, quienes tenían su rostro escondido tras una máscara, el menor de ellos se acercó a mi y me entregó unas cintas de grabación.

-Primero, ella de forma literal es una zorra, segundo, estos hombres tal vez los conozcas de algún lado y tercero, tengo pruebas de ello. Hagan lo que quieran.

-¡Ella no haría algo como eso! ¡Lo sé!

-Mejor calla y disfruta del show...lo preparé especialmente para ti...-dije afirmando su cabeza de tal manera que vería todo lo que sucedería de ahora en adelante.

El mismo chico que se acercó a mi comenzó a sacar la ropa, que según su parecer, estorbaba. Luego simplemente empezó a violarla sin control alguno, haciendo que ella gimiese como una «perra». Vi como él miraba atentamente, abriendo su boca para poder decir algo, pero las palabras no salían de su boca, la única acción que pude ver claramente fué la de sus ojos acuosos, preparado para llorar. Sin embargo, ninguna lágrima fue derramada en aquel momento.

-¿Ahora sabes a lo que me refiero? Tengo más pruebas por si quieres seguir comprobandolo.

-Déjala...al menos por hoy...

-No hasta que le duela.

Hice una señal para que los cuatro la dañaran, de todas las maneras posibles.
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Cuando ya todo había terminado dejé a la chica amarrada a su silla, desde donde la había sacado.

-Los dejaré por el resto del día, así pueden hablar las cosas con calma.- Me fuí dejando aquel lugar apestoso, las voces de nuevo me estaban hartando.

-¿Desde cuándo?

-No sé de qué hablas P...yo...

-¡Responde maldita sea! Pensé que me juraste fidelidad...¿Por qué? ¿¡Me has mentido todo este tiempo!?

-P...no es lo que piensas...por favor créeme...

-Lo de nosotros, pensé que era real....

Crónica de una venganza sangrientaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora