Hazme lo que quieras... pero, no me dejes. #23

3.3K 191 4
                                    

Era lunes por la noche y yo seguía en la oficina, como iba a tomar un par de días libres porque finalmente Kai y yo nos iríamos de vacaciones, tenía que dejar todo listo en la oficina. Estaba concentrada respondiendo unos mails cuando escuché que tocaron mi puerta, giré la cabeza y casi me da un paro cardíaco cuando vi que era Jungkook.

– ¿Tú?, ¿qué haces aquí? – pregunté más que sorprendida.
– Buenas noches, yo muy bien, aunque no tanto como tú – exclamó con una gran sonrisa entrando y se quedó de pie del otro lado del escritorio.
– Buenas noches ____, ¿cómo estas?
– Que diferencia, primero los saludos y luego lo que quieras.
– Ahora sí me puedes decir a que debo el honor de tu visita.
– Eu me pidió que te entregara esto – respondió entregándome un sobre blanco en el que estaba escrito mi nombre con una hermosa letra – le has caído de maravilla ya que ha sido muy selectiva con los invitados no sé que le hiciste, pero te quiere ahí.
– Jungkook, pero yo... ¿tú quieres que yo vaya?
– Sería divertido, va a ser en Miami, imagínate, el mar, la playa, el sol, la arena, tú y yo desnudos al anochecer – respondió mientras caminaba y se paraba junto a mí, recargado en el escritorio, yo hice un poco la silla para atrás, nerviosa – además, Eun no te perdonaría tu ausencia y sabe dónde encontrarte y no querrás conocerla enfadada, hasta asusta a Hyun, así que imagínate.
– Trataré, pero la verdad no te lo aseguro.

Me dio una de esas sonrisas arrebatadoras que elevaba mi pulso a mil y entonces recordé lo que había fantaseado con él en varias ocasiones, mi corazón se aceleró ante semejante idea, no imaginé que pudiera cumplirla, lo bueno es que pasaban de las ocho y no había nadie más en la oficina, salvo los vigilantes pero se encontraban en la planta baja, así que decidí arriesgarme.

– Necesito ir a la oficina de mi jefe por unos papeles – dije para despistarlo, quería tomarlo por sorpresa.
– Está bien, te espero.

Le di una pequeña sonrisa y salí, entré a la oficina de Rose y le agradecí su vanidad como nunca antes. Me miré en el espejo que tenía pegado detrás de la puerta y arreglé un poco mi cabello, no sé para que con lo que tenía planeado hacer. Caminé de puntas a mi oficina y lo vi sentado sosteniendo y mirando una foto mía con Kai, se me había olvidado que la tenía ahí. Cerré despacio la puerta de la oficina y le puse el seguro, caminé tratando de no hacer ruido y cuando estuve a su lado, le quite el portarretratos de la mano y lo puse con la foto hacia abajo sobre el escritorio.  

  Me miró y entonces yo me senté encima de él, con mis piernas a sus costados, me sonrió sensualmente, adoraba esas sonrisas, puse mis manos sobre el respaldo de la silla y lo besé apasionadamente, él me abrazó y comenzó a acariciar mi espalda, devorando mi lengua, yo comencé a desabrochar su camisa sin dejar de besarlo y él me sacaba la blusa de la falda, cuando lo logró, acarició la piel de mi espalda y sentí que movía sus dedos para desabrochar mi blusa, pero lo frené.

Me hice un poco hacia atrás y la desbroché yo lentamente, él me miraba fascinado, con la sonrisa retorcida, me abrí la blusa y desabroché el sostén, de casualidad me había puesto uno que se abrochaba por enfrente, cuando destapé mis senos él comenzó a besarlos, pasando su lengua por mis pezones, yo emití un suave jadeo y eché mi cabeza hacia atrás por las sensaciones que me provocaban sus labios.

Subió mi falda y comenzó a retirar mi ropa interior, me puse de pie para quitármela por completo y él saco un condón de la bolsa del pantalón, me sorprendía tanto que siempre llevara uno consigo, no quise pensar en eso, sólo disfrutar del momento. Le quite el condón de la mano, le desabroché el pantalón y me hinqué, me llevé su erección a la boca y él emitió un gruñido delicioso, así que seguí absorbiéndoselo con delicadeza, su cabeza la tenía hacia atrás y se lamía los labios gimiendo con sus dedos enterrados en mis cabellos.

Cuando ya no aguanté más, le coloqué el condón y me monté en él emitiendo un gemido cuando lo sentí dentro de mí, él levanto la cara, me tomó por nalgas y me ayudo a subir y bajar mientras nos besábamos frenéticamente, yo tenía los ojos cerrados, concentrada únicamente en las maravillosas sensaciones que me hacía sentir, me fascinaba la forma en que se movía en mi interior. Nos separamos para respirar, pero nuestros labios seguían juntos, jadeando, inundando nuestras bocas con el tibio aliento que emanábamos. Le sujeté las manos y las enlacé con las mías colocándolas en los costados de su cabeza.

– Me fascina cuando tomas el control – susurró con la voz entre cortada.
– Te haré mi esclavo, entonces – dije mientras me movía en círculos.
– Hazme lo que quieras... pero, no me dejes.

Le sonreí y seguí moviéndome, no quería engancharme en sus palabras, no cuando estábamos teniendo sexo, en ese estado se dicen muchas cosas, pero no tienen el mismo valor a cuando se dicen con los cinco sentidos bien puestos. Apreté más sus manos cuando sentí que juntos llegábamos al orgasmo y recargué la cabeza en el respaldo de la silla, él se soltó y me abrazó fuertemente.

– De verdad eres maravillosa – susurró en mi oído y una sonrisa apareció en mi cara.

Un repentino ruido nos hizo aterrizar de golpe en la realidad y me levanté a toda prisa, con los dedos temblorosos me abroché el sostén y abroche la blusa, abrí la puerta despacio y sólo asomé medio cuerpo, era uno de los vigilantes que había subido a hacer su rondín habitual.

– Buenas noches señorita ___, ¿todavía por aquí? – dijo amablemente.
– Sí, terminando una campaña, pero ya casi me voy.
– ¿Quiere que le pida un taxi?
– No es necesario, gracias.

Me sonrió y caminó a los elevadores, yo apreté los ojos de miedo y cerré de nuevo la puerta. Me di la vuelta y Jungkook estaba parado justo detrás de mí, con su dedo pulgar delineó mis labios y luego acarició mi mejilla y bajó a mi cuello acariciándolo también.

– Debemos irnos, los policías estarán a la expectativa de mi salida, además, deben saber que estás aquí.
– Dije que iba a otro piso, no saben que estoy aquí contigo, es una gran ventaja que las ventanas de tu oficina tengan persianas, no se dio cuenta de mi presencia – dijo mientras besaba suavemente mi cuello y acariciaba mi cintura.
– jungkook, por favor – dije con un hilo de voz, mi cuerpo estaba reaccionando de nuevo a sus caricias haciéndome perder la perspectiva de donde nos encontrábamos.
– Sólo una vez más, haré un viaje de negocios y no sé cuando pueda regresar a seul, quizá nos veamos hasta el día de la boda – anunció lamiendo mi oreja en tanto sus manos acariciaban mis senos por encima de la blusa.
– Aún no te he confirmado que iré.
– Con mayor razón, necesito hacerte mía una vez más esta noche.

Me besó apasionadamente mientras desabrochaba la blusa y la bajaba dejando al descubierto mis hombros, dio pequeños besos en uno y después siguió por mi cuello y paso hasta el otro hombro, yo tenía mis manos entre sus cabellos. Me cargó y me depositó sobre el escritorio, como pude hice a un lado las cosas y tiré el portarretratos al suelo, él se rio y sentí como separaba suavemente mis piernas para enterrar su cabeza y besar mi parte más íntima.

Sentí que iba a explotar y él se detuvo, yo lo miré casi con furia y él sólo me sonrió, se colocó un nuevo condón, tomó mis piernas y entró en mí de golpe, moviéndose con desesperación, gimiendo al unísono, lo veía morderse el labio inferior, totalmente perdido en la excitación y en la lujuria del momento, gruñó cuando llegó al clímax, lo que provocó que yo lo alcanzara instantes después y luego salió de mí.

El sonido de mi movil hizo que pegara un grito del susto y hasta me llevé la mano al pecho, Jungkook se rió a carcajada abierta y yo le di una mirada de odio. Alcancé el aparato y los colores se me fueron de la cara cuando vi que era una llamada de Kai, no quería siquiera imaginar que hubiera pasado si se le hubiera ocurrido llamar dos minutos antes. No muy segura contesté, sabía que insistiría.  

Eres mi tentación » J.jkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora