V: ARCHIE

250 25 3
                                    


Todo sucedió tan rápido que cuándo estuvo consiente de su entorno, solo pudo sentir al bebé tan pequeño y diminuto en sus brazos. Lo cargó con culpa y no se atrevió a descubrir su carita, solo fueron unos segundos que duraron muy poco, lo entrego devuelta a la enfermera y se concentró en los documentos en sus manos. Louis los firmo con el corazón roto, después de hacerlo se los entrego a la trabajadora social quien la miraba con cierto toque de pena. Cuándo los detalles de adopción estuvieron completados la habitación quedó en un silencio que lo asfixio, su pecho seguía doliendo y sin que pueda evitarlo de sus ojos brotaron cristalinas lágrimas.

Se permitió llorar después de mucho tiempo, dreno el dolor que lo volvía miserable. Se acurrucó entre mantas frías y cuándo James entró a la solitaria   habitación no pudo mirarlo a la cara, bajo la mirada a sus dedos cómo si fueran lo más entretenido  del mundo, se sentía cómo una asquerosa basura.

—Lo he dado en adopción —dijo Louis lentamente, se restregaba las mejillas con dureza—. No quería causarte problemas innecesarios, se que no debí buscarte y mucho menos meterte a este desastre... No fue justo de mi parte, regresar y pretender que todo seguía bien entre nosotros cuándo no es así, todo esta lejos de estar bien. Lo lamento, ten por seguro que no volverá a suceder nunca más.

James soltó una risa que fue tan hueca cómo su alma, no tenía gracia, sonaba helada.

—¿Problemas innecesarios? Es tú hijo un problema que puede dejar a extraños para que ellos se hagan cargo, acoso te estas escuchando —escupió el omega con furia, su rostro tintado de un color carmín—. En las noches cuándo te rodees de lujos y oro frío,  quiero que recuerdes a ese hijo que dejaste atrás por cosas innecesarias que carecen de sentimientos, de calor, de amor y cariño. Cuándo te sientas solo, vacío y te acueste con un desconocido, recuerda a ese alfa que dejaste atrás por egoísmo. Qué gran decepción Louis, nunca te entendí, en el tiempo que te conocí, te aprecie y quise cómo un amigo casi un hermano. Pero ahora te veo y solo puedo ver a un desconocido con un corazón muerto y aún así espero que puedas encontrar un camino, una luz que te guíe en esa oscuridad.

La tráquea de Louis se apretó cuándo la puerta se cerró; James se marchó. Sintió un frío helado en el corazón. No pudo decir nada porque las palabras quedaron atoradas en alguna parte de su garganta, se las trago y las guardo con billis amarga. Cuándo hubo llorado lo suficiente se limpio el rostro y sonrió al vacío silencioso. No podía cambiar las cosas ahora que ya estaban hechas, así que solo seguiría viviendo cómo un día lo imagino, de todos modos el problema fue resuelto y ahora su libertad fue adjudicado en un papel que el firmó.

«——————— ∞✴∞ ———————»

Dos años después...
París, Francia.

—Estoy tan feliz —Confeso un omega con una sonrisa resplandeciente, tan brillante cómo un sol ardiente.

El alfa a su lado solo pudo reír ante las palabras de su pareja, ambos hicieron un viaje especial a Francia después de enterarse que su solicitud para adoptar al pequeño bebé de tres años del que ambos se enamoraron fue aceptada.

—Quiero llevarlo a casa y cuidarlo por siempre, es tan pequeñito y lindo. Es cómo un pequeño pastelito que quiero comer —dijo su omega sonriente, mirando al bebé que dormía plácidamente en sus brazos, lo arrullaba con suavidad.

El alfa lo observado con ojos dulces, el bebé tenía una piel pálida y lechosa, sus nariz era cómo un pequeño botón, un hoyuelo se le formaba cada vez que sonreía y poseía unos ojos hermosos de color verde primavera. Además tenía un cabello rizado de color caramelo, y esas preciosas y largar pestañas junto a esos cachetes rechonchos lo hacían ver más que adorable. Definitivamente él también quería comer a besos al pequeño Archie.

—Siento que es cómo una mini copia tuya, aveces creó que me fuiste infiel con algún omega francés—se burló Zaid con una sonrisa de dientes blancos.

Harry solo pudo soltar una carcajada, se veía feliz y brillante, sus ojos solo transmitían amor y adoración a ese omega de sonrisa preciosa.

—¿Yo? Cómo podría engañarte si te amo tanto —Confeso Harry con palabras sinceras y dulces.

Los orejas de su omega se pusieron de un tono rosado y Zaid solo pudo mirarlo con ojos dulces antes de acercarse y robarle un beso como sabor a granos de café francés. Harry tenía que admitir que sabía delicioso en su boca, le sostuvo de la nuca para profundizar el beso, lo comió y saboreo con ternura, bebió de los labios de su omega con hambre. Después de unos minutos se separaron con ojos brillantes.

—Ya, eres un alfa hablador.

Harry solo pudo reír feliz por haber encontrado una luz al final de un camino lúgubre, de encontrar a una maravillosa persona que creía en él. Un omega que lo amaba de verdad.

—En realidad lo soy, por ti seria cualquier cosa —Respondío Harry sosteniendo suavemente en sus brazos a su pequeña familia.

La calidez con los rayos de sol viniendo desde el ventanal nunca antes se sintieron tan brillantes y en esa habitación con una pareja de alfa y omega, junta a un bebé amado una nueva vida comenzó por un camino iluminado.

CONTINUARÁ...

 DARKNESSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora