¿Encerrados?

4.5K 661 87
                                    

Las lágrimas del menor terminaron hace rato, estas fueron intercambiadas por una mueca de asombro y nerviosismo.

¿El chico qué le ayudo fue SeungMin? ¿Por qué lo hizo? ¿Tuvo alguna razón en específico o no? Quería saber todo eso, pero sus cuerdas vocales no articulaban ni siquiera sonidos.

Por otro lado, su hyung lentamente y sin hacer el mínimo ruído, levantó su trasero del piso estruendoso, y con la mirada atenta de JeongIn en él, dió unos pasos en dirección a la puerta cruzándose con él hasta estar delante de esta. Un simple vistazo y se percató que no podrían salir de ahí; sólo se podía abrir desde afuera, no tenía cerradura por su lado.

- Mierda. - susurró casi hablando para llamar la atención de su amigo, el susodicho no le hizo mucho caso, estaba en su mundo y no parecía querer irse.

Por inercia el cuerpo de SeungMin se derrumbó contra el suelo, cayendo de culo a este con un sonido estrepitoso y ensordecedor. Su mano hecha puño pegó con fuerza al piso, haciéndose daño y sangre al momento también acompañado de un ruído espantoso.

- ¡No, no, no! ¡Por qué esto! - no lo pudo evitar decir asustado, la impotencia sumergida en él escapó como un tornado inesperado.

Varios golpes como los anteriores no tardaron en escucharse, alertando y sacando del trance a un JeongIn sorprendido y confuso. Asombrado, así permanecía, nunca le había visto con esa actitud y menos actuando de tal forma, estaba descubriendo facetas nuevas de su querido y amado crush, pero no podía estar quieto; gateó nervioso lentamente. No estaba al tanto de lo ocurrido.

- H-hyung... - habló para el cuello de su camisa, dirigiendo su mano temblorosa al brazo ajeno pero esta fue alejada de un manotazo.

- No me toques. - y recordó cuando él mismo empujó a su enamorado largos minutos atrás, comenzaba a arrepentirse.

El tono fue seco y directo. Una gran punzada de dolor atravesó su pecho como si fueran miles de cuchillos afilados adentrándose cada vez más en su interior. Ese sentimiento era insoportable, desgarrador, no lo aguantaba. El corazón le iba a mil por hora y un nudo bien grande se estaba formando en la garganta; de nuevo quería llorar, y eso hizo en silencio mientras el otro no se daba cuenta de las millones de lágrimas que derramaba solo por él y nadie más.

Su corazón lo había ocupado una persona que en la vida se fijaría en lo hermoso que era tanto psicológicamente y físicamente, el tiempo que gastó enamorándose, fue un desperdicio absoluto.

***

Aquí tenéis vuestra droga semanal(?

¿Queréis qué actualice más seguido o un día a la semana está bien?

Oscuridad y frío. •°SeungIn°• Donde viven las historias. Descúbrelo ahora