Disculpas.

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Desde hace horas, ninguno de los dos hablaba, las palabras no estaban permitidas.

En una esquina, se encontraba SeungMin apoyado en la pared sentado abrazándose las piernas. Este tenía la vista fija en suelo, no la apartaba ni un segundo como si fuera lo más interesante que podía hacer. Pensaba en... Lo idiota que era, lo tonto que fue por tardar tanto tiempo en comprender aquellos sonidos bajos que escuchaba, no eran nada más y nada menos que el llanto de JeongIn.

El mencionado estaba acostado, durmiendo plácidamente sobre una manta y una almohada vieja que aún servían al lado de su crush. Se quedó dormido luego de llorar y llorar sin descanso.

Después de la tormenta, viene la calma.

Ese proverbio le describía en esos momentos.

JeongIn parecía una persona feliz, inocente, extrovertida, que no le importaba nada su alrededor, pero en realidad oculta muchos secretos y dolor trás una sonrisa resplandeciente como los rayos del sol.

De vez en cuando, SeungMin no podía evitar buscar con la mirada la figura del menor tumbado, un presentimiento le decía que pronto despertaría de un profundo sueño. En lugar de eso, JeongIn empezó a moverse inquieto de un lado a otro, buscando dormido una postura cómoda.

- Hyung... - murmuró casi inaudible en su sueño, lo que no sabía era que hablaba también fuera de estos. - SeungMin hyung... - de nuevo murmuró con tono de tristeza.

El susodicho se impresionó, había dicho su nombre, ¿verdad? ¿Qué tan importante era él para el menor?

Mucho, era todo para él.

El mayor no hizo nada, sus orbes miraban atentos a los actos del contrario, aguardando alguna otra acción inesperada.

El chico dormido, de un sólo parpadeo despertó, luego recorrió el cuarto ajeno con la vista, analizándolo con los ojos hechos líneas perfectamente rectas a causa de haber despertado.

- ¿Omma...? - llamó en tono somnoliento a su progenitora, pero otra voz le contestó haciendo que su corazón se agitara fuertemente; no se acordó que estaba con él y encerrado.

- JeongIn, lo siento. - SeungMin se disculpó por lo que hizo la noche anterior, sintiéndose más aliviado y con una carga menos en el pecho. - Lo siento. - repitió, dejando soltar un gran suspiro de los labios mientras reposaba su cabeza en la pared de madera.

Los latidos de su corazón resonaban por su cabeza después de escuchar eso por parte del mayor, impidiéndole pensar correctamente la situación. Primero, ¿por qué se disculpaba? Su mente era la de Dori, el pez cirujano de la película animada de Nemo cada vez que despertaba a la mañana o de una siesta.

Tras recordar, respiró profundamente inhalando y exhalando aire por un minuto intentando ser silencioso, así calmó su intranquilo corazón alterado para decir las siguientes palabras.

- Yo también lo siento, hyung.


***

Holi xd no tendrá un día en concreto para ser publicado, ya lo decidí~ Actualizaré cuando tenga tiempo e imaginación ^^

Gracias por dar tanto amor a esta mini historia ❤

Oscuridad y frío. •°SeungIn°• Donde viven las historias. Descúbrelo ahora