la kiseki no Sedai, vivía en una mansión todos juntos, pero cuando está es incendiada por Kuroko, Murasakibara, Aomine y Kise, todos se ven obligados a quedarse en un departamento temporal, pero, nunca...dejes...que...Aomine...se...encargue....de al...
-Que sucede Kagami-kun?- preguntó Kuroko mientras verificaba que el bebé estuviera bien
-Bueno...en la noche juegos...te dije como me sentía...pero tu...no me has dicho lo que TU sientes- dijo y lo miro de manera seria
-También me gustas mucho Kagami-kun, incluso mas que las malteadas de vainilla- respondió con su rostro inexpresivo, pero cubierto de un suave rubor
Kagami se sonrojo y luego sonrió para envolver en un abrazo al menor
-Entonces...te gustaría salir conmigo, mañana?- le preguntó mientras lo sujetaba por las manos
-Solo si prometes no abandonarme en un lugar desconocido- respondió con una leve sonrisa en forma de burla
-Lamento eso, pero prometo no dejarte!- exclamó en tono heroico
Kuroko río ante el tono del pelirrojo, el cual le dio un suave beso en la frente y se quedaron viendo a los ojos, azul u rojo se mezclaron por un momento, no hacían falta las palabras, ninguno de los dos dijo nada, porque sentían que si hablaban se arruinaría ese momento, pero nada es eterno y el llanto del bebé se hizo presente, sacándolos de su ensoñación
-Al parecer Kensuke tiene hambre- dijo el peliceleste acercándose al bebé y tomando un biberón
Kuroko dejó al bebé en la cama, pero apenas el bebé fue bajado, comenzó a llorar otra vez
-Kagami-kun, podrías cargar a Kensuke mientras preparo su biberón?- le pidió mientras le acercaba al bebé
Kagami se tenso y comenzó a negar mientras se ponía nervioso
-Vamos Kagami-kun, que harías si fuera tu hijo? No podrías cargarlo?- preguntó con calma
Ante ese pensamiento, una imagen llego a la cabeza de Kagami
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Se vio a si mismo cargando a un bebé con un increíble parecido al peliceleste
-...Esta bien, dame al bebé- finalmente acepto
Kuroko sonrió y le entrego al bebé para luego dirigirse a calentar el biberón
Kagami sujeto con firmeza al bebé, temía que se le cayera, pero cuando el bebé lo miro con sus grandes ojos, finalmente ese temor se esfumo y disfruto la sensación de cargar una pequeña vida entre sus brazos . . . De regreso con Liu y Silver, ambos se separaron del beso con un leve sonrojo
-Espero no me odies- pidió Silver mientras se rascaba la nuca
-Jamás podría- respondió con una leve sonrisa- Deberíamos entrar- sugirió al sentir el frío calando sus huesos
Silver asintió en acuerdo y diciéndole que se adelante se quedo un momento afuera, hasta que al fin se dispuso entrar, pero fue cuando sintió una tela verle encima, cubriéndolo casi por completo
