Capítulo 3

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Podría jurar que ese fue el día más aburrido de su existencia.

Si bien, Todoroki siempre tomaba siestas cada vez que podía, ese día se había hartado de ellas, tanto que ya no tenía ni ganas de pasar más tiempo recostado.

Se mantuvo de pie para intentar manejar su nuevo y felino cuerpo, había avanzado bastante y ya podía controlarlo, aunque aún había un par de detalles al respecto, como que a veces las patas le fallaban y estaba propenso a irse de hocico al suelo. Demonios, adaptarse físicamente estaba siendo más difícil que aceptar mentalmente su nueva forma.

Para pasar el rato, se quedó viendo sin ánimos todos los productos de All Might que gobernaban en la habitación de Midoriya. Era algo perturbador sentir todos esos heroicos ojos mirando desde cualquier esquina, pero así eran los gustos de Midoriya y no pensaba cuestionarlo. Si era sincero, en todas esas horas lo único que pedía era que su amigo volviera, ya estaba bastante aburrido y quizás podría decirle de alguna forma que él era Todoroki. Aunque ya no tenía muchas esperanzas en ello.

Por ahora, estar junto a Midoriya le tenía bastante más calmado, estar con él era señal de seguridad y confort. Aparte de que siempre se mantenía hablándole y eso le hacía sentir que no estaba solo. Al menos los dioses habían tenido piedad de él y le dejaron encontrarse con Midoriya, quien era el más indicado para un momento como ese. Dulce y amable, un ángel sobre la tierra.

Gracias a todo ese lío, había descubierto un par de cosas sobre el chico, algunas interesantes y otras graciosas. Una de ellas, era que olvidaba secar su cabello antes de meterse a la cama y que no se dormía inmediatamente, sino que permanecía vagando en su celular y anotando unas cuantas cosas en una libreta maltratada. No supo hasta que hora permaneció así, porque se quedó dormido a un lado de sus piernas, pero cuando despertó en mitad de la noche, lo primero que vio fue a Midoriya completamente dormido con la libreta en la cara.

Si hubiera podido, habría soltado una carcajada.

En su lugar, le quitó la libreta del rostro, dándole pequeños empujones con la cabeza para no despertar a Midoriya. Luego se acurrucó a su lado y volvió a dormir.

Lo siguiente que vio, unas horas después, fue bastante extraño. Se había despertado en la madrugada, el reloj de All Might junto a la mesa dictaba que eran, apenas, las cinco y treinta de la madrugada. Pero Midoriya ya estaba de pie otra vez, e incluso estaba haciendo una serie de lagartijas. Todoroki jamás imaginó que Midoriya comenzara tan temprano con su entrenamiento. Era preocupante, sin duda alguna estaba dando todo de sí para conseguir su sueño, pero estaba sobre explotándose a sí mismo.

Cuando terminó, se levantó del suelo y se calzó sus zapatillas rojas. Yéndose por la puerta le escuchó murmurar:

No puedo fallar

Estoy atrasado, los demás llevan ventaja

Debo apresurarme

Si Todoroki era sincero, cuando abrió los ojos y vio al chico con ropa deportiva en plena oscuridad mientras susurraba un montón de cosas, fue aterrador. Pero ahora no le quedaba más que una amarga sensación de preocupación.

Luego de eso, Midoriya volvió a las siete de la mañana después de tomar una ducha. Se alistó para ir a la Academia y se marchó dejándole algo de leche y un beso entre las orejas. Beso que consiguió calmarle un poco y dejarle en la deriva, sorprendido por la suavidad de sus labios.

Prefirió ignorar ese extraño momento y concentrarse en los reproches que le soltaría en cuanto volviese a la normalidad. Se encargaría de recordarle secar su cabello y dormir apropiadamente, estaba siendo muy descuidado. 

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