Tu luz propia

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Miré mi ojo en el reflejo de un espejo, era de un iris plata, casi blanco sin contar lo oscuro que estaba mi esclerótica dándome un aspecto de miedo, podía ver pero muy ligeramente con ese ojo, el parpadear me dolía y, ni siquiera Sasuke pudo intervenir a tiempo para retirarme ese mal, aun así yo lo sentía como una conexión, una en la que ambos éramos una linda pareja de tuertos.
Aunque no fuéramos pareja.
Ni tuertos del todo.

Sin embargo algo había pasado y es que Sasuke y yo habíamos logrado recrear ese fenómeno que supuestamente no debíamos hacer, mucho menos él conmigo, considerando a Naruto, a Mitsuki... Nunca debimos hacer eso.

Aparté mi vista del espejo y me paré del banco donde estaba sentado, seguido de eso caminé y miré por la ventana hacia la nieve, se podía trazar un ligero aro solar que me indicaba que ese fenómeno aun seguía, ¿Cuánto iba a durar? ¿Qué les iba a pasar a las personas de abajo? Esperaba no haber cometido una estupidez muy grande o seguramente me arrepentiría el resto de mi vida culpándome de lo bien que se sintió ese beso.

Escuché la puerta abrir y en seguida Sasuke entró, estaba nervioso ¿Me iba a decir algo importante? ¿Me iba a regañar?

Su mirada se sostuvo, firme y tras cerrar la madera, permaneció estático ahí dándome la señal de que quizá yo era quien debía acercarse.
Inhalé y exhalé con tranquilidad mientras entrelazaba mis propios dedos a la altura de mi cintura y comenzaba a caminar con la vista hacia el suelo, no sabía exactamente que decir. Me sentía muy culpable, siempre buscaba la forma de proteger, de ayudar y de poner un granito de arena en cada cosa que hacía, pero esta vez me había dejado guiar por el egoísmo y había acabo de hacer algo que por más sabía lo mal que era.

—Sasuke... Y-Yo —Murmuró sintiendo mi labio temblar y mis ojos arder, tuve que arrugar mi nariz evitando llorar y las palabras se atoraron en mi garganta justo cuando me paré enfrente de él. —Ah —Un pequeño golpecito se me fue dado de nuevo en la frente y me hizo elevar la mirada, había captado que esa pequeña acción parecía ser una muestra de cariño enormemente grande proveniente de la deidad, era incluso más fuerte que cualquier beso, sin contar que nadie más, absolutamente nadie me lo había hecho ni creía que lo fueran a hacer. Era una muestra de suma importancia para Sasuke y para mí. Sólo y exclusivo.

—¿Qué dices? Tonto tú no hiciste nada —Me dijo y frunció sus cejas más con extrañeza que con enojo y, seguido de eso retiró sus dedos. —Fui yo quien te besó y creí que lo habías entendido.

—... —Me llevé mis dedos a los labios y entonces recordé, era cierto. Me estaba culpando de algo que yo en primeras no había hecho. —Pero... ¡Pero correspondí! Y no debía hacerlo —Contraataqué arqueando mis cejas y viendo como él se inclinaba. —¿Q-Qué haces?

—Es un eclipse, puedo hacer lo que me de la gana. —Alzó una de sus cejas y ladeó su rostro. Conocía de antemano lo que significaba eso y con sumo cuidado se acercó a mis labios juntándolos con los suyos.

Mentiría si decía que me quería resistir porque lo evidente es que no, me paré un poco sobre las puntas de mis pies y pasé un brazo por sus hombros abrazándolo del cuello mientras mi otra mano se aferraba a sus prendas evitando así que perdiera el equilibrio y cayera; nuevamente pude leer su sorpresa en su movimiento de labios, suponía que le dejaba una gran duda que yo no fuera capaz de alejarle y en vez de eso, correspondiera gustoso tal cual un animal hambriento al que le dan de comer.

Si el eclipse era tan malo como decían, entonces aprovecharía esos minutos de maldad tan sólo por estar junto a él un rato más.

Sentí que sus manos se posaron en mis hombros y temblé, casi no me tocaba y su tacto era bastante intimidante a mi punto de vista. Tomó por dentro mi larga gabardina y jaló de ella hacia abajo con cuidado, me estremecí y en seguida malinterprete la situación ¿Me estaba desnudando?

Se separó y poco después dejó caer mi prenda al suelo observando mis brazos, yo, cohibido observaba sus ojos, estático y poco después fue que me habló.

—Mira —Dijo y con sus ojos señaló hacia donde él había visto antes.

—A-Arde... —Sabía perfectamente a qué se refería y cuando miré por mí mismo tras decir eso pude notar las quemaduras en mis brazos que se habían extendido hasta las altura de mis hombros, eran grandes manchas plata y negras que se perdían sobre mi piel y me causaban dolor. Un dolor soportable. —Pero no me importa. —Seguía sin saber el significado de eso ni de porqué cada vez más sin ser curable. —Aunque no sepa lo que es no me importa. No me importa si me consumo aquí me di cuenta de que después de tantas preguntas, de tantas formas de decirme y todo lo que hacías ¡Me gustas! —Declaré y mis cejas se fruncieron. —Me gustas mucho y no... No espero ninguna respuesta positiva de tu parte. Eres n adulto, y comprendo si sólo me vez como un adolescente pero no me importa. Sólo quiero que tengas en mente bien claros mis sentimientos. —Una sonrisa ladina de orgullo se trazó en mis labios y mi puño dio un suave golpe sobre el pecho del azabache, su rostro fue enteramente épico, parecía que no lo esperaba o al menos eso me decía su expresión.

—Me agrada tu valentía —Fue lo que atinó a decir y cerró sus ojos sonriendo y causándome un fuerte impacto en el corazón. Amaba su sonrisa, era tan perfecta. Radiante, la luna necesitaba del brillo del sol para tener luz pero Sasuke tenía su propia Luz. Yo lo veía de esa forma. La sentía de esa forma.

Midnight •SasuBoru• Donde viven las historias. Descúbrelo ahora