Midnight •SasuBoru•

Eclipse ¿Solar o Lunar?

La distancia me mata. Estar solo me mata y cada día lo veo más posible, siento una fuerte opresión en el pecho y sigo sin comprender estas quemaduras en mis manos, por cierto mis palmas ya están llenas de ellas y no es necesario recalcar lo preocupadas que me tienen.

Miré por el gran ventanal viendo hacia afuera a Sasuke quien parecía estar inmerso en ver su divino y estrellado cielo, en definitiva era nostálgica la forma en la cual le veía, con añoranza, con sentimiento. Como yo lo veía a él.

Suspiré y entonces pude ver como se giraba y me veía, cosa que me atravesó como una flecha directo a el corazón, ya lo había aceptado, estaba enamorado de él y cada día ese amor crecía más y más, incluso si él me ignoraba, hacer la cosa difícil me motivaba más a obtenerlo y a pesar de que la diferencia de edad, altura, experiencia y sangre era muy distinta, iba a intentar acercarme todo lo que pudiera a él.

(...)

—¡Sasuke! —Grité una vez salí de su hogar y a grandes zancadas entre la oscuridad y nieve me dignaba a ir hacia donde él estaba parado y que en cuanto me vio ir hacia donde estaba, sólo me miró por encima del hombro. —Ya me cansé —Farfullé entre dientes y entre más avanzaba, más profundo sentía a donde pisaba. —¡Yo... —La profundidad fue tal que mi pierna se hundió haciéndome caer de bruces estampando mi rostro contra la nieve y considerando mi imagen, seguro debí verme patético.

Avergonzado y con el rostro completamente rojo, Apoyé mis rodillas y manos levantando la cara y finalmente notando como Sasuke estaba volteado en dirección hacia mí y temblaba, poco después capté que ese temblor era digno de alguien que se estaba riendo a lo bajo.

Mis cejas se fruncieron y mi rostro ardió aun más, me levanté sacudiéndome la nieve, ese hombre jamás me iba a tomar en serio. Ya lo había notado. Oí como sus pasos se acercaban hacia mí y yo continúe viendo mi vestimenta y sacudiéndola.

—¡Excelente! Sólo cuando hago el ridículo es cuando me notas ¿No es así? Me parece bastante... —Y nuevamente otra interrupción ¿Por qué siempre hacías eso? Parecía que te hartaba oírme hablar.

Pero esta vez quiero hacer un paréntesis y decir que sentí una calidez poco frecuente de él.

Dos de sus dedos pegaron con suavidad mi frente y pude alzar la vista encontrándome con sus ojos, esos que no me cansaba de repetir, me traspasaban el alma. Un suspiro que no pude evitar salió de mis labios, casi con alivio.

—Siempre llamas mi atención de alguna u otra forma. —Me dijo y pude sentir una boba sonrisa trazarse en mi rostro. —No estoy molesto. —Murmuró.

—¡Pero! Sigues... Sigues alejándote —Cerré mis ojos y me llevé las manos a los bolsillos de mi larga gabardina. —Yo... No quiero que te alejes.

—... —Ladeó la cabeza y yo creí que lo hacía con duda, incluso llegué a retroceder un poco y luego, capté que no ladeaba la cabeza en un ademán de confusión, sino que lo hizo con el mero y simple afán de besar mis labios.

Sasuke estaba besando mis labios.

—Mmh... —Entrecerré los ojos y eleve mis manos sintiendo como él aprisionaba mis muñecas y de no ser por estar en campo abierto, seguro ya me tendría estampado sobre una pared. Sus labios eran fríos pero el sentimiento era cálido y podía gozarlo con claridad, todo mi cuerpo tembló y pude apreciar lo que llevaba días queriendo sentir, una señal que me dijera qué tan enamorado estaba de esa deidad y qué tanto daño nos causábamos en nuestro fervoroso amor.
Abrí mi boca y como pude, me zafe de ese agarre tan sólo para poder posar mis dos manos sobre sus mejillas y hundirme enteramente en sus labios, se notó de leguas que el debió sorprenderse ya que el lento ritmo que él intentaba llevar se detuvo de momento y posteriormente una pequeña risa escapó de sus labios.

—Hay que parar —Me susurró y yo sólo negué con la cabeza. Pegué un pequeño brinco y él pudo cargarme sobre sus brazos.

Quería guardar esa experiencia de por vida.

Por debajo de mis párpados podía sentir un brillo extraño y tras abrir uno de mis ojos pude ver el eclipse, ese que me quemó la retina a modo de que tuve que cortar el beso y llevarme la mano a mi ojo.

Habíamos causado un eclipse lunar.

(...)

Mitsuki abrió los ojos tras escuchar el grito de Naruto y en seguida corrió queriendo ir hacia afuera.

El rubio por su parte quien estaba en el umbral de la puerta, escuchó el trote de Mitsuki y en seguida se giró cubriendo sus ojos con ambas manos.

—Esto es malo... Malísimo —Dijo el rubio viendo sobre el cuerpo de agua donde días atrás había estado con el menor el mismo reflejo que le decía que lamentablemente, su luna, se había enamorado de alguien más.