Promesas.

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Me muevo ligeramente sobre la cama, aunque no puedo estirarme como desearía ya que siento algo muy pesado sobre mi. Queriendo dormir un poco más no abro los ojos en ningún momento pero aquel peso comienza a quitarme aire. Maldiciendo dentro mio abro los ojos lentamente, pestañeando continuas veces. Al adaptarme, bostezo como un oso y puedo distinguir una ventana. No tengo ventanas en mi habitación, tan solo ese tragaluz. No le doy importancia y me distraigo con la fría ciudad que se puede apreciar a través de la luna. Ya está claro el día pero se ven las nubes cargadas. Me encanta esta vista, me encanta amanecer así y recién lo sé. Bajo mi cabeza y encuentro al pesado cuerpo durmiendo sobre mi. Louis. Está totalmente aferrado a mi, sonrío. Paso mis manos por su desnuda espalda y está helada. Ya lo creo, él se mueve tanto que siempre termina tirando las sábanas a los pies. Pienso en moverlo para poder abrigarlo y para poder respirar también pero lo pienso dos veces. Tiene mal genio cuando lo despiertan muy temprano. Sin tener otra opción, acaricio su cabello y levanto suavemente su cabeza, logrando juntar nuestros labios. Le doy apenas ligeros roces para no sofocarlo. Comienza a reaccionar moviéndose ligeramente, frunciendo el ceño y apretando los labios. Sale un gruñido.

-Está bien, sigue durmiendo.- hablo tratando de quitar su cuerpo con cautela.

-Harry.- vuelve a gruñir volviendo a su posición.

-Lou, mi amor, no puedo respirar.- susurro sin dejar de mimarlo.

-Si puedes, no me molestes.- su rostro demuestra fastidio y me regaño a mi mismo por eso.

-Estás muy pesado.

-No me importa, déjame dormir.

-Al menos déjame abrigarte con la sábana ¿de acuerdo? - le pido amablemente, es obvio que no me va a responder de la misma manera.

-Joder, te levantaste más insoportable que mi dolor en el culo.- suelta con enojo para desplomarse a mi lado. Al fin respiro con normalidad, giro mi cabeza y Louis ya está durmiendo nuevamente. Tomo las sábanas y abrigo nuestros desnudos cuerpos. Voy a dormir un poco más, me abrazo a mi novio y cierro los ojos. Puedo apostar que él va a estar sobre mi nuevamente cuando despertemos si es que yo lo hago primero.

~

Siento lamidas de gatito en mi rostro. No tengo gatos ¿Qué rayos?. Muevo mi cabeza alejando al gatito de mi y lo escucho reír. ¿Desde cuando ríen?

-Despierta.- ¿Desde cuándo hablan?- Despierta, bebé.- ¿Desde cuándo te dicen bebé?. Abro los ojos de golpe y me mareo por eso. Me obligo a cerrarlos nuevamente pero siento más lamidas. Con una mano lo alejo de mi pero lo que toco es un rostro, es Louis.

-¿Qué estás haciendo? - le pregunto mirándolo sonriendo, él también lo está haciendo.

-Despertandote. Al parecer lo conseguí.- me da un pico, haciéndome sentir esa corriente recorriendo por mi cuepo.

-Es injusto.- reclamo dejándolo desconcertado, mirándome como si fuera un problema de matemáticas.

-¿Qué es injusto?

-Que cuando tú me despiertas, yo te sonrío pero cuando yo te despierto, tú me mandas al demonio.- formo un puchero.

-Lo siento, ni yo mismo puedo con mi genio. ¿Me disculpas? .

-¿Siempre será así? ¿Siempre vas a mandarme al demonio cuando yo te despierte porque quiero abrigarte o respirar?- el ríe y eso es lo que yo quiero.

-Voy a intentar que eso cambie, lo prometo.

-Bien. ¿Ahora dime porqué me lamias el rostro?

The wrong one. {larry stylinson}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora