...¿Porque habrías de llorar?, pequeña joven de tan pura alma, cuya inocencia destila de entre la casi extinta llama de tus ojos, donde su tenue luz es casi tan vivida como lo era hace algunas primaveras atrás...
...Para ti el mundo se ha tornado realmente frío, y sientes que el fuego de tu vida muere lentamente, pero pareciere que lo hace a un ritmo descomunal, cuando realmente solo no ha tenido el suficiente combustible para arder...
...Y las ilusiones, las llamadas aventuras de la vida, ¿dime donde has dejado ese espíritu salvaje que te caracterizaba?, porque puedo decirte que el mundo está envuelto en sorpresas a cada paso que das...
...¿Y porque ahora agachas la mirada, cuando antes sonreías con la frente en alto?, si tan solo te detuvieras a contemplar por un segundo la magia que existe a nuestro alrededor, te daría miles de motivos, para volver a sonreír y respirar...
...Y ni que hablar de tus ojos, esos ojos con ahora tan poco brillo, que me dices de aquella joven de mirada alegre, perspicaz, y perfecta, donde siempre encontré mi refugio, y donde se podía ver su alma a través de ellos...
...Crees estar sola en un mundo al que llamamos frío, pero no es así, no realmente, crees que las personas debemos ser calladas al crecer, reservados y distantes, pero no. Aquí me tienes, tendiéndote mi mano, para que la tomes, para que nuevamente le demos color al mundo, y para que algún día te des cuenta de que siempre has sido tú quien le da ese toque de perfección al mundo...
...Oh pequeña joven, algún día crecerás, y esa llama en ti, va a destellar...
K. C. Valerio