Tal vez tengamos otra oportunidad

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Hey, este capítulo está situado en la actualidad. “Tsuna” es quien fundó Vongola según esta historia, y Reborn lleva años ayudando a los jefes a tomar el poder. Y esta narrado de esta forma, no sé, quería representar el dolor de Reborn pero sin que él hablara sobre eso, creo que no es muy su estilo. Espero les guste después de tanto tiempo.

Y entonces te rompiste hasta que no queda más que un llanto ahogado en risas falsas, porque no encontraste la manera de salir, aún así tu mundo no se derrumbó, aún no, pero poco faltó para que todo ese amor que sentías dejará de hacer palpitar tu pecho, de que te interesará de nuevo verlo sonreír, el vacío seguía ahí, no podías llenarlo y aún así le dijiste que lo amabas, enamorándose de nuevo cada día, sólo por su cambio de actitud. Pero aún así no fue suficiente, aún estaba ese vacío que tú mismo provocaste al lanzar plegarías y mentiras al cielo.
Tus manos temblaron cuando sujetaste aquella foto después de tanto tiempo, nunca pensaste que hubiera una reencarnación a lo largo de tu vida inmortal nunca dudaste de todo lo increíble que tus ojos observaron, pero nadie había devuelto todo lo que perdiste.

Porque eso no era posible, no habías conseguido hacerlo en todos esos años que pasaron entre tormentos, pesadillas y sueños lúcidos donde le veías irse sin poder hacer más que gritar y huir. Porque él te lo pidió, habías visto a esa tonta mujer el día del funeral, cargaba un pequeño bulto que asumiste era un bebé. Ese olor a vainilla, bosque y flores te hizo casi enloquecer de irá, porque olía tanto como él, era su esencia. No hiciste nada, solo le dejaste irse, porque coincidencias habían demasiadas.

—¿Es tu nieto?—preguntaste con la boca seca y las manos temblando en un intento de detener las ganas de rozar con los dedos ese rostro de marfil encantador.

Aún te dolía, como el infierno. No podías evitar sentir que te estaban mintiendo. No podía haber regresado, no ahora que todo estaba bien, de una manera poco dolorosa. Porque nunca estaría completamente bien, nunca dejaría de doler.

—Sí—confirmo el anciano enfrente tuyo sosteniendo un bastón—se parece mucho a nuestro primer fundador, ¿No crees?

Miraste al anciano con la boca abierta. Entonces no eras él único que lo había notado. Respiraste profundo para calmarte. No podía ser, no había regresado, no ibas ha permitir que su recuerdo sembrará dudas, miedos e inseguridades de nuevo dentro de tu muerto corazón. Ese que rompiste con fuerza al enamorarte. Porque ya habías recuperado de nuevo todo el orgullo que habías perdido siglos atrás.

—Demasiado—aceptaste sin importar más la foto, o eso estabas intentando pensar—se parece a Primo—cerraste la boca en una línea perfecta cuando recordaste el cabello castaño siendo consumido en el fuego.

—Se que te duele—las manos del viejo hombre se posaron en tu hombro con calma pero la sonrisa que apareció en los labios te aturdió—pero debes entrenarlo. Viene de la línea directa.

Retrocediste, adolorido y aturdido. Eso era imposible se había asegurado de matar a la niña junto con la madre. Pero a la maldita sirvienta la había dejado con vida luego de aquel maldito día. Tomarías venganza, harías sufrir al hijo de esa maldita bruja.

—¿Cuándo comienzo?—ocultaste tu rostro con tu fedora y la sonrisa sádica nunca abandono tus labios—¿Alguien más que necesites mencionar?

—Sí, un chico—murmuro buscando entre sus cosas la fotografía—. Por lo que sabemos no es humano—declaro mostrando a un castaño a lado de un adorable niño de no más de diecisiete años de cabello negro y ojos profundos.

Te pareció conocido, en algunas fotos antiguas lo habías visto acompañando a tu castaño. Porque aún lo era, no ibas a dejar que se vaya, menos ahora que está de vuelta.

—¿Y él es?—cuestionaste intrigado, lo habías visto en alguna foto de tu antigua pareja hace muchos años.

—Su hijo—declaro ignorando que todo podría salir mal—esta en los registros que Primo adoptó a un chico, uno al que convirtió en su heredero, y hubo uno que tuvo con una sirvienta de piel oscura—se sentó en un su escritorio realmente confundido—pero no hay nada cierto. También se dice que su primera hija sobrevivió. Pero no sabemos qué tan acertado es esto, solo que él chico es su hijo y que estaba esperando lo mismo que nosotros.

—Esa mujer no sobrevivió—confesaste con una risa maligna deslizándose por tus labios—ni la tonta niña.

Te regodeabas, de todo el sufrimiento que le hiciste pasar. Sin que te importe realmente que él te amo, lo hizo aún sobre tus mentiras. Cuando le mentiste, cuando te acostaste con alguien más, fue cuando más te perdono y salvó tu vida. Pero tú solo querías hacerlo sufrir, hacerle pagar cada lágrima derramada, cada minuto desperdiciado en pensarlo, en lamentar de no ser lo suficientemente bueno para alguien como él. Porque no podías aceptar que fue el primero en mentirte, el primero en engañarte en el juego en el cual se suponía tú eras el mejor.

—¿Cómo estás tan seguro de eso?—pregunto él mayor de apariencia.

—Yo me asegure de eso. Para que tuvieras esto—abriste los brazos señalando cada cosa de la oficina—tuve que asegurarme que él renunciará ha todo. Incluso a esa mujer.

No mentias, borraste el bello recuerdo de su esposa. Alejaste él de su hija. Te encargaste de que se olvidará de Sábana, esa mujer preciosa que lo cuido cuando su corazón se rompió. Arruinaste todo, cada bello recuerdo y momento que tenía con gente que lo amaba. Porque eras egoísta, te había gustado desde que lo viste, lo habías amado cuando pasaste tiempo con él y obtuviste recuerdos que calentaban tu alma con tanto anhelo.
Entonces no pudiste pensar que no era tan malo ser mortal, que no podías evitar desearlo como no lo habías hecho nunca con alguna dama o algún joven.
Te hundiste, dejaste que el corazón te guiará de nuevo y ahora que había conseguido regresar, o por lo menos en apariencia. No estabas seguro en saber cómo te duele de nuevo.

—Deberias calmarte—te hablo suave como sí en verdad no supieras que hacer, te dejo la fotografía al alcance para que la tomarás cuando te sintieras seguro—toma la foto viejo amigo y ve a solucionar tu pasado. No compares el presente.

—Gracias Nono—le hablaste con respeto arreglando tu traje y guardando el único recuerdo intacto que te quedaba—espero no ser una molestia.

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⏰ Última actualización: Oct 13, 2018 ⏰

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