Un pequeño engaño al cielo.

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Todo iba en relativa calma, en serio que sí, eso era lo más extraño de aquella situación. Otra noche observando la deslumbrante luna hecha de plata fundida, o eso parecía por aquel destello tan impresionante. Tenía unos veinte años más o menos y aún conservaba esa apariencia infantil hasta inocente tan característica de él. Mientras que su acompañante a pesar de los años seguía igual de sarcástico, con una única diferencia presente en él. Aún no entendía que situación que los llevo ha ambos caer en la única cama que aún se conservaba en la casa, que los llevo a tener relaciones y sexo desenfrenado en lo que antes era el dormitorio de aquella dama que alguna vez compartió cama con el castaño que era su amante, él mejor de todos.
Que había hecho lo imposible para conseguir que él cielo se enamorará de él, hasta los engaños sobre su vida pasada, los cuales eran siempre descubiertos por esa infalible intuición que él joven adulto poseía. Todo empezo aquella noche en una cena más, una falsa y algo deslumbrante cena que el castaño representaba cada noche, sólo para sentir que aún conservaba un poco de su humanidad.

—¿Qué haces?—cuestionó el mayor de patillas rizadas cuando una sirvienta de la casa le trajo comida— Yo no pedí esto.

La pobre mujer tembló de manera clara y muy notoria, pero esa voz se imponía bastante cuando era suave. Ahora que tomaba un tinte enojado, hacia temblar a más de uno.

—Yo lo hice—la voz de seda de Tsuna calmo un poco a su esclava— es hora de la cena Reborn.

Él mayor lo miró incrédulo y claramente enojado. Él no comía aquella pasta que los humanos pasaban por todo su cuerpo y luego desechaban. Se moriría sí probaba un sólo bocado. Bueno, eran exageraciones suyas, desde que fue transformado ya no se animaba a probar la comida mundana.

—No comeré eso—señaló el plato de comida enfrente suyo—, tráeme un buen vino esclava.

La chica hizo una reverencia y salió entre tropezones del gran comedor con detalles de plata y oro.

—No vas a desperdiciar la comida—sentenció el menor, de cabello peculiar y con cara enojada.

—Prefiero todo aquel vino que traje—contestó despectivo.

—Pruebalo, no es tan malo.

—¿Cómo sabes que esta cosa no, nos matará?—cuestionó incrédulo— somos vampiros, no humanos que pueden comer cualquier cosa sin riesgo a morir.

—Tú confía en mi—corto con cuchillo y tenedor de plata la carne—, mi intuición dice que todo estará bien—la probó sin mucho animo, pero lo hizo, la carne no estaba completamente cocida, pero aún así le parecía exquisito.

De repente tosio un poco, se estaba atragantando. En un rápido movimiento el mayor se acerco en un rápido movimiento para darle golpecitos en la espalda y ayudarlo.

—¿Estás bien?—cuestionó acercándose a él con mucho cuidado.

No había pasado mucho tiempo desde que él era vampiro, tal vez corría aún sangre humana por sus venas. Tal vez por eso aún podía probar la comida humana.

—Tranquilo—habló luego de lograr tragar—sólo está muy seca mi boca.

La sirvienta entro al comedor y casí tira aquel "vino" que llevaba en las manos. Reborn la sujeto del brazo con fuerza dándole su mejor sonrisa sádica que hasta el día de hoy muchos muertos habían visto antes de su funeral.

—Ten más cuidado, mocosa—le arebato la botella y le sirvió un poco en su copa al cielo.

—Tranquilo, fue un accidente con Sábana—miró al hombre de cabello negro a los ojos.

—Toma un trago...

Tomo la copa y se la puso en los labios empinando un poco para que tomará aquel líquido color carmesí. Él castaño abrió los labios y bebió lo mejor posible, pero un hilo de aquel líquido deslizó por sus labios y la comisura de ellos.

—Espera Reborn—murmuró dejando caer más líquido por toda su ropa.

Eso le hizo relamerse los labios al mayor de los dos, aquel fingido vino en realidad era sangre, y tener a tu presa llena de algo que amabas, siendo él a quién quieres comerte en la cama, eso era demasiado tentador.
Aparto la copa de aquellos labios manchados, se agacho a su altura y lo beso con deseó. Relamio sus labios quitando los restos de sangre y mordisqueo su labio inferior pidiendo acceso a esa cálida cavidad bucal.

—Amo...—Sábana susurró mirándolos de manera preocupada, ese extraño intentaba hacer cosas indecentes con su amo castaño— esperé, no puede hacer ese tipo de cosas aquí—susurró nerviosa.

—Lárgate de aquí—Reborn mostro los colmillos enojado, y sus ojos negros como el abismo centellaron tomando una tonalidad carmesí brillante.

La morocha se retiró aterrara, aquel hombre no era lo que aparentaba, era un demonio, tenía que contarle a todos los esclavos, debía salvar a su señor.
Mientras el azabache seguía bajando por aquel cuello canela dando leves mordidas, sin querer lastimar demás su piel, las succiones eran para dejar pruebas de que era suyo. Lo cargo como si de una pluma se tratará y le hizo enredar sus piernas al rededor de su cintura con mucho cuidado.
Tenía un exquisito olor a sangre, más ese a vainilla que siempre le dejaba atontado, su pareja estaba ansiosa, necesitaba sentir más de aquel toque que lo estaba doblegando.

—Vamos al cuarto—gruño contra el cuello de su castaño mientras acariciaba aquel redondo y apetitoso trasero.

—Mmm sí—asintió señalandole el camino, aunque él mayor ya lo sabía, hace mucho que quería detener al chico de esa forma entre sus brazos.

—Te amo—susurro buscando más de esos besos apasionados. Era un pequeño engaño al cielo, sólo para poder tocarlo. Pero tarde o temprano esas palabras se volverían realidad y lo lamentaría.

Actualización chicas y chicos. Espero que les guste, y pues está imagen es para conocernos. Soy geminis, me toco ser uke, pero puedo demostrar lo contrarió 7u7

 Soy geminis, me toco ser uke, pero puedo demostrar lo contrarió 7u7

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Con la luna sale la Oscuridad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora