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Ten de nuevo salió a buscar a mi hermano, como ha hecho desde los últimos días, así que estoy solo.
Moomin hijo está en el hospital de perros por que se comió algo que lo intoxicó y Salem es sólo un conejo dormido.

Pienso que Jeno debería venir, podríamos ver una tonta película o jugar a la vieja NES que tengo. Pero recuerdo que obviamente sigue molesto.

No entiendo bien si el que está siendo un completo y absoluto idiota es él o se trata del fabuloso de mi.
Fuere quien sea, realmente lo necesito. Sé que siempre me quejo de que es imbécil, o infantil, o distraído... en fin, si alargo la lista seguro no acabo hasta dentro de un milenio. El punto es que, si no recuerdan, estoy demasiado envuelto en el rollo de que estoy enamorado de él.

Si ya era como una tortura solamente verle ahí, siendo guapo y todo tonto, sin poder decir que deje de ser tan atento porque voy a explotar, el  simple hecho de no haberle visto me ponía mal.

Con Jeno mis problemas no se van, pero al menos su poca capacidad moral crea otros que me hacen distraerme un poco y se siente realmente bien. Aunque grite y casi lo ahorque en incontables ocasiones

Debería haber una simple manera de arreglar las cosas, si no la hay pues ¡la difícil no me preocupa! Con tal de arreglarlo todo para que fuere como antes.

El reloj de sala marca las once y media, es de noche, en la tv sólo hay tonterías aburridas, sin mencionar que estoy a punto de quemar el perchero junto a la puerta de entrada porque parece el mismísimo Satán ante las luces apagadas.

Necesito cambiar de esta situación, me estoy volviendo loco solo, necesito sentir la brisa, aunque fría, de afuera. Salir, levantarme.
Pero no hay ningún lugar al que pueda ir, al menos no a uno donde podrían secuestrarme y venderme en trozos.

Llevo 4 días así, si no hago nada los 5 podrían cumplirse al igual que toda una semana. Tomé un exilio del mundo, no he ido a la escuela (aunque sí estuve haciendo tareas), no he salido para nada, no he hablado con alguien que no sea Ten, realmente no hago nada. Soy un inútil más que nunca.

Y como siempre me pierdo, fue el sonido de un golpeteo insistente que me avisaba que alguien llamaba mi puerta.
Pensé que podría ser Ten, pero el llevaba consigo sus llaves antes de salir.

Una palabra, tantos sentimientos: pánico.

Había que abarcar todas las posibilidades antes de siquiera dignarme a quitar el cerrojo y girar la perilla.

Podría ser SiCheng, pero eso se trataría de un milagro. Podría ser el chico que me trae las tareas, pero el ya me las había entregado más temprano hoy. Podría ser el amigo de Ten, Johnny, que viene por él cada cierto fin de semana y no vuelven en toda la noche, pero eso fue el sábado pasado. Podría ser el cartero, una vecina, la policía, los bomberos, un fantasma, el espíritu Santo, tú, yo, ustedes, nosotros, ellos.
Es que, mierda, no había razón para que alguien tocara a éstas horas que no fueran los amigos de Ten.

Okay, sólo abro la puerta, tomo el cuchillo y apuñalo si es un traficante de órganos, o un orador motivacional. También podría empujarle desde la barda, no creo que se muera pero inconsciente si lo deja.

El problema era que ¿Y si era una persona normal? Un vecino, quizás.

Me acerqué lento a la puerta, pasos cortos no ruidosos para no llamar la atención. Estaba descalzo y el frío del suelo lo sentía como caminar sobre cristales. Casi podía sentir la pulmonía aparecer.

Alcance la perilla pero muy apenas tenía un contacto certero con la misma. No quería abrir la puerta, ni siquiera tenía motivos verdaderos para hacerlo.

「 Noren」Dirty Harry Donde viven las historias. Descúbrelo ahora