Capítulo 1

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El sonido de la alarma lleva buen rato sonando y ya no puedo ignorarlo así que me levanto hasta quedar sentando en el borde de la cama y doy un gran abozteso, luego le doy una mirada a muerte al reloj. Miro a mi alrededor y suspiro, tomo una libreta que había en la coqueta cerca de una foto con mi familia, escribo algo rápido y la cierro dejándola al lado mío.

Me pongo en pies y camino hacia el baño, antes de entrar a la ducha pongo música en mi teléfono celular. La música que me encanta escuchar es instrumental y un poco “triste”, cierro mis ojos y dejo que el agua caiga sobre mi rostro y así me quedo por varios minutos, me quedo perdido en mis pensamientos mientras escucho la música.

***
Me puse unos jeans pegado de color negro y una camiseta negra con unas letras en blanco. Si lo se, es que el color negro es mi favorito, salgo de mi apartamento y comienzo a caminar por toda la acera con mis audífonos puestos.

Solamente me quedo observando a todos mientras caminaban hacia sus respectivos lugares, algunos para su trabajo, otros para algún tipo de cita. Todo se mueve sin detenerse, todos caminan y tratan de vencer al tiempo. Es irónico que el ser humano quiera vencer al tiempo o dar atrás al tiempo, pero el tiempo no retrocede ni se detiene sino que simplemente continúa su paso por toda la eternidad.

Una chica que no vi que estaba corriendo tropezó conmigo cayendo al suelo e hizo sacarme de mis pensamientos.

-¿Estás bien? – pregunté, pero a cambio ella me dio una mirada fulminante.

-¡Qué! ¿No piensas ayudarme a levantarme? – exclamó con ira

Me le quedó observando mientras ella aún continúa sentada en el suelo. Su mirada era feroz y penetrante, su energía era inquieta, su cabello castaño que hacía resaltar sus ojos de color café me dejaron un poquito perdido.

-Tú puedes ponerte en pies por ti misma además de que tienes dos manos para hacerlo – respondí y comencé a caminar. 

Una vez comienzo a caminar me olvidó de todo a mi alrededor, así que no me percate de que la chica me estaba persiguiendo y me pegó una patada tirándome hacia el suelo.  Cuando la miró ella se está burlando y hablando cosas las cuales no escuché por la música. Solamente la fulminó, me incorporo – “esta chica esta loca” -  es lo único que pasaba por mi mente. No me gusta llamar o atraer la atención de las personas y está situación no era de mi agrado ya que las miradas de todo el mundo estaba enfocada en nosotros.

Comienzo a caminar nuevamente y ella me sigue persiguiendo. Doy un suspiro y me volteó, cuando la miró ella está extendiendo su mano hacia mí para detenerme, así que la esquivó rápidamente alejándome dos pasos hacia atrás y ella se queda sorprendida acto seguido me quitó los audífonos…

-¿Estás loca? – exclamé un poco alterado.

-¡Tú eres un maldito patán! – gritó – Primero que nada fue mi culpa al tropesar, pero al menos lo que un ser humano normal haría es ayudar a la otra persona, pero tú, tu…–

-Tienes razón en lo que dices, una persona normal haría eso, pero yo no soy así. Además de que tú estabas bien y podías levantarte tu misma. – decía tratando de calmarme un poco – ¿Entonces que decides en hacer? ¡Oh en perseguirme para luego darme una patada y eso no es suficiente para usted! – ella estaba muy sorprendida. – Encima de eso tratas de tocarme. – 

-¿Yo tocarte? ¡Ha! No me hagas reír porfavor solamente lo iba hacer para que te disculparas. Además de eso quien va a querer tocarte. – dijo muy enojada – Es más no voy a perder más de mi tiempo en una bestia como tú. – culminó y se marchó a prisa.

Eso último que dijo me dolio, esa palabra resonaba en mi mente “una bestia como tú” una y otra vez. Simplemente me puse mis audífonos y continúe mi camino. Perdí mucho tiempo discutiendo con esa muchacha, que por cierto dejó una gran impresión en mi.  

***
Hannah está caminando muy enojada – ¡Humph! Ese tipo es un imbécil, ¡Ha! Imbécil no le queda, es una bestia. – decía entre diente y la gente se le quedaba observando. Antes de entrar a un edificio muy elegante se detiene por un segundo y da un gran suspiro acto seguido entra.

Una vez dentro del edificio la sala de recepción es gigantesca había muchas personas caminando y la mayoría tenían batas blancas. Hannah camina hasta el elevador una vez las puertas abren ella entra y presiona el botón del piso al que se dirigía (250). Habían varios empleados en el elevador, solamente dos observaban a Hannah de forma extraña.

El elevador estaba descendiendo, faltaban varios pisos  y eso tenía a Hannah un poco inquieta, el silencio era abrumador y las miradas la sofocaba. Entonces el elevador tuvo un leve fallo haciendo que todos se movieran abruptamente y una de las empleadas se sostuvo de Hannah.

-¡Ah! Lo…siento – se disculpó quejando por la fuerza que ejerzo para no caerse.

Los ojos de Hannah se tornan completamente blancos y comienza a gemir de dolor haciendo que todos sintieran miedo hacia Hannah.

Hannah está viendo a la doctora que la toco caminando hacia la parada de autobuses, de repente comienza a llover y ella abre su sombrilla acto seguido observa la hora en su reloj de mano. El autobús llega unos minutos luego y ella se montó en el, 25 minutos luego de haberse subido al autobús por la carretera rural en una de las curvas los frenos del autobús fallaron y este cae por el barranco , entonces Hannah despertó.

Hannah despertó con mucha falta de aire y la doctora más los otros doctores estaban alrededor de Hannah. Una vez controla su respiración se incorpora y mira seriamente a la doctora que tuvo contacto con ella.

-¡No tomes el autobús el martes en la noche! – dijo mientras aún respiraba un poquito agitada.

La doctora se queda un poco sorprendida y pérdida al mismo tiempo. Hannah se incorpora y en esos momentos la puerta del elevador se abre y ella es la primera en salir, aún nadie podía creer lo que acababa de surgir. 

Ella caminaba un poco rápido y con temor hasta llegar a una oficina, la puerta tenía una placa con un nombre "Dra. Rose" entonces abre la puerta sin tocar y ve a un muchacho de tez blanca con cabello rubio sentado frente al escritorio y la Dra. Rose la mira un poco seria, pero al verla asustada le hace seña al muchacho para que se marchará.

-¿Qué sucedió esta vez Hannah? – preguntó mientras se acercaba a ella.

-En el elevador había varios empleados, no sé de qué nivel eran. Entonces el elevador tuvo un fallo fuerte haciendo que todos nosotros perdiéramos el balance y una mujer se sujetó de mi… - trato de continuar, pero fue interrumpida.

-Está bien Hannah no es tu culpa. – dijo mientras tomaba de su teléfono y llamaba a seguridad. – ¡Nesecito que busquen a todas las personas que estaban en el ascensor con Hannah! –

-¡Si señora! – respondieron a través del teléfono.

Una vez termina la llamada le regala una sonrisa a Hannah que aún seguía un poco nerviosa.
-¡No te preocupes! Todo se arreglará. – aseguró

-Hoy tropecé con una bestia, que no me ayudó a levantarme y se marcho, lo seguí y le di una patada, pero se levantó y continúo caminando así que lo continúe siguiendo y por poco lo tomo de la mano. – dijo un poco molesta.

-¡Así que por poco! – dijo en voz baja y luego sonrió. – Entonces le diste una patada. - Decía entre risa.

-Pero lo más raro es que se alteró cuando vio que iba a tomar su mano. – dijo pensativa y llamando la atención de la Dra. Rose

-¿Y como era está bestia? – preguntó bien intrigada.

-Um…Era alto moreno, pero no muy oscuro, su cabello era negro un negro tan oscuro como la noche y sus ojos eran de color marrón…–  no pudo culminar.

-¡Perfecto está bien! – dijo sonriendo. – Sabes el chico que acaba de irse tiene un don muy complicado y antes de que entraras el me había dicho el porque venías, ahora queda en ver a esa bestia que no le agrada que lo toquen. – culminó.

Between Two WorldsWhere stories live. Discover now