Capítulo 5

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(Presente)

Joselyn se levanta de repente con la respiración agitada, trata de ganar la compostura una vez logra calmarse se verifica la herida, aún no se había sanado y le dolía mucho. Saca nuevamente la carpeta de la mochila y ve la fotografía de una doctora cuyo nombre decía “Sarahi Frost” la muchacha contemplaba el rostro de la mujer, su piel morena, sus ojos marrones, su cabello ondulado y su sonrisa. Luego de observar la fotografía un ruido del exterior la hace guardar todo a prisa acto seguido se pone en pies y camina hasta la ventana para observar quien o que era lo que hizo el ruido y se percató que era unos perros callejeros. Eso la tranquiliza y por instinto, al suspirar lleva su mano hacia su pecho y cuando toca se percató que no llevaba puesto el collar. 

- ¡No! – exclamó bajo y comenzó a buscar por todas partes el collar, hasta en la mochila, pero no la encontró. 

Al no poder encontrar su collar varias lágrimas se le escaparon…

Margaret conducía por la autopista aún iba enojada y su compañero trataba de hacerla sentir mejor.

- Debes de tranquilizarte, para que así puedas pensar mejor. – decía en voz baja, pero audible para ella.

- ¡Hay algo muy raro aquí! – exclamó con enojo. – veinticinco cuerpos de soldados entrenados en medio del bosque, ¿Qué hacían ahí en primer lugar? ¿Y a quien perseguían? –

- Tienes razón Margaret, todo es muy confuso. – respondió mientras atendía una llamada entrante. 

- Lo más extraño fue ver a esa joven que bajo de la camioneta. – decía bien intrigada.

El compañero continuaba hablando por teléfono mientras que Margaret se mordía los labios a causa del enojo.

- ¡Ok, está bien gracias! – culminó diciendo en la llamada. – Corrieron la fotografía por las bases de datos y nada. – dijo con decepción.

- ¡Mierda! – exclamó mientras pasaba su mano por su cabello.

Su compañero mira la hora en su reloj de mano y la mira.

- Margaret son las 11am… –

- ¿Y qué sucede? – preguntó  con un poco de actitud, aún no se le había ido el enojo.

- ¿Hoy a las 11 recital del colegio de Amanda? – preguntó con poco de sarcasmo.

- ¡Rayos! Amanda... – Exclamó bajo mientras aceleró el carro a toda velocidad.

***
Luego de haber comido nos dirigimos a una plaza pública de la ciudad, que quedaba a un minuto del restaurante. Estábamos jugando cartas y haciendo chistes sobre nuestros pasados, el parque estaba lleno de personas, niños corriendo con sus mascotas.

- ¿Y dime Mikael tienes novia? – preguntó.

- ¡Qué va! El lleva 8 años soltero jajaja. – respondió Thomas con voz burlona.

Ríe en forma de mueca. – Tristemente Thomas tiene razón. – respondí con una sonrisa.

- ¿Enserio? – preguntó incrédula y conteniendo las ganas de reír.

- Si, lo que sucede que el dijo los votos para ser monje. – dijo a carcajadas Mónica se cubre su boca para no reír.

- Es que hace unos meses que regrese de  china y pues deje todo eso allá. – dije seriamente haciendo que Mónica me creyera por completo.

- Yo pensé que eran bromas de Thomas. – dijo un poco apenada.

Entonces rompo a reír en carcajadas seguido Thomas y eso hizo que se molestará un poco.

- Ustedes son unos idiotas. – respondió entre risas.

- Tienes que comenzar a adaptarte este tipo de cosas. – dije  mientras tiraba una carta.

- Ya veo…ustedes son unicos –

Cuando alzo mi mirada y veo a mi alrededor, veo a la chica loca con la que me tropecé aquella mañana. Entonces ella me vio y creo que dijo – ¡Oh! – a la misma vez que me señalaba – “Oh Dios…” –  dije casi susurrando.

- ¿Qué? – preguntó Thomas y yo simplemente negué con un movimiento de cabeza. 

Veía como la chica caminaba rápido hacia mí y se detuvo justo al frente de nosotros, Thomas y Mónica se quedan mirando la situación tratando de entender que sucedía y quién era ella. 

- ¡Hasta que al fin te encuentro bestia! – expresó Hannah.

Todos nos quedamos en silencio observando a la castaña que estaba frente a nosotros.

- “Le dijeron bestia a Mikael” – pensába Thomas mientras reía en silencio.

- “¿Que está sucediendo? Al parecer no es tan monje…” – pensába Mónica disfrutando de la situación.

Max estaba escuchando los pensamientos de todos menos los míos, entonces lo veo a el observándome fijamente lo cual me asusto un poco.

- Tú no eres gay ¿Cierto? – fue lo que dije haciendo a todos reír a carcajadas y al rubio enojar.

- Jajajaja este perro parece gay, pero no lo es. – dijo la castaña y al ver nuestra expresiones… –  Digo Max… – corrigió.

Thomas no pudo contener las ganas de reír. Entonces Mónica le pega un codazo por el costado, Max continuaba serio ya que no podía comprender porqué no podía leer mis pensamientos. Y la chica del pelo castaño cuya mirada es brillosa sonreía.

Suspiré. – Lo siento mucho, pero agradecería si pudieran marcharse. – dije en tono amable, pero frío a la vez.

- ¿Porqué? Si te conoce porque tiene que marcharse. – respondió Thomas. – Siéntense a jugar con nosotros, mucho gusto mi nombre es Thomas. – sugirió y se presentó.

- ¡Verdad! – exclamó la chica con una sonrisa mientras se sentaba al lado de Thomas y puso su mano sobre sus hombros. – ¡Tu me caes bien! – exclamó mientras le daba una palmadas en el hombro.

Aclara su garganta para interrumpir. – ¡El tiene dueña! – espetó Mónica con una sonrisa amenazante.

- Ahhh no te preocupes que no me interesa T…Thomas ¿Cierto? – dijo sonriendo y preguntando a Thomas el cual él asiente. Tú también me caes bien, eres agresiva y eso está muy bien – decía mientras levantaba el pulgar en gesto de “ok” – Pero de quien estoy interesada es de él. – culminó señalándome.

Thomas abre los ojos de par en par y ríe a carcajadas al igual que Mónica.

- Pues muy mal, porque yo no estoy interesado en ti. – conteste mientras soltaba un suspiro. – Solamente un loco se fijaría en una loca demente como tú. – culminé.

- No me interesa, tiempo demás hay. – dijo mientras se repartía cartas. – Me llamo Hannah y tú. – puso la baraja en el mismo lugar de donde la tomó.

Suspiré –¡Mikael! – dije en voz baja.

- ¡Es un placer saber tu nombre bestia! – exclamó con risa. – Ya saben, él es Max un amigo.

- Mucho gusto a todos. "¿Porqué diablos no puedo escuchar sus pensamientos?" – dijo mientras se sentaba al lado de Hannah.

***
Amanda ya estaba en la tarima junto a sus compañeros de clase, ella buscaba a su madre entre la multitud de padres que están en el lugar, pero no la logra encontrar y comenzó a cantar junto a los demás, pero tenía una expresión de tristeza.

Margaret llega a la escuela y se estaciona muy mal, se baja del vehículo y corre hacia el teatro de la escuela. Una vez llega al lugar abre las puertas rápidamente haciendo llamar la atención de Amanda. Cuando Amanda ve a su madre su rostro cambio y comenzó a cantar más fuerte y con una gran sonrisa. 

Cuando terminaron el salón se llenó de aplausos solamente. Los estudiantes bajan de la tarima y muchos corren hacia sus padres, pero Amanda camina hasta su madre.

- Pensé que no ibas a llegar. – dijo con un poco de tristeza.

- Cómo se me iba a olvidar que hoy era un día especial para ti corazón, lamento mucho haber llegado un poco tarde. – respondió a la niña mientras le acarició el rostro.

- ¡Te perdono mamá! – dijo con los ojos entrecerrados, para luego sonreír.

- ¿Qué quieres hacer ahora? – preguntó mientras llegaban al carro y William saluda a la niña.

- ¡Will! – exclamó la niña mientras corría hacia el y Margaret alzó las cejas mientras soltaba un suspiro y meneaba su cabeza de un lado a otro.

- Heyyyy, cómo estás pequeña Margaret. – preguntó mientras se bajaba hasta llegar a la altura de Amanda y la saludaba con un pequeño choque de puño. 

- ¡Estoy bien! – contestó con una sonrisa.

- Oye pequeña Margaret, no me haz contestado la pregunta. – dijo en forma de mueca, haciendo reír a ambos.

- Tu mamá está celosa. – susurró a la niña.

- Quiero comer, y luego ver una película. – respondió. – Pero Will tiene que estar con nosotras. – culminó mientras subía al carro y William solamente levantaba sus hombros y Margaret sonreía.

***
Joselyn comenzó a caminar sin rumbo alguno en el pueblo donde se encontraba. Los soldados aún estaban buscando, el primer grupo de soldados sale del bosque y ven la casa abandonada donde la chica se había refugiado. Los soldados rodean la casa bien tácticamente, luego de estar todos en posición, entraron a la casa.

- ¡Despejado! – dijo uno de los soldados por radio.

- ¡Cuarto despejado! – notificó otro soldado por radio.

- ¡Sótano despejado! – dijo otro soldado más.

- Señor encontramos una casa, pero está despejada. Llegamos muy tarde. – notificó el líder del escuadrón al Agente a cargo por radio.

El Agente estaba en la camioneta escuchando y comienza a golpear la cabina de la camioneta haciendo que la muchacha que estaba con el se asustará.

- Leila, todo va a estar bien. – susurró el chico tomándole la mano.

Leila simplemente sonríe y se tranquiliza un poco gracias al muchacho.

***
Margaret iba conduciendo mientras que Amanda y William iban conversando. La carretera estaba despejada solamente uno que otro carro que iban en posición opuestas, la tarde se nublo. Margaret iba observando su celular y este se le cae al suelo. Ella trata de tomar el celular sin desviar la mirada de la carretera, pero no podía alcanzar el celular, entonces desvió la mirada y tomo su celular, cuando iba a volver a subir la mirada la hija y William ambos le avisan a ella. Margaret sube la cabeza rápidamente y ve a una muchacha que salió de la nada y movió el guía hacia el carril opuesto, esquivó a la muchacha acto seguido mueve la guía para su carril y pegó freno de cantazo dejando una chilla en la carretera. Todos estaban asustados.

- ¿Están bien? – preguntó alterada. - ¿Amanda estás bien cariño? – preguntó a la niña mientras la verificaba haber si tenía alguna herida por un golpe.

- Estoy bien mamá. – le dijo para que se calmara un poco.

Margaret observa por el cristal y ve a la muchacha que se desmayó, entonces ella sale del vehículo y corre hacia la chica.

- ¡Oye estás bien! – le gritaba a la muchacha y cuando la voltea ve que está toda sucia y llena de sangre más una herida de bala.

- ¡Margaret! ¿Ella está bien verdad? – preguntó William quien la siguió.

- ¡Si, solamente está herida! – contestó.

- Si, necesito ambulancia… – trató de hablar, pero Margaret le quitó el teléfono. – ¿Que rayos haces Margaret? – preguntó molesto.

- Escúchame primero. – respondió. – En la escena había sangre, ¿Cierto?. – le preguntó mientras el asentía. – Mira la herida que tiene esta muchacha, es una herida de bala. Para mí que era ella a quienes esos soldados perseguían.

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⏰ Last updated: Feb 04, 2018 ⏰

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