B A D L I A R [ZeroX/ZeroAxl] [AU]

C A P Í T U L O III

Zero's POV

Llegué a casa de X, quien me estaba esperando para cenar y, obviamente, pasar la noche ahí... Pero a este punto, no estaba totalmente seguro de querer quedarme. Lo que había pasado en el cuartel con Axl me había dejado pensando, y aunque tratara de concentrarme en cualquier otra cosa, no daba resultado. Estaciono mi motocicleta en la acera que lleva al garaje, posteriormente camino hacia la puerta y toco el timbre una vez estoy frente a ella. "Voy" escucho al castaño decir desde dentro. Suspiro. Escucho sus pasos cada vez más cerca, agacho la mirada y por debajo de la puerta logro divisar una sombra. Alzo la mirada cuando X abre la puerta, sonríe y se hace a un lado para dejarme pasar.

— Entra, la cena ya está lista.

Dejo mi chamarra en el perchero de la entrada, posteriormente camino hacia la cocina, miro en dirección al comedor y me sorprendo, pues ya tiene todo servido. Siento su mano entrelazarse con la mía, y luego recarga su cabeza sobre mi hombro.

— Estoy feliz de que estés aquí. — dice dulcemente aferrándose más a mi brazo.

— Lamento haber tardado... — contesto agachando la mirada, sintiendo una puñalada de culpa en el pecho.

— Descuida, sé que tienes asuntos que atender también. — suelta mi brazo para tomar mi mano.

Después de la cena ayudé a X a lavar los platos, mientras él lo secaba y los acomodaba en su respectivo lugar. Se veía bastante feliz, estaba tarareando una canción que creía había escuchado antes pero no recordaba el nombre o quién era el cantante o banda de la misma.

— Zero. — escucho a X nombrarme desde el otro lado de la cocina, mientras acomoda uno de los vasos.

— ¿Sí? — contesto sin quitarle la vista a lo que estoy haciendo. — ¿qué sucede?

— B-bueno. — se acerca a donde estoy. — Esta mañana... estuve pensando en algunas cosas.

— ¿Cómo cuáles?

— Sabes que llevamos mucho tiempo siendo pareja.

Frunzo un poco el ceño y me giro para verlo. — ¿Ajá?

— Quizá es momento de... — se detiene a pensar sus palabras.

X aparta la mirada de mí y gira su cuerpo en dirección a la barra, juguetea con sus dedos nerviosamente.

— Ya sabes, vivir juntos. — dice en voz baja mirándome de reojo.

Tomo el pañuelo que se encuentra cerca para secar mis manos, X suspira desanimado y agacha la mirada.

— E-era sólo una idea... — contesta con voz débil.

— X, sí crees que estoy molesto, te equivocas. — dejo a un lado el pañuelo y me acerco al castaño. — Es sólo que... Me ha tomado por sorpresa.

— ¿Podemos hablar de esto? — me mira con ojos de "perrito".

— ¿Eh?, ¿ahora?

La verdad es que no me apetece para nada el tema.

— ¿Está mal?

— N-no. — carraspeo. — Pero ni siquiera hemos pensado en todo...

— Para eso era la plática, ¿no? — frunce el ceño. — Podríamos vivir en mi casa, hay suficiente espacio para ambos.

Trago saliva y apoyo una de mis manos sobre la barra.

— ¿O prefieres tu departamento? — insiste acercándose a mí y poniendo ambas manos sobre mi pecho.