Capitulo 1.

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En aquel rincón solitario escondido detrás del edificio construido para los alumnos aspirantes a héroes, que ahora ya estaban en su segundo año en la academia, se podían escuchar los gritos enojados del chico de cabello rubio ceniza e intensos ojos rojos, y los del chico de cabello rojizo y grandes ojos del mismo color.

Llevaban discutiendo varias horas. Ni siquiera se dieron cuenta que el cielo ya empezaba a oscurecer.

-¡Ya te dije que no quiero, cabello de mierda!-  volvía a gritar el rubio golpeando con el puño la pared a su lado -¡Solo pienso en ser el mejor héroe! ¡No tengo tiempo para el amor ni otra estupidez!-

-¡Esa no es razón suficiente!- ahora el pelirojo era quien gritaba -¡Me gustas, Bakugo! ¡Sal conmigo!-

-No quiero maldito estúpido- cruzó los brazos y lo miró frunciendo el ceño. Ya estaba tan agotado de la terquedad de su compañero, que hasta las ganas de seguir gritando se le esfumaron -Ríndete-

-Que no quieras, no es razón para negarte- apretó los puños y bajó el tono de voz -No me rechazaste ni dijiste que era asqueroso o algo así, así que no hay…-

-¿Entonces si te rechazo me dejaras tranquilo?- suspiró hastiado -Me das as…- el pelirojo rápidamente le tapó la boca con ambas manos. Su expresión mostraba dolor.

-No lo digas…- bajó la mirada derrotado -… por favor- lentamente quitó las manos y se alejó un poco del rubio -Entiendo. No hay manera de que correspondas mis sentimiento ¿Verdad?- el rubio lo observaba atento. Aun se mantenía cabizbajo -Entonces, ya que no tengo nada mas que perder, te haré una petición- levantó el rostro para mirarlo decidido y levantó su dedo índice mostrándoselo -¡Se mi novio por un día!-

Frunció aun mas el curco entre sus cejas -¿Que diablos estás diciendo?-

-Es solo un día, nada mas- seguía con la misma expresión seria -Mañana domingo tenemos libre, así que dame desde las 08:00 de mañana, hasta las 08:00 del lunes- bajó la mano y las empuñó -Solo dame 24 horas de tu vida. Prometo no volverte a molestar después de eso-

Suspiró agotado. Aquella propuesta era la más idiota que había recibido. A decir verdad, ya se le habían declarado un par de personas antes del pelirojo, pero simplemente los mandó a la mierda y lo dejaron tranquilo -Está bien- su compañero sonrió levemente -Pero tengo una condición- lo miró fijo mientras su ceño se relajaba -El lunes cuando esto termine y volvamos a vernos en clases, quiero que sigamos siendo amigos como siempre ¿De acuerdo?-

Aquellos afilados ojos con su iris del mismo color, le demostraban que el rubio sabía perfectamente cuales eran sus intenciones al terminar el trato… y también le decían que no lo dejaría alejarse.

Así era su relación. No sabía en que momento se acercaron tanto, que el rubio lo dejaba invadir su espacio personal. Ya lo llamaba amigo y gran parte de su tiempo lo pasaban juntos. El pelirojo estaba feliz y se sentía especial al ser el único con privilegios como poder recargarse en sus hombros o quedarse en el cuarto de su amigo a dormir, pero los sentimientos de cariño y amistad cambiaron a otra cosa el día en que despertó siendo abrazado posesivamente por el rubio que tal vez lo confundía con una almohada en su sueño. Aquella mañana a principios de su segundo año, se hizo consiente de sus sentimientos de amor y los escondió hasta que no pudo más.

Desvió la mirada antes de responder -… De acuerdo- apretó los puños.

-Bien- después de esa simple palabra, comenzó a caminar para rodear el edificio para dirigirse a la puerta principal. Al entrar, sacó su celular mientras seguía la ruta directa a su habitación. Revisó sus contactos y marcó el numero de su madre, que le respondió con un típico "Aló" cuando ya había llegado a su cuarto -Vieja, tengo algo que preguntarte- entró y cerró la puerta mientras volvía a escuchar la voz de la mujer diciendo "Qué raro ¿Qué quieres saber?" -… ¿Qué hacían cuando el viejo y tú eran novios?- 

___
 

Continuara…

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