Poco a poco nos enloquecíamos más, beso a beso nos conocíamos más... Inventamos un lenguaje a base de miradas, no quería que se enterarán de que había algo entre nosotros. El tiempo pasaba, y él me quitaba el aliento para después devolvérmelo.
Dejé buenas costumbres, cambiándolas por unos cuantos malos hábitos que él me contagiaba. Nunca quise admitir que quien con lobos se junta, a aullar aprende, hasta que me pasó. Él me convencía, me invitaba a escuchar lo que mi instinto animal pedía.
Mientras en mi pasado yo era independiente, con él aprendí lo que era ser dependiente. Antes no hubiera imaginado lo que sería amar a alguien tanto como lo amo, llega a ser tanto que duele si no estás con él. Solo bastaba una mirada a esos ojos azules, para hundirme en su alma, para volverme más loca. Y qué bella alma tenía, era un artista con todas sus letras.
Durante nuestros momentos donde fumábamos, era el momento ideal para escribir, exploraba temáticas que siempre había temido tocar. Con una sonrisa, mientras le leía mis poesías, sabía que le gustaba lo que ponía en papel. Estudiaba como él fumaba mientras su mirada estaba perdida en la ciudad, descubrí que sabía dibujar gracias a mi obsesión con su perfil.
Ya no podía estar separada de él. Nos habíamos vuelto dos lobos que empezaban su propia manada, una secreta, donde no cualquiera podría entrar. Los demás eran perros intentado ser lobos. Me distancié de mis amigas, ellas no podían entorpecer mi tiempo, cuando solo podía ocuparlo con él. Devine todo aquello que juraba no ser.
Nuestra relación no terminó con el rodaje del corto. Apenas estaba en su primer capítulo.

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Entre humo.
RomanceMe gustan las malas decisiones, de esas que te dejan memoria indelebles...