En algún lugar.

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Él me decía que yo habitaba en ese recoveco de su mente donde nacía la lujuria. A mí me causo mucha gracia y a la vez despertó una ternura extraña. ¿Qué tenía de tierno eso? Nada, pero ahí uno va encontrando cosas lindas de la persona que uno ama.

A dos meses de estar sin él, aún lo añoraba. Cada día pensaba menos en él y casi no sentía el impulso de llamarlo. Mi trabajo era muy demandante. 

Después de que ya me había acostumbrado a mi soledad, la que empezaba a gustarme y causarme una plenitud inexplicable. Él me buscó. Revolvió y deshizo mi nuevo mundo. Descubrí que criticar y burlarse de las mujeres que dejaban todo por un hombre, era más fácil que no rendirse a sus pies.

Su magnetica ronca voz diciendo - Estoy en la ciudad ¿me dejas quedarme? - ignoró mis ruegos a que no arruinará esta pequeña independencia - Anda, por los buenos tiempos.

Para este encuentro ya casi había pasado el año, y su voz, bueno, leer su nombre en el teléfono derrumbaba todo lo que construí. 

Evidentemente, aunque me avergüence de admitir, lo recibí en mi casa. Y le confesé que planee contratar un prostituto para hacerlo pasar por mi novio. Él me alabó mi talento por inventar historias, a lo que respondí - Ojalá mi jefe pensará lo mismo, y además solo me copié el argumento de una película que se llama "the wedding date".  Él con su dulce voz me animó diciendo que yo misma me menospreciaba.

La noche pasó, él había tenido un conciertillo, nada importante, pero decía que quizás conseguiría un contrato. Me dio gusto por él. No quise esperarlo así que puse una canción que sabía me haría dormir y no supe nada hasta el amanecer cuando escuché una voz, la de una chica. Salí de mi habitación indignada.

- Tú debes ser Alma - dijo mientras yo buscaba donde estaba ese pedazo de... - Martin me dijo ...

- Alma - de la nada apareció el susodicho - Sofía, te acompaño a la puerta..



Entre humo.Where stories live. Discover now