[02]

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—Entonces —Habló Jinyoung apenas llegaron a su casa, procesando todo. —¿Kang Daniel te va cortar las bolas?

—Si el niñato le dice, sí —Respondió Jihoon afligido, sentándose en su sofá.

Jinyoung sólo chasqueó la lengua mientras tomaba asiento a su lado, los dos en completo silencio. El sonido del reloj pasando los segundos era lo único que llenaba la habitación, sin saber qué decir. Jihoon miró al menor con los labios apretados, analizando la forma en que éste mordisqueaba su pulgar. Hizo una mueca de asco.

—Hey, tú sabes —Empezó, haciendo que el castaño izara una ceja. —Si lo piensas, que Kang Daniel te corte las bolas podría considerarse caliente —Jihoon abrió la boca ofendido.

—¿En serio eres mi mejor amigo? —Reprochó.

—Trato de que veas el lado positivo.

—Pues no sirves —Se cruzó de brazos, sus mejillas inflamadas.

Jinyoung revoleó los ojos ante eso, tomando el control remoto para encender la televisión. Sinceramente, no es como si a él le afectara la situación, y por más que Jihoon fuese su mejor amigo, no quitaba lo tremendamente idiota que era. Porque sí, ¿quién en su sano juicio seguiría a Kang Daniel junto al tirano profesor de deportes Ong Seongwu? Sobretodo, ¿cómo no esperas que alguien esté practicando si son casi como los entrenadores del equipo de básquetbol? Sólo un estúpido arriesgaría su vida de tal forma.

—Estoy jodido —Gimoteó el mayor.

Él prefirió no decir nada al respecto, sus ojos fijos en la pantalla de la televisión mientras buscaba algo entretenido que ver. Sabía de antemano que Jihoon no pararía de hablar sobre su eterna mala suerte si no lo distraía, así que no dijo nada cuando lo sintió apoyarse en su pecho una vez pillaron un programa de comedia. Pasó una mano sobre sus hombros, acostumbrado.

—Me gustan las flores rojas —Le comentó el mayor sin mirarlo. Suspiró.

—No gastaré dinero en ti de todas formas.

La risa de Jihoon sólo llegó a sus oídos y supo que lo había alejado de lo que le acomplejaba un poco, su expresión imperturbable. Recordaba que tenía un poco de tarea pendiente en su bolso pero no era el momento de realizarla, así que prefirió pasar su mano de arriba a abajo en el brazo de su hyung en forma de apoyo. Él no era bueno con las palabras, así que era su manera de decirle «Hey, estúpido, estoy aquí».

—No creo que él haya alcanzado a reconocerte —Comentó luego de unos minutos. —Estabas muy lejos.

—No sé ni por cuánto me estuvo mirando —Respondió Jihoon aún sobre el pecho de Jinyoung.

—Nunca sabes cuándo alguien puede tener problemas a la vista.

Sintió a su mayor separarse de su cuerpo, una mano en su pecho mientras le mira con reproche.

—¿En serio?

—Estoy tratando de ayudarte —Responde encogiéndose de hombros. Jihoon rueda los ojos.

Cuando por su mente pasó la magnífica idea de contarle a Jinyoung, también imaginó que él le daría ánimos y una salida a su problema. Claro, si no lo hubiese pensado, terminaría diciéndole de todas formas. Desde pequeños acordaron eso: contarse todo. No secretos. No problemas. Buena relación.

Sin embargo, se le pasó el hecho que Bae era malísimo para dar consejos, sobretodo si no le afectaban a él. Podía imaginar lo que diría su mejor amigo, como que era estúpido por seguir a Kang Daniel o a Ong Seongwu, pero de verdad esperaba un poco de su empatía. ¡Era curioso! ¿Cómo podía llegar e ignorarlo así? Oportunidades así nunca se daban dos veces, ya que definitivamente, oír al bravucón capitán Kang reír era algo único en su especie.

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