Pokémon.
Hey, cara de papa.
Si no estás listo en 10 minutos le diré a la profesora que no quisiste ir por su horrenda cara.
Jihoon gruñó por lo bajo, sus ojos cerrándose por instinto cuando el molesto brillo de su celular impactó en su rostro. Pasó una mano por su enmarañado cabello antes de teclear desganado en respuesta.
Papa casada.
No te atreverías.
La respuesta no demoró ni diez segundos en llegar.
Pokémon.
Pruébame.
Soltó un suspiro cansado mientras rodaba en su cama, apagando su celular. Sus brazos terminaron estirados como si estuviese haciendo un ángel de nieve, mirando sin ningún propósito al blanco techo de su habitación. Incluso cuando sabía que perdía importantes minutos que debería invertir en vestirse –ya que sí, Jinyoung era capaz de cumplir con su palabra y obviamente ganaría un reporte por ello–, prefirió no realizar nada productivo, como siempre, sus redondos y rosados labios en una línea recta.
Sintió su celular vibrar al lado de su mano, su cabeza rodando para mirar el artefacto sin mayor interés. Inhaló una cierta cantidad de aire, dejando el oxígeno incrustado en sus pulmones unos cuantos segundos, su otra mano moviéndose perezosamente hacia el otro extremo de la cama para tomar su móvil. El identificador de llamada mostró el contacto de su mejor amigo y las opciones para recibir o rechazar la llamada, el lado rojo siendo demasiado tentador para él y el insistente cosquilleo de sus dedos. Soltando un profundo bostezo, decidió por contestar.
—¿Qué? — preguntó con tono quedo.
—¿Cómo que «qué», estúpido? — el castaño rodó los ojos, decidiendo de una vez por todas sentarse. Sintió su cabello levantado en todas las direcciones posibles mientras sus pies rozaban la comodidad de sus pantuflas —. Espero ya estés en pie y con mínimo cinco tostadas esperándome.
—¿Por qué debería tenerte listo un desayuno? — preguntó molesto, sus labios levemente estirados mientras salía de su habitación para ir al baño.
—Estoy desperdiciando minutos de mi vida en ir a buscarte e ir juntos a la escuela, no veo por qué no — respondió el azabache de forma obvia. Jihoon rodó los ojos por segunda vez en menos de cinco minutos, y recordó las palabras de su madre diciendo que se había convertido en un tipo de tic nervioso —. Por cierto, estoy llegando a tu casa.
El castaño decidió sostener su teléfono con ayuda de su hombro y mejilla, tomando su cepillo de dientes y la pasta dental, viendo su reflejo en el espejo. Incluso cuando cualquiera de los dos debería cortar la llamada ya que no emitían sonido alguno aparte de su respiración, era una costumbre que se acompañasen de esa forma incluso si no estaban juntos físicamente. Mientras Jihoon escuchaba los pasos de su amigo por la calle y su acompasada manera de respirar, Jinyoung escuchaba el agua de la llave correr mientras el mayor terminaba de lavar sus dientes. Se entendían así, sin nada más de por medio que la leve presencia del otro.
El sonido del timbre lo sacó de su ensoñación, dejando las cosas que acababa de utilizar donde correspondía, secándose las manos mientras bajaba las escaleras y dejaba la puerta del baño abierta a sus espaldas. El molesto sonido le estaba sacando de sus casillas, así que apenas abrió la puerta de entrada miró de mala manera al chico frente a él, quien llevaba el uniforme de manera impecable y un gran abrigo encima del mismo, su mano levantada para tocar el timbre por última vez, observándole con falsa inocencia.
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Populares → Panwink. [Pausada]
Fiksi PenggemarLa historia de cómo a Jihoon le terminó gustando el "estúpido" de Kuanlin es igual de larga que la historia de amor unilateral de Jinyoung con Daehwi. Cuando ambos se ven desesperados, Jihoon opta por hacer un trato: Jinyoung le ayudaría a conquist...