Segundo libro de la saga El ángel
"-¿Dios?-Pregunto con timidez mirando las sogas que me sostienen atada al respaldo de una silla.
-Sí... Mi nuevo perrito -Me dice Lucifer con una sonrisa impregnada en su rostro que demostraba odio y desprecio hacia...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Me quedo pensando seriamente en las palabras que Luke nos transmitió hace un par de horas. El simple hecho de recordar lo que podría suceder hace un pequeño y doloroso vacío dentro de mi corazón.
Me siento mal de pensar en todo lo que ha sucedido.
"—¿No tienes idea de todo lo que está sucediendo?
Niego más de una vez.
Intento entender lo que sucede, pero es demasiado todo lo que pasa.
—No lo sé... yo no sé nada —murmuro con seriedad—. Todo esto es nuevo para mí. Quiero entender, pero no puedo hacerlo.
—¿Por qué no? —Alza ambas cejas.
Me encojo de hombros.
—No lo sé... —susurro mirando sus ojos—. Quiero entender, pero no puedo hacerlo y nadie me ayuda a comprender.
No entiendo nada de lo que sucede ni mucho menos. Lo único que espero es poder lograr lo que se supone que debo hacer en el momento correcto, pero cómo sabré cuándo llegará ese momento".
No quiero pensar en nada que arruine más a este pobre mundo, ya es suficiente con nosotros, bueno, con los mundanos. El mundo no necesita más destrucción ni seres sobrenaturales.
¿El Anticristo está entre nosotros? ¿Quién podrá ser aquella abominación? No sé absolutamente nada, soy nueva en ese mundo... hay cosas que aún me faltan recorrer, pero sé o al menos quiero creer que por cuan doloroso sea podré lograrlo.
Camino con lentitud hacia la cocina, quiero saber lo que está sucediendo allí dentro. Estoy harta de tantos secretos en mi vida.
Una pequeña sonrisa se dibuja sobre mis labios al ver a Castiel, ahí está él. Me resulta bastante interesante verlo cocinar, supongo que no me imaginaba a un ángel del señor haciendo un desayuno. Lo sé, suena ridículo.
—Hola, Rubby ¿en qué piensas? —Puedo sentir la mirada de él sobre mí.
Aunque me está observando, él sigue trabajando con aquel desayuno.
—Pensaba en demasiadas cosas, padre... —Me armo de valor y decido que ya es tiempo de preguntar lo que da más vueltas dentro de mi subconsciente—. ¿Qué es Luke?
Castiel me observa con el ceño fruncido. Deja lo que está haciendo para prestarme más atención. Por un segundo, creo que he preguntado algo indebido, ya que su accionar no me deja pensar en nada más que lo peor. Pero no es así, él simplemente me observa y luego decide responder mi interrogante.
—Luke es un Nefilim, mayormente conocido en el cielo como Nephilim.
Ahora me encuentro mucho más confundida.
Jamás había oído hablar sobre eso, quiero creer que esas cosas no son malas.