Días Con Masahiro

Día 4: Amigos y mascotas de Masahiro

Pensamientos de un felino

Desperté un poco molesta por el ruido que realizaban, mas yo sabía que cuando ellos llegaban de clases, mi siesta debía posponerla para la noche. Me levanté del sillón y miré a los recién llegados, de inmediato caminé hacia Masahiro, quien al verme me sonrió y se agachó para tomarme entre sus brazos.

—Hola, Sasa — me saludó. Maullé contenta al escuchar mi nombre.

Sentí sus manos acariciar mi pelaje y me dejé mimar por un rato. Vi como Kensuke, su novio y sus amigos se sentaron en los sillones y empezaron a prepararse para jugar videojuegos.

Masahiro se sentó en unos de los sillones, conmigo en brazos. Yo sabía que él se sentía culpable por hacerme sentir celosa, ya que últimamente mimaba más a Shigeo. Hablando de él, miré hacia el ventanal y lo vi observándonos, de inmediato le saqué la lengua para burlarme.

—Eres muy cruel, Sasa —me reclamó.

—Nadie te manda a ser un perro —contesté.

—Yo también quiero entrar. —comenzó a ladrar, provocando que los amigos de Masahiro miraran confundidos hacia el ventanal.

Era típico de los perros querer siempre llamar la atención. Aunque Shigeo era uno de los únicos perros que había logrado ganar mi paciencia.

Masahiro se levantó del sillón, dejándome a un lado y caminó hacia el ventanal para ver qué ocurría con Shigeo.

Maullé frustrada, mirando con celos hacia ellos. Pero no podía enojarme con Masahiro, él siempre era así, preocupándose por todos, incluso por el menos importante: el perro, obviamente.

Me quedé observando esa escena, desde que tenía memoria Masahiro había estado a mi lado, preocupándose por mí, alimentándome y entregándome todo. Siempre veía como compartía con sus amigos, como los cuidaba al igual que a mí, por mucho tiempo viví preocupada por si existía alguien que se preocupara de esa misma manera por él, y sí lo había. Alguien especial protegía a Masahiro, y sus amigos también se encargaban de devolver todo el cariño que les daba él, era algo recíproco, era algo llamado amistad.

Me agradaba compartir mi tiempo con todos esos adolescentes, podía ver a través de sus ojos muchas historias y sentir muchas emociones, pero las que más me atraían eran las del niño que era tan amable con todos.

Sentí una mano cálida acariciar mi lomo, supe de inmediato que se trataba de Kousuke.

—¿Qué pasa, Sasa? ¿Estás celosa? —me preguntó.

Miré nuevamente a Masahiro con Shigeo. Suponía que el perro y yo pasábamos por algo parecido a la amistad, porque no me molestaba verlos a los dos juntos. Luego miré a Kousuke, quien me sonrió.

«Me lo dice el que se pone celoso de todos y por todo», pensé y me acerqué a él para que me acariciara.

Amaba pasar tiempo con todos, y estaba eternamente agradecida de pertenecer a esa familia.

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¡Hola!

Yo ya había subido este one-shot, pero por los problemas que han ocurrido con Wattpad lo borré.

¡Gracias por leer!