Solamente había amado a una persona durante siglos, le había regalado su alma y no se arrepentía, no se arrepentiría nunca de eso, pero tampoco soportaba que ella saliera herida por su culpa, en esos instantes más que nunca deseaba haber podido nace...
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Las cosas se habían puesto extrañas, desde el incidente con el joven héroe Aragón había perdido sus capacidades como adivino, el futuro se mostraba nebuloso y por más que lo intentaba el óculo solamente le mostraba su reflejo.
Suspiró de manera cansada, afuera de la carpa Impa y Zelda se reían de forma tierna.
-Parece que era todo un personaje, alteza- clamó Impa con voz divertida.
Zelda le siguió la corriente, aunque su alegre risa solamente le bastaba para esos pequeños momentos.
-Me gustan sus habilidades de escritora- volvió a decir la sheikah con una vocecita divertida.
-Me pregunto si podría volver a ser tan buena ahora como lo era en aquel en aquel entonces.- le respondió casi con un suspiro- Escucha esto; Cuando lo escuche refunfuñar profirió algo así como "Epona eres lo único bueno que me queda en la vida todo lo demás ya se ha ido al carajo", lo miré con ojos inquisidores mientras acariciaba a su yegua y después sin pensarlo siquiera fui a posármele en enfrente y le di un buen tirón de orejas, "¡Sí!" le gruñí con severo enfado, "Entonces, yo también me voy al carajo" solté sin la menor de las preocupaciones, hice que pusiera los ojos como platos antes de retírame del lugar a zancadas, escuché que me gritaba pero no me detuve para enfrentarlo, estaba enojada y herida pero al dar la vuelta por un recodo sentí que me tomaba de la mano. "alteza no se enoje, ¿Cómo cree que la estaba incluyendo en esto?" me dijo de forma preocupada, entonces suspiré con mucha desgana "Dijiste todo lo demás, y si no me incluyes, eso significa que no tengo sitio en tu vida" le dije de forma dolida, él agachó la mirada, me retiré de manera lenta pero sólo avance unos pasos antes de que él me tomara, nunca en su vida se había hecho con tanto atrevimiento, pero hasta entonces tampoco habíamos discutido de esa manera, sabía que estaba preocupado por la seguridad del reino, sabía que el acoso del consejo ya lo tenía casi en sus límites, aun así se había puesto fuerte y reacio para no dejar ir sus convicciones, el problema era que seguía siendo una persona y como tal también había ocasiones en las que simplemente explotaba, tal vez era algo que yo no había podido comprender en un primer instante.
»"Zelda perdóname" me susurró en voz dolida, lo siguiente que supe fue que había escondido su cabeza entre mi cuello, su cálida respiración terminó por sacarme de quicio y también terminé por abrazarlo "Claro que tienes lugar en mi vida, pero no precisamente en "ésta" ¿Qué no vez que está llena de problemas?, de verdad que no quiero incluirte en esto, tú eres demasiado especial para eso" me dijo de manera bajita pero muy tierna, "no puedes dividir tu vida Link, somos lo que somos no podemos cambiarlo" mis palabras parecieron llegarle a lo más hondo de su alma, susurró unas cuantas cosas, "¿Entonces en donde está mi lugar en tu vida?" pronuncié con suma tristeza "¿Acaso no me ves más que como tu reina?, será siempre así hasta que nos muramos y nos quedemos en el olvido, es que acaso..."
»Tenía tantos reclamos provenientes de mi corazón ofendido, aunque en realidad nunca terminé por completarlos, solía ser un verdadero idiota cuando se le daba la gana, pero había momentos como ese en los que simplemente me hacía perder el raciocinio, no estoy segura de que fue lo que paso después de eso porque él también terminó perdiendo la cordura, ese fue el beso más extraordinario que jamás haya sentido, aunque es muy probable que haya sido por que fue el primero que me dio, no hubo palabras, ni permisos, ni siquiera un solo aviso que lo delatara en sus intenciones, simplemente lo soltó como si fuera sido un instinto y después....