remordimiento

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Pov Tamara

Que paso luego de llegar a mi casa fue confuso, solo quería darme una ducha para quitarme cualquier rastro de lo ocurrido en el baño en el club, pero también deseaba que el agua se llevara los recuerdo de lo ocasione.

Dios, no puedo creer lo que hice, y a demás lo deje allí solo, no sabía si estaba muerto o vivo, ni siquiera le mire su rostro, atropelle a una persona y lo deje allí tirado como si fuera una basura.

No sabía qué hacer desde que llegue a mi casa no paro de dar vuelta en mi cuarto, teniendo en mi mete a esa persona en el pavimento sin hacer ningún movimiento.

Fui a mi cama y tome mi celular y marque el numero de Sebastián, al segundo timbre contesta

—Necesito que vallas al hospital central, allí deben haberlo llevado—le dije

—Amor no es seguro—me dijo de vuelta

—Lo sé, pero necesito saber si lo mate—las lágrimas bajaban por mi mejillas—no paro de pensar en lo mal que hice al dejarlo allí tirado

—Te das cuenta lo sospechoso que será dirigirme allí y preguntar por un extraño al cual no conozco—me susurra al otro lado de la línea

—es que no se qué hacer, siento que me voy a volver loca—le dije halándole los mechones de mi   pelos

— ¿debiste hoy? —pregunta

—Claro que no, sabes perfectamente que yo no bebo—le dije sintiéndome enojada

—está bien, voy a ir al hospital—luego de unos minutos más de charla corto.

Navegue en internet y busque el numero del hospital central, con manos temblorosa marque el numero,

—hospital central de Alabama,¿ en qué puedo servirle—la voz de una amable señora resonó en la otra línea

—quería ver si podía darme una información sobre una persona siendo ingresada al hospital hace poco tiempo—le dije con mi voz suave

— ¿eres pariente? —pregunto dudosa

—Soy su hermana—le dije

—bueno no se permite dar información al menos de que este aquí mismo, pero como te veo un poco agitada recién acaba de llegar un chico que fue atropellado, y lo dejaron abandonado en la avenida, esa es la única información que puedo dar su nombre es dy...—no deje que terminara porque apreté el botón de colgar.

— ¿Qué hice? —empecé a llorar, todas las emociones de esta noche me hicieron efecto, me derrumbe al lado de la cama, recogí mis piernas llevándomela al pecho y rodeándola por mis manos, y metí mi cabeza entre mis rodillas, no debí haberlo dejado allí tirada, tenía que haber hecho más que llamar a la ambulancia, tenía que quedarme allí para ser juzgada por ese delito.

— ¿Mara estas bien? —la voz de liz me saca de mi sufrimiento, gracias a dios que estaba oscuro mi cuarto porque no quería que Liz viera mi estado en este momento

—si pequeña, lo estoy —le dije sorbiéndome la maris, y limpiándome mis lágrimas con el mi bata de baño

—te escuche llorar—pasa al cuarto y se sienta a mi lado—¿Qué pasa—me pregunta con su voz llena de preocupación

—nada Liz, solo me pelee con Sebastian—no podía decirle nada a Liz, era muy inocente para ensuciarla con esta carga que tengo

— ¿terminaron? —me pregunta en un murmullo

—no nena, no terminaron, solo fue un mal entendido—le dije viendo afuera de mi ventada, las lágrimas cayendo silenciosamente por mi mejilla—¿Qué haces despierta?

—No podía dormir bien—e dice de vuelta

— ¿Y eso porque? — por un momento me olvide un poco de mi estado y me preocupe por lo que le pasaba a Liz

—Por un chico—me dice en un susurro

— ¿te gusta un chico? —le pregunte

—No lo sé—murmura muy bajito

— ¿Quién es el chico? —pregunto interesada

—está en la práctica de tenis, un nivel más avanzado que yo—dice—siempre está viendo mis prácticas y me pone un poco nerviosa

—si no te gusta o te pone incomoda le diga a papa para que hable con el entrenador

—Eses es el problema, que me gusta que me vea, pero nunca me habla—mi nena está comenzando a conocer la dicha del romance—es estúpido lo que digo

—no lo es, es normal a tu edad, pero tienes que tener mucho cuidado, no quiero que solo por una sonrsita, te hagan daño.

—lo sé, ¿puedo dormir contigo? —me pregunto

—claro, como en los viejos tiempo.

Me desperté con mi hermana en mis brazos , con cuidado la aparte de mi y me deslice de la cama, unos minutos de reflexión y me dirijo al baño , me quite la bata de baño y me detuve en el espejo allí vi mis ojos rojos de tanto llorar, mis mejillas rojas, era un desastre, luego camine a la ducha y me sumerjo en el chorro de agua.

Los recuerdos de la noche anterior se alojaron en mi mente, las manos de ese sujeto tocando mi cuerpo, luego el irme y dejar a ese chico allí solo, la culpabilidad me estaba consumiendo.

Unos diez minutos después de a verme maquillado para borrar cada indicio de que estaba rompiéndose por dentro, entre a loa cocina y mi madre estaba  preparando la comida, no dije nada en todo el desayuno, mi padre platicaba y me hacia pregunta y lo único que podía contestar era con monosílabas , o sencillamente sacudía la cabeza, una media hora después mi padre salió de la casa y liz se fue alistar para para poder llevarla a su practica de tenis , como estábamos de vacaciones sus horario de practica cambiaron.

—hoy vas a ver al chico del que te hable ayer—me dijo liz cunado estábamos camino al club.

—bueno espero que sea muy lindo porque tu te mereces lo mejor — le dije con una sonrisa

—eres tan esnob—me dijo

—un poco —le susurré

Entramos al estacionamiento y liz empezó a buscar con su mirada a ese chico

—que raro—murmuro

—¿Qué cosa? —le pregunte intrigada

—no esta aquí—me dijo

—quizás no ha llegado, o esta adentro—le reste importancia

—no ha llegado—responde con una seguridad en su rostro

—¿y tu como lo sabes adivina?

—porque desde que estoy viniendo al club cada vez que me traes tu o papa, el siempre esta allí parada con su hermano en una moto—señalo al frente a unos metro de donde estábamos—siempre ha sido así

Luego de unos minutos la hice bajar del auto, y yo me fui

Para casa de Sebastian necesitaba saber si pudo obtener información de ese chico que atropelle.

Soy Culpable Donde viven las historias. Descúbrelo ahora