Camila's Diary

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7 de Octubre de 2013

De todas las cosas extrañas e inexplicables que ocurrieron hoy, estar sentada en la camioneta destartalada de Lauren, escuchando música y mirando el muñeco cabezón les gana a todas.

Traté de procesar el hecho de que Lauren y yo éramos dos mejores amigas que ya no se reconocían. Ella tenía el pelo negro, piercings y botas altas y yo... lucía como una tonta. No sabía por donde empezar, y ella no estaba dispuesta a hacérmelo fácil.

Así que nos sentamos como desconocidas. Por lo menos, tuve tiempo para recuperar el aliento y darme cuenta de que, en el forcejeo del estacionamiento entre Austin y Shawn, mi cámara quedó destruida. No era el peor de mis problemas, pero fue la cereza del postre.

Volver a casa de Lauren por primera vez en cinco años fue como el rebobinado definitivo. Era claro que algunas cosas eran diferentes, aunque otras no. La casa olía exactamente igual que cuando éramos niñas.

La habitación de Lauren era como una explosión de su nuevo yo adulto, genial y caótica. Me di cuenta de que ella estaba muy enojada. Ella quería fumar marihuana y tranquilizarse, así que exploré su habitación para averiguar en qué andaba en estos días.

Entonces encontré una foto de Lauren con Keana Marie. Lauren se volvió loca y me gritó por no haberla llamado ni una vez. Me lo merecía. Se habían vuelto mejores amigas con Keana y pensaban mudarse de Miami a New York en busca de fama y fortuna. Me di cuenta de lo mucho que le importaba Keana: Lauren era la que había colocado los carteles.

Me sentí aún peor por dejar sola a Lauren todos esos años cuando más me necesitaba. Apestas, Camila. Pero Lauren está obsesionada con Keana, la muchacha desaparecida. Dice que Keana desapareció después de conocer a un tipo increíble... probablemente un psicopata en línea. Lauren quería fumar y estar sola, así que baje a buscar herramientas para arreglar mi cámara.

Curioseando más, me topé con el tesoro de la paranoia y encontré un equipo de dispositivos de mini vigilancia configurado en toda la casa de Lauren. Espeluznante. ¿Qué tipo de superparanoico pone cámaras en su propia casa? El padrastro de Lauren, supongo. Ahora entiendo la actitud de Lauren.

De vuelta al piso de arriba, no logre arreglar la estupida cámara y Lauren vio la foto de la mariposa. Se dio cuenta que yo había estado en el baño y activado la alarma. Su actitud cambió totalmente, y se dio cuenta de que yo le había salvado la vida.

Aunque podría haber terminado al revés... Ella estaba tan feliz, como cuando éramos niñas, y fue genial ver que su rostro se iluminaba. Incluso me regaló la impresionante vieja cámara Instamatic de su padre como símbolo de nuestra reunión. Pudo la música a todo volumen y comenzó a bailar en su cama como una maniática. Incluso conseguí que yo me moviera un poco. Solo un poco.

En ese momento, apareció el padrastro de Lauren. Claro, era James Gustin.

Tuve que esconderme en el armario cuando James entró, enojado por la música. Era aún más aterrador fuera del campus, ya que no tenia la escuela a su alrededor. Acusó a Lauren de tomar una de sus pistolas.

Luego, la cosa se puso más intensa. James encontró la marihuana de Lauren y se enojo con ella. No pude soportarlo, teniendo en cuenta que casi moría esa mañana, y salí del armario para decir que era mío.

James trató de amenazarme, pero Lauren estuvo increíble y lo amenazo a él. James salió rápido del cuarto de Lauren y ella se sintió muy conmovida porque yo asumí la culpa.

Por supuesto, ella si había tocado una de las pistolas de James y la agito como una idiota. Demasiada pólvora para esa chica en un día. O en una vida. Afortunadamente, Lauren y yo decidimos msalir de allí y ponernos al día con nuestra exploración... como mejores amigas.

Así que Lauren y yo terminamos en el faro, mirando el atardecer. Lauren se ablandó y me contó más sobre James y de su superparanoia en la escuela y el hogar. Todo tenía sentido.

Pero yo quería saber por qué Lauren estaba en el baño con Austin Mahone. Me dijo que Austin comerciaba drogas, y ella quería chantajearlo para pagar un gran préstamo. Es tan extraño lo que ha pasado en nuestras vidas desde la última vez que estuvimos juntas, cuando teníamos trece.

Luego, tuve otra pesadilla nocturna. O crepuscular. Estaba de nuevo en el faro, plena tormenta, pero esta vez seguía a un ciervo fantasmal hasta que que llegue al borde del acantilado. Pude ver el tornado que destruía todo a su paso, y volví a sentir el frío de la lluvia. El faro se desmoronaba, y me sentí muy impotente mientras veía el tornado avanzar hacia la ciudad.

Entonces, Lauren me logro despertar, y le conté lo que había visto. Y como para hacer que el final del día terminara en otra nota inusual, comenzó a caer nueve en el cálido atardecer. Todo era muy extraño, inquietante y hermoso a la vez.

Especialmente estando de pie y abrazada allí con mi mejor amiga.

Y con ese pensamiento positivo, me gané oficialmente una buena noche de sueño.